Richard le dejó sólo una caja de metal que contenía sus cartas de amor. Trevor Rule había sido el mejor amigo de Richard y al que el difunto le había dejado las cartas de su esposa. Con cada línea que leía, Trevor se enamoraba más y más de la mujer dulce y apasionada que las había escrito. Ahora tenía que hacerle ver lo que sentía y convencerla de que ambos tenían derecho a ser felices superando la tragedia de la muerte de Richard.
Pero Trevor ocultaba un secreto que podría poner en peligro el amor por el que tanto estaba luchando.
La novela se centra en la historia de amor de los protagonistas, y es una historia marcada por un golpe del destino. Quizás un error propiciado por una pequeña pero transcendente decisión, pero que supondrá un cambio total para las dos personas inplicadas, que ni siquiera se conocen en ese momento, solo tienen vagas referéncias el uno del otro y una no muy favorable opinión. Pero también supone una segunda oportunidad para ambos. Es una historia de amor extraña, un tanto rocambolesca, como si fuera inevitable que Kyla y Trevor acabasen enamorándose; pero que a la vez todo el mundo estuviera impaciente por esa relación, excepto ella.
La vida de Kyla dió un giro radical después de lo sucedido a su marido en El Cairo. Cuando meses más tarde conoce a Trevor no tiene ni idea de que él ha propiciado el encuentro, si bien la casualidad elige el momento y el lugar; tampoco se imagina que él conocía a su marido, ni el reciente papel que ha tenido ella en su vida. Pero le resulta extraño sentir que ese hombre la conoce tanto como si pudiera leerle la mente; en realidad, Trevor había leído las cartas que ella le envió a su marido y esas cartas le habían salvado de sumirse en la desesperación y de rendirse. Es una mujer un poco cabezota hasta que asume lo que siente por él y que con ello no está traicionando a su marido.
Trevor había sido un hombre mujeriego que solo buscaba diversión... hasta la catástrofe de El Cairo, por un capricho del destino había sobrevivido aunque tenia por delante meses de recuperación. Cuando casualmente las cartas de la mujer de su compañero de habitación en la embajada llegaron a sus manos, encontró el incentivo para seguir adelante. Al leerlas se fue enamorando de Kyla y se marcó el objetivo de conocerla y hacer que sintiera lo mismo que él, no solo porque se sentía culpable de su situación y quería compensarla, sino porque a través del amor y la dulzura de sus palabras se fue prendando de ella. Kyla es una luz en su camino sin ni siquiera ella saberlo, le ayudó a enfrentar su situación, y también le ayudó a convertirse en un hombre mejor; es muy diferente el Trevor seductor del Trevor enamorado.
Kyla nunca se hubiera enamorado del antiguo Trevor, el que disfrutaba de las mujeres sin compromisos ni ataduras, pero el hombre que es ahora y sus ganas de superación, en parte, se lo debe a ella. Trevor se enamora a través de las cartas que Kyla le escribió a otro hombre porque la conoce a través de ellas, aunque a la vez se siente culpable por la situación y quiere darle una segunda oportunidad a ella y a su hijo, pero también a si mismo. El destino no solo actúa para cruzar sus caminos, sino que también elige las circunstancias, el resto lo consigue la persistencia de Trevor.
Los protagonistas me parecen creíbles en sus sentimientos dada la complicada situación inicial, con el cambio de Trevor y la reticencia de Kyla, lo impactante es la forma de comportarse que tienen los dos. Al principio es normal el comportamiento de Kyla de mantenerse distante ante Trevor, porque es un completo desconocido demasiado amable y atento, el asunto es como para desconfiar. Pero cuando se enamora intenta mantener vivo el recuerdo de Richard para cumplir la promesa que le hizo, pero no puede aceptar que esa promesa no está reñida con aceptar sus sentimientos por Trevor. Además, siempre intenta poner a su hijo como excusa para no salir con él, pero al final acaba manipulada por Trevor, su amiga, sus padres... Y Trevor simplemente se enamora y hace planes para Kyla antes de haberla visto siquiera, todo el asunto es un poco obsesivo, y aunque sabe que tiene que contarle su secreto lo va posponiendo indefinidamente. Sin embargo, a pesar del comportamiento extraño que tienen en muchos momentos, los dos han sufrido y despiertan compasión. El primer premio se lo lleva la amiga de Kyla... decir que no la apoya en ningún momento es quedarse corto, si no llegan a decir que son amigas nunca lo hubiera adivinado.
Un secundario muy importante es Richard, que en realidad aparece muy poco, pero es un elemento clave; por un lado su recuerdo se interpone entre los protagonistas, pero por el otro se han conocido grácias a él, porque de alguna manera es responsable inconsciente e indirecto de que Kyla y Trevor se conozcan más tarde. Y Babs, la amiga (o eso dice ella) de Kyla, una mujer atrevida y descarada que a veces puede ser persistente hasta hacer enloquecer a Kyla pero que quiere lo mejor para ella (o eso dice), aunque su franqueza sea aplastante e hiriente. Al final, el único personaje que aporta candor es el bebé de Kyla.
El momento culminante es cuando Kyla descubre el secreto de Trevor, cosa que tarde o temprano tenia que ocurrir, algo que podia separarles pero que él no se acababa de decidir a confesarle por miedo a perderla. El asunto se termina resolviendo fácilmente. Y cosa extraña, a la amiga le parece una tonteria el enfado de Kyla.
A pesar de todo, la historia me ha gustado porque expresa bien los sentimientos y en algunos momentos es muy emotiva. Es la forma de actuar de los personajes lo más chocante, sin embargo es el papel de la amiga el más desconcertante, tanto que hace parecer lógicos a los protagonistas. Es una historia que no deja indiferente.