Sin ley (De la antología «Palabras en el alma»).

Nora Roberts.

Sinopsis: El territorio de Arizona era un lugar peligroso, pero el pistolero Jake Redman estaba bien preparado para sobrevivir en el Oeste. Sarah Conway era una dama del Este, decidida a instalarse en aquel lugar. Jake descubrió con cierto disgusto que había adoptado con ella el papel de ángel guardián.

Leo pocas novelas del oeste, y reconozco que leí esta porque estaba incluida en la antología porque, de lo contrario, habría pasado. No por nada, en serio. Es sobre todo porque el arquetipo del pistolero encallecido y sin alma que de pronto se enamora y descubre un lado sensible que desconocía y blablá pues… como que me aburre. Todas tenemos nuestros gustos, supongo, y a mí el cliché del tío despiadado que se transforma por amor, pues no me va, qué le vamos a hacer.

Dicho esto, reconozco que no lo pasé mal leyéndola. Sí, es la historia de siempre: el pistolero temido y rechazado a partes iguales, medio indio, para acabar de rematarla y decidido a no relacionarse con la joven inocente que llega al oeste sin saber muy bien lo que se va a encontrar. Pero bueno, admito que me entretuvo, para qué negarlo. Claro que, si habéis leído más críticas mías, sabréis que tengo una cierta tendencia a dejarme seducir por los protagonistas de la Roberts, y estos no iban a ser la excepción por mucho que sean personajes del oeste americano y no actuales, como suele ser más típico de ella.

Y, si bien son sus personajes masculinos los que me llaman la atención, en este caso es ella quien se ganó mi corazón desde el primer momento. Vale, sí, también es la mujer-prototipo de la Roberts, pero al llevarla a una época difícil y a una tierra complicada y sin ley, me convenció mucho más, sobre todo porque Sarah no es la mujer típica del oeste, que ha crecido ya rodeada de todo ese ambiente, sino una señorita educada fuera de esas tierras como… bueno, como una auténtica señorita, y que de pronto descubre que las historias de bonanza y felicidad que su padre le explicaba en sus cartas no son tales. Debe enfrentarse a una vida para la que no está preparada y debe hacerlo cuanto antes porque —y sí, soy muy consciente de que esto es lo más típico de lo típico en las historias del oeste— tiene detrás al malo-maloso que quiere hacerse con su rancho y la mina de su padre y para ello intentará espantarla por cualquier medio a su alcance. Pero ella es demasiado testaruda para rendirse y Jake demasiado protector para dejarla sola con el problema.

A partir de aquí, es lo de siempre: los malos son justo quienes esperas, ellos dos acaban enamorándose a pesar de los denodados intentos de Jake para no meterse en la vida de una mujer que, para su forma de ver, no se merece y, bueno, todo se soluciona más o menos como suele solucionarse todo siempre.

Pero da igual, porque es una novelita corta, sin demasiadas vueltas que darle y, como he dicho, los personajes son fantásticos y tienes ganas de pasar el rato con ellos y descubrir cómo se relacionan. La narración es de lo más ágil, sin complicaciones, sin más pretensiones que las necesarias y funciona a la perfección.

En resumen: que, al igual que el resto de las novelas que componen la antología, me parece estupenda para pasar una tarde entretenida y disfrutar de un rato ameno con unos protagonistas vivos y que realmente llegan.

Muchas gracias por la crítica siento curiosidad por este libro ya que es histórico de Nora Roberts y creo que casi no tiene históricos he comprado de segunda mano la antología, porque he descubierto que me encanta Nora Roberts incluso su forma de recrearse narrando la vida y creo que eso es precisamente lo que más me gusta de ella y lo realista de las personalidades de sus personajes sean buenos, malos o secundarios todos son creibles.