Janna MacNeil es una publicista con la misión de cambiar la imagen de los chicos malos del hockey: Los New York Blades, campeones de la Stanley Cup.

Ty Gallagher es un capitán con una misión... lograr que su equipo gane la copa otra vez... cueste lo que cueste. Su determinación es legendaria, así como su reticencia a atenerse a las instrucciones corporativas. Cuando la persistente publicista y el obstinado capitán se enfrentan, lo hacen con la fuerza suficiente para romper el hielo. Pero, en su lugar, puede que terminen por derretirlo...

Primer libro de la serie "New York Blades".

Con esta novela se inicia la serie sobre el equipo de los New York Blades, y creo que no podía tener un inicio mejor. El libro gira entorno al mundo del hockey sobre hielo pero no se hace pesado con tecnicismos ni exceso de descripciones, y tiene sus toques de humor. Por otro lado, es inevitable que el argumento y la temática del hockey recuerden a "Jane juega y gana" de Rachel Gibson, aunque sólo al principio. Pero lo cierto es que esta historia de Deirdre Martin y sus protagonistas me han gustado mucho más, Ty me ha llegado más que Luc.

Janna es la nueva relaciones públicas del equipo, cuya labor es mejorar su imagen de cara a la nueva temporada. Ha tenido mucho éxito haciendo la misma tarea para una conocida telenovela pero aun así una parte de ella se siente insegura. Por eso no se ha atrevido a fundar su propia compañía de relaciones públicas, por miedo al fracaso y a no estar a la altura. Janna es una mujer con carácter, con una familia peculiar con la que no se siente del todo a gusto, a excepción de su padre y su hermano, y se implica totalmente con el equipo. Sabe ganarse el cariño y el respeto del equipo con esfuerzo, pero sobre todo conquista a Ty con su forma de ser.

Ty es el capitán del equipo, un hombre que sólo vive por y para el hockey. Durante la temporada no piensa en otra cosa, incluso hace tiempo que huye de las relaciones serias porque le distraen de su objetivo: llegar a las eliminatorias y ganarlas. Pero ahora Janna interfiere en su objetivo, empeñándose en que participe en obras benéficas porque es lo que quieren los peces gordos del equipo. Y Ty no se somete a nadie, si quiere hacer obras benéficas las hace en secreto y por iniciativa suya, no porque se lo ordenen y con cámaras presentes. Pero más le distrae el hecho de no poder quitarse a Janna de la cabeza, el pensar en ella en todo momento.

La historia de amor me ha encantado. En un principio Janna y Ty se sienten como adversarios pese a que la atracción y el deseo están siempre presentes. Pero entre ellos hay química y la amistad es más fácil de tolerar que la enemistad. Cuando se dejan llevar por sus sentimientos optan por mantener una relación sin ataduras, algo que a los dos les conviene en ese momento para que no interfiera en sus objetivos. Pero lo suyo es mucho más profundo de lo que quieren admitir, especialmente Ty, que necesita tiempo para aceptar sus sentimientos. Es una historia de amor en la que hay romanticismo, pasión, dudas, ternura y confianza.

Entre los secundarios hay personajes interesantes. Se nos presenta a Theresa, la mejor amiga y compañera de Janna, siempre en busca de su príncipe azul, y que tiene un papel importante en el desarrollo de la historia -además, es la protagonista de la siguiente novela de la serie-. La futura pareja de Theresa es Dante, que apenas aparece en esta historia pese a que se le podía haber sacado más partido. Hay otros personajes importantes como Kevin, el amigo y casi la conciencia de Ty, y su esposa Abby; el padre y el hermano de Janna, y su jefe, Lou, que se le va cogiendo cariño a medida que avanzan los capítulos a pesar de su carácter. Pero no todos son personajes entrañables... aunque a Jack y Lubov les pondrán en su sitio en el momento adecuado.

El final me ha gustado mucho. La forma de actuar de Ty sólo es propia de un deportista de verdad, uno muy seguro de si mismo. Es imposible no admirarlo como deportista, pero sobre todo como hombre.

Una historia preciosa, me ha encantado. La historia de amor es muy bonita, un momento imborrable es cuando Ty intenta ayudar a Janna después de un sermón de ella y acaba metiendo la pata, no pude despegarme del libro hasta saber qué pasaría después de eso. La escena de la cocina también me ha gustado porque es el mejor ejemplo de la química que hay entre ellos; pero la más romántica, sin duda, es cuando Ty enseña a Janna a patinar... realmente un momento precioso y emotivo. Es una historia que atrapa de principio a fin, sencilla pero romántica y divertida.