Giles, el protagonista es un egocentrico que disfruta viendo como su mujer (Isobel, la protagonista) y la hermana de ésta (una bruja más mala que el deminio) se enfrentan por su amor.La hermana se va a vivir con ellos y se pasa la novela sembrando veneno en su relación, aterrorizando a sus hijos y contando mentiras. Lo peor es que Giles la justifica en todo momento. Más o menos por la mitad del libro Giles no tiene ningún problema en marcharse un par de días, en plan romántico, con la hermana y acostarse con ella. Volviendo tan tranquilo a la casa familiar con la hermana (ahora amante) como si nada, de hecho se mosquea porque Isobel no lo recibe lo "suficientemente alegre".Lo más triste de la historia es que al final Giles e Isobel acaban juntos. Y es triste porque por una parte Giles no se la merece y por otra está Daniel, un pintor que está tan enamorado de Isobel que es capaz de todo por ella. Por eso decide renunciar a ella para que tenga una oportunidad de salvar su matrimonio y su familia. Cuando termino de leer una novela romántica me siento sobretodo alegre. Una historia de amor se supone que sirve para esto ¿no?. Mostrarte lo bonito que puede ser el amor y hacer que desees encontrar algo así. Pues bien, al terminar de leer este libro me he sentido sobretodo triste. Si el amor de verdad es esto, si entregar tu vida y tu confianza a alguien significa que te la puedan jugar de esta manera pues francamente... prefiero estar sola. Y encima es lunes, vaya depre.