En las agrestes Colinas Negras de Dakota del Sur, una amistad de infancia renace con renovadas fuerzas para convertirse en una gran historia de amor.

En aquel entonces, él era un niño triste y solitario de ciudad que inesperadamente renació. Mucho tuvieron que ver en ello el amor de sus abuelos y su recién descubierto don para los caballos. Pero, sobre todo, fue aquella niña despierta, enamorada de la naturaleza y de los animales, la artífice de su transformación.

Han pasado muchos años, la vida los había distanciado, pero nuevamente vuelven a encontrarse. Más sabios, más adultos… y más enamorados que en el pasado. Ignoran que, como en aquel luminoso verano que marcó sus destinos, entre la espesura de esos bosques hermosos, inhóspitos y brutales, se refugia también el odio.

Ya tenia ganas de una nueva novela de Nora Roberts con sus dosis de amor y suspense. Una de las cosas que más me gusta de ella es que te transporta al mundo y al lugar dónde están sus protagonistas y te hace querer estar allí y formar parte del entorno. En esta ocasión dan ganas de ir a Deadwood y vivir en la granja, montar a caballo y pasear por las colinas a pesar de los peligros.  

Las primeras cien páginas de la novela están centradas en el nacimiento de la historia de amistad y posteriormente de amor entre Lil y Coop. Se conocen de niños cuando él pasa un verano en la granja de sus abuelos, y pese a las reticencias iniciales por parte de ambos antes de que Cooper vuelva a Nueva York se convierten en grandes amigos. Su amistad perdura hasta que dejan de verse solo como amigos y nace una fuerte atracción entre ellos. Hasta ese momento su relación va avanzando con momentos tiernos y divertidos, pero el descubrimiento de un cadáver marca un punto de inflexión en sus vidas que les hará madurar y dejar atrás la inocencia. En el fondo saben que nunca olvidarán ese momento y aunque la vida les lleve por caminos diferentes acabarán volviendo a ese lugar.

No es una historia apasionada, es más bien tierna. No me gustan mucho las historias dónde los protagonistas se conocen desde niños pero esta amistad me ha parecido muy conmovedora. Sí me gusta, en cambio, que se pase de la amistad al amor y los reencuentros entre antiguos amantes. Además hay escenas muy bonitas entre ellos dos, como su despedida cuando eran niños, su primer reencuentro o el baile en el salón.

Lillian es una chica que sabe lo que quiere ya desde la adolescencia, se marca un camino y lucha por conseguir sus metas. Adora a los animales y las colinas, ama la tierra en la que vive. Desde que se enamoró de Cooper ha luchado por estar con él, fue ella la que tomó la iniciativa al iniciar su relación y aunque ha intentado rehacer su vida y olvidarle sabe desde el momento en que se reencuenran que sigue enamorada de él.

Cooper es sin duda lo mejor de la novela, es un amor. En su juventud buscaba un afecto que no había tenido y un lugar en el mundo, con ese fin desobedece a su padre y se hace policía. Al igual que Lil, nada más verla se da cuenta de que sigue queriéndola y cuando ella empieza a tener problemas no duda en ayudarla y protegerla aunque sea en contra de su voluntad.

En cambio, creo que la trama de suspense da demasiados rodeos, tiene buen ritmo y no decae, es entretenida pero la tensión no aparece hasta la parte final y he echado de menos algunos giros en la trama en ese sentido.

La historia de amor secundaria no me ha llamado demasiado la atención, me ha parecido sosa y con poca química, incluso los motivos por los que no podan estar juntos me parecían nimios. Estuve tentada de saltarme las páginas sobre esa parte del libro.

Los personajes secundarios en general han sido bastante agradables, tanto los padres de Lil como los abuelos de Cooper han sido personajes que me han gustado, se ve la buena relación que hay entre todo el pueblo y me ha gustado la relación que tiene Cooper con sus abuelos. Y los animales pasan a ser unos personajes más.

El final mantiene la tensión pero aunque la base es buena y el principio promete no puedo evitar quedarme con la sensación de que le faltan algunos elementos. He echado en falta un malvado más elaborado y algunos giros en la investigación para darle más suspense, y un epílogo para cerrar un poco más la historia de amor.

Pese a todo es uno de los romances más tiernos de Nora Roberts que recuerdo y Lil y Cooper son una pareja que vale la pena conocer.