Max, un curtido agente del FBI, ha roto su relación con Gina, una joven a la que conoció en las más increíbles circunstancias durante un secuestro aéreo. A pesar de la pasión que siente por ella, todo el valor que tiene en el cumplimiento de su deber le falta a la hora de comprometerse con una mujer.

Gina se marcha a África, donde no tardará en verse metida en problemas por culpa de su amiga Molly y su poco recomendable novio David Jones, un mercenario con muchas deudas pendientes entre la mafia.

Con la única ayuda de su agente más fiable, Jules Cassidy, Max intentará rescatar con vida a las mujeres... y darse a sí mismo una segunda oportunidad para ser feliz.

Noveno libro de la serie «Troubleshooters».

En esta novela se desarrollan tres momentos distintos: el presente; cuando Gina estaba en África cuatro meses atrás; y los recuerdos de la relación de Gina y Max. Esta narración de historias paralelas tan al estilo de Quentin Tarantino puede ser poco convencional pero enseguida me acostumbré y hubiera sido imposible contarlo de forma lineal sin perder el hilo. Así que me ha parecido todo un acierto que favorece a la intriga y al desarrollo del libro.

La historia empieza cuando Max recibe la noticia de la muerte de Gina. Se suponía que ella estaba en Kenia, pero aparece en la lista de las víctimas de un atentado en Hamburgo y Max viaja allí para identificar el cuerpo. La gran sorpresa es que esa mujer no es Gina. Pero... si no es ella ¿Dónde está Gina? ¿Y por qué no está en Kenia? ¿Y qué hacía esa mujer con su pasaporte? A partir de entonces empieza una búsqueda a contrarreloj para encontrar a Gina y a su compañera de viaje. Max está dispuesto a ir a buscarla al fin del mundo -literalmente- si fuera necesario.

Max dirige un grupo antiterrorista del FBI, para él su trabajo es lo más importante y a nadie se le ocurre llevarle la contraria, solo una mujer ha conseguido traspasar su coraza de acero. Él mismo provocó que Gina le dejara y se marchara, le decía que solo eran amigos y que no podia darle lo que necesitaba hasta que al fin consiguió que la única mujer a la que había amado lo abandonara. A Max le atormentaban los recuerdos del secuestro aéreo, no haber podido evitar que ella sufriera daños y la diferencia de edad que hay entre ellos, pero al pensar que ella ha muerto ya nada le importa y esas razones ya no existen.

Gina nunca le ha escondido a Max que siempre ha estado enamorada de él pero su comportamiento al fin la hace marcharse. Ella quiere conocerle, hablar con él sobre todo pero Max se ha creado un escudo protector y no comparte ciertos aspectos de su vida con nadie. Gina es sexy, valiente, generosa, inteligente, todas las cualidades que hacen que Max la quiera aunque él no quiere reconocerlo.

Su historia de amor empezó a raíz de un secuestro aéreo, cuatro año atrás, en el avión en que viajaba Gina y donde Max era el negociador. Su relación ha sido tormentosa y apasionada, no podían empezar una conversación sin acabar en la cama pero Gina quiere más. Ella sabe que lo ama pero él no quiere plantearse sentimientos más profundos que la amistad.

Pero ellos no son solo amigos, las chispas saltan cada vez que están juntos y tienen una química muy fuerte.

Entre los secundarios Jules Cassidy destaca por si solo, y en éste libro su papel es de vital importancia porque es uno de los mejores agentes de Max y, aunque éste lo niegue, amigo suyo y también amigo de Gina. Es sincero, es valiente, es decidido, es encantador. Es Jules Cassidy.

Aparte de la historia de amor de Gina y Max, está la historia de Molly y Jones, que han tenido que esperar años para estar juntos. Molly es la mejor amiga de Gina, junto a la que es voluntaria en Kenia. Y Jones es un hombre buscado por oscuros asuntos de su pasado.

Es una novela llena de acción, trepidante, sin descanso, engancha desde el principio tanto por las historias de amor como por el paradero de las dos mujeres. La búsqueda no le quita importancia a la parte romántica, de hecho la novela está muy bien llevada para darle protagonismo a ambos aspectos. Además también hay momentos muy emotivos: cuando Max descubre que Gina está viva, el reencuentro y algunos recuerdos del pasado. Y momentos de confesiones. Tampoco le faltan momentos de humor.

El final es tan trepidante como toda la novela y no es el típico final rápido en que en dos páginas se soluciona todo, es el momento donde todas las historias convergen. Y me gusta que haya un epílogo para ambas parejas, no que simplemente termine.

Me ha gustado mucho esta novela porque tiene personajes con mucha fuerza y bien definidos, y si bien la historia de Molly y Jones está muy bien, la de Gina y Max me ha encantado porque son dos personajes fantásticos, por cómo los meses de separación no han hecho sino aumentar su amor y por la química que tienen.