Todo el empeño de la cabezota, independiente y soltera por convicción Jessica Trent, es alejar a su débil hermano de la destructiva influencia de Sebastian Ballister, marqués de Dain, un hombre de físico aparentemente repulsivo.

Nunca esperó que acabaría deseando al arrogante y amoral marqués. Y cuando la pasión recíproca de Sebastian les compromete de una manera un tanto escandalosa, y pública, a Jessica no le queda otra opción, para rehabilitar su nombre ante la rígida sociedad inglesa, que pedirle, legalmente, una satisfacción...

Maldiciéndola por tentarle, por besarle y, sobre todo, por obligarle a salvar su reputación, Dain no puede esperar a poner a la furiosa muchacha en su sitio, y, a ser posible, en alguna posición amorosa. Y si eso significa matrimonio, pues así sea. Porque Sebastian está seguro de que puede seguir manteniéndose a distancia y de que su corazón no sucumbirá ante los múltiples encantos de Jessica...

Tercer libro de la serie The Lion's Daughter.

¿Por dónde empiezo? Me ha gustado pero... hay un PERO.

El argumento es una revisión del mito de "La bella y la bestia" y está muy bien narrado y tiene unos personajes atrayentes. La historia se centra en la relación de Jessica y Dain... la bella y la bestia, la luz y las tinieblas. Aunque el momento que los une para siempre, el descubrimeinto de un valiosísimo icono ruso, es también el momento en que se desata la codicia por poseerlo por parte de varias personas que solo ven su valor material, y no el artístico.

La infancia de Dain se nos presenta en el prólogo, cuando el futuro marqués de Dain se convierte en un personaje atormentado por su aspecto, el abandono de su madre y el desprecio de su padre. A partir de entonces se forzará a creer que es insensible al amor y al afecto, también al dolor y al desprecio; y encierra todos esos recuerdos y emociones en un rincón relegado de su memoria. Si pensamos en un lord británico, Dain es todo los contrario, no es que sea un libertino, es que es el mayor putero del mundo occidental y nunca se acerca a las damas, solo le interesan las prostitutas de los barrios bajos. Independiente y de gran inteligencia, encuentra la orna de su zapato en una tienda de antigüedades...

...En una tienda de antigüedades ve por primera vez a Jessica. Ella no es la típica protagonista de las novelas históricas, pese a ser muy hermosa y tener muchas propuestas de matrimonio, no quiere casarse. Es inteligente, ingeniosa, independiente, tozuda... y sabe disparar mejor que cualquier hombre.

Desde ese momento ambos quedan desconcertados por el deseo que se inspiran mutuamente, un deseo que ninguno quiere sentir. Jessica no ve en Dain al monstruo que los demás ven, sino a un hombre con un cuerpo de acero, moreno y con una nariz propia de la nobleza florentina. Pero Dain ve a las mujeres como unas moscas que van a la miel, que buscan su fortuna y no puede imaginar que Jessica sienta ningún tipo de afecto por él. Entre momentos de venganza, duelos intelectuales y verbales, besos llenos de incontenible deseo... París empieza a murmurar y apostar sobre tan dispar pareja, tan diferentes en apariencia, pero en el fondo tan iguales.

El personaje de Dain es lo mejor del libro, un hombre tan atormentado y difícil, junto a sus duelos con Jessica, que son memorables.

Las escenas de amor entre ellos están llenas de pasión, no solo las escenas de cama, cada vez que se miran, cuando él quita un guante, el sombrero... siempre hay tensión. Y la pasión puede estallar en cualquier lugar y en cualquier momento.

A medida que el deseo se va convirtiendo en otro sentimiento, las emociones de Dain se interponen entre ellos, porque mientras Jessica va aceptando sus sentimientos poco a poco y con naturalidad aunque confusión; Dain no quiere aceptar que siente otra cosa que deseo, no quiere necesitar a nadie, no quiere amar, o más bien no puede, pero Jessica es la única persona capaz de hacerle cambiar, cosa que al principio se toma como una forma de manipulación, un gesto de debilidad, y Jessica tendrá que demostrarle que ambos necesitan ceder terreno para llegar a entenderse.

Entre los secundarios hay varios personajes importantes, pero ninguno como la abuela de Jessica, una mujer fascinante y divertida, me han encantado sus escenas.

Y llegando al punto que no me ha gustado... La primera mitad se desarrolla en París y la otra mitad en Londres, la novela me estaba gustando mucho durante la estancia en París y parte de la transcurrida en Londres, hasta llegar a las últimas cien páginas. Y no es por los protagonistas sino por un punto del argumento, no sé si es suficiente para estropearme el libro pero la verdad es que me enfadé y dejé el libro sin abrir durante tres días porque no me apetecía seguir. Sí, es importante para la evolución de Dain y para darse cuenta de cuánto quiere a Jessica, y al final la cosa se arregla, pero me enfadé y me costó mucho leer los últimos capítulos.

Así que no sé qué nota ponerle... ¿Pesa más lo bueno o lo malo? Pensando en conjunto y más fríamente creo que le doy un 7, pero me quedo con una sensación un poco contradictoria después de oir en todas partes que era un libro fantástico.