Pero el dinero no podía ocultar la tensión que palpitaba entre la joven mujer de O’Riley, su paranóica hija, la excéntrica tía del dueño de la casa y la pareja de servicio que se ocupaba de la propiedad.
En la mansión también se encontraba el detective privado Zach Flynn, investigando la desaparición del socio de Sean. Decidida a ayudarle a solucionar el caso, Caer se vio envuelta en un misterio que enlazaba los sucesos del pasado con el destino de la familia...
Tercer libro sobre los hermanos Flynn.
Este es el libro que cierra la trilogía de los hermanos Flynn. Después de las historias de Aidan y Jeremy, le toca el turno a Zach, el menor de los hermanos. Si las anteriores estaban ambientadas en Nueva Orleans y Salem, en esta ocasión los hechos suceden principalmente en Newport, donde se mezcla la codicia con la leyenda de un antiguo tesoro escondido; pero una pequeña parte se desarrolla en Dublin, es allí donde se conocen los protagonistas.
Al igual que en las otras dos novelas, los elementos paranormales como los sueños o los presentimientos tienen mucha importancia, pero esta vez la autora ha dejado volar demasiado la imaginación y ha dejado en un plano secundario la historia de amor para dar más importancia al misterio y a los elemento sobrenaturales.
La historia de amor empieza en Irlanda pero cuando llegan a Newport queda algo relegada, y la historia de asesinatos, incientes y sospechosos toma más importancia. La parte romántica me ha parecido algo más floja que las dos anteriores pero la parte de la investigación es bastante entretenida y se lee rápido.
Zach es el hermano menor y, al contrario que sus hermanos, no quedó traumatizado por su trabajo en la policía (en su caso, la policía forense de Miami), solo cansado, así que cuando decidieron dejar la pollicía, hartos de ver la peor cara del ser humano, y fundaron su propia agencia de detectives privados, a Zach le pareció una gran idea y un buen cambio. Zach Flynn es un encanto, el más sociable y abierto de los tres, además de un buen guitarrista que posee su propio sello discográfico, en realidad utiliza la música para evadirse de su trabajo. Es quien lleva todo el peso de la novela.
Caer es irlandesa y Sean O'Riley la contrata en calidad de enfermera para que le acompañe desde Dublin hasta su casa y allí cuidarle durante un tiempo. Es guapa y encantadora, pero oculta algunos secretos y es muy misteriosa, Zach no acaba de decidir si puede fiarse de ella. Lo cierto es que es un poco extraña y no me acaba de convencer como pareja de mi querido Zach.
Caer y Zach se conocen en Irlanda y se sienten atraidos casi sin querer porque ninguno de los dos buscaba sentir nada, pero es que es casi imposible no sentirse arrastrado por la magia y las leyendas irlandesas hacia una pasión descontrolada.
Entre toda la gente que habita la casa se palpa la tensión, alguien ha asesinado al mejor amigo y socio de Sean y han intentado matarle a él... pero ¿los casos están relacionados o es simple coincidencia? Puede que Sean tenga al enemigo en casa sin saberlo. Entre los secundarios destacan Sean, el patriarca de los O'Riley; Bridey, su tia abuela; Kat, su hija, Amanda, su segunda y joven esposa; la pareja que cuida la casa; y su socio más joven y su esposa. Además, vuelven a aparecer Aidan y Jeremy, y muy brevemente sus esposas, Kendall y Rowena.
En esta ocasión la intriga del libro cobra más importancia que la historia de amor en si, que queda un poco relegada y va a remolque de la historia principal, supongo que por eso es la novela que menos me ha convencido de las tres. Tiene un mcguffin demasiado fantasioso, y hablando de eso, aparecen tantos pájaros que podia haber salido Tippi Hedren buscando una cábina telefónica, pero la parte del misterio engancha bastante. Es un libro ameno y entretenido, aunque el final es un poco rápido, sobre todo para finalizar una serie.
Es una trilogía que engancha, con unos protagonistas masculinos carismáticos e historias de misterio interesantes y con su dosis paranormal, además se leen enseguida. Merece la pena leerlos.