Creciente tentación.

A. C. Arthur.

Sinopsis: Viven en las sombras -parte humano, parte animal-, ocultando su verdadera naturaleza a la vez que protegen a la raza humana de los salvajes de su especie...

Washington D.C. La oficial de policia Kalina Harper todavía sueña con aquella noche, hace dos años, en la que una enorme criatura felina la salvó de un asaltante enloquecido. Aunque mantuvo en secreto la verdad de lo sucedido, jamás pudo olvidar la ferocidad de las garras y los colmillos de la bestia... ni el hambriento deseo en los ojos del animal. Hasta que conoce a Roman Reynolds.

Poderosos, apasionados, e imposibles de resistir, son los cambiantes de las sombras.

Enérgico, magnético, y todo un hombre, Roman es un abogado de prestigio con una sonrisa depredadora y un encanto seductor. También es un sospechoso criminal con extrañas conexiones en la selva amazónica. Pero cuando Kalina se da cuenta de que Roman está asociado a una raza secreta de cambiantes jaguares que persiguen a los devorahombres se ve forzada a depositar su confianza en un hombre que desata sus miedos y fantasías más salvajes. Una feroz criatura de la noche en cuya naturaleza está el proteger a su hembra a cualquier precio...


He aquí otro bonito ejemplo de un libro que no era para mí. Reconozco que, dentro de la temática paranormal, los cambiaformas no son mis favoritos, pero tampoco tengo nada en contra de ellos, así, a priori. Precisamente acabo de escribir una crítica sobre la saga de Kitty Norville (una mujer lobo) y no ha podido ser más positiva. Como ya he dicho mil veces, soy una ávida lectora de fantasía y terror, así que en temática paranormal me cuela prácticamente todo… Prácticamente.

Y, bueno, así, en principio, la sinopsis de esta novela me llamaba la atención y, pensándolo con frialdad, el ambiente y la trama tienen su punto de atractivo, de originalidad, con los dos «bandos» de cambiaformas enfrentados: los que quieren convivir con los humanos, escondiéndose, y los rogues, los que piensan que son la especie superior y quieren «salir del armario»… o de la selva, en este caso. Los protagonistas también me parecían aceptables: un rico abogado, una mujer policía… Bueno, la cosa prometía.

Empecé con ganas la novela y… Y a las diez primeras páginas ya había dejado de prometer. A las veinte, empezó mi larguísima cuesta arriba para terminarla.

¿Por qué? Bueno, supongo que si tengo que ser sincera, debería decir que no es exactamente culpa de la novela en sí, sino de mis gustos particulares. Para mí, como lectora, el libro tiene dos escollos insalvables: odié su estilo desde la primera página y detesté la forma en que se relacionan los protagonistas desde el primer segundo.

Como digo, cuestión de gustos, pero me explico.

En cuanto al estilo es que me parece un quiero y no puedo. Tiene sus puntitos, sus pinceladas que podrían hacer de él algo entretenido… pero se quedan en borrones. Y es que, personalmente, me ponen muy, muy nerviosa las frases cortas, una tras otra y tras otra. Pero muy nerviosa. Mucho. Me parecen un recurso muy acertado cuando quieres dar sensación de apresuramiento, de que la situación que narras se acelera y se descontrola, pero cuando se usa por sistema, tengo la sensación de estar leyendo una lista de acciones o pensamientos inconexa y atosigante.

Lejos de facilitarme la lectura, esas frases breves y directas me alteran los nervios, me dan ganas de correr, de apresurarme yo misma en la lectura. Mal rollo, porque el que yo lea rápido no significa que me apresure leyendo y me repatea esa sensación de ir a la carrera.

Quizá podría habérselo perdonado, quizá, pero entonces entró el segundo rasgo de estilo que más detesto: los flashbacks. A ver, entiendo que hay hechos en el pasado de todo personaje que son relevantes, que merece la pena que el lector los conozca, pero hay formas y formas de contarlos. Y no soporto que, en el medio de un diálogo, me metan cuatro párrafos en plan: «Oh, claro, dice eso porque sus padres murieron en un accidente cuando era pequeño y él se había sentido como si blablablá». Y hale, ahí está, toda la historia del personaje. Y luego viene el siguiente diálogo y otra vez cuatro párrafos más contándome su historia. Y luego otra intervención del personaje y otra vez lo mismo. Y así una, y otra, y otra, y otra vez, hasta que ya estoy tan aburrida y tan cansada que ni sé en qué tiempo vivo. Si a eso le añado que va saltando de un punto de vista a otro sin orden ni concierto, el asunto ya resulta enloquecedor.

Vale, habrá a quien no le moleste ninguna de estas cosas, y lo acepto. Pero cada uno tiene sus manías, y esas son parte de las mías.

Así que el estilo no funcionaba y eso para mí ya es un problema y de los gordos, pero tal vez, sólo tal vez, si la historia era impresionante, pues podría haberme colado. Pero ahí fue donde me di de bruces con otra de las cosas que aborrezco en una historia. Odio, odio, odio con todas mis fuerzas el recurso fácil del «compañero designado», el «alma gemela» o como puñetas queráis llamarlo. Odio que a los dos segundos de conocerse, la atracción entre los protagonistas sea tan brutal, tan repentina, tan insoportable, que lo único en lo que pueden pensar sea en arrancarse la ropa y hacerlo encima de la mesa del despacho sin casi ni haberse presentado. A ver, puñeta, que eso no pasa. Y, claro, como no pasa, pues nos sacamos de la manga el «es tu compañera designada», la única, la insustituible, y te mueres por esa persona nada más verla aunque no sepas absolutamente nada de ella. O, como en este caso, aunque ella sea una policía encubierta que te está investigando porque piensa que eres un traficante de drogas y tú la pilles colándose en tu despacho después de haber forzado la cerradura.

Y es que fue precisamente en esa escena donde enarqué una ceja —vale, las dos. Asco de genética— y pensé: «Pero qué demonios…». Porque vamos a ver: el tío es un abogado de éxito con un bufete enorme y ella es su empleada. Se la encuentra en su despacho a una hora intempestiva —despacho que estaba cerrado con llave— y ella le dice que había ido ahí a enviar un correo, porque estaba en esa planta y, bueno, por no volver a bajar hasta su mesa. Detengámonos aquí un momento, porque no sé ni por dónde empezar a digerir todo esto… ¿A enviar un correo? ¿Por no bajar a tu mesa? Claro, es mucho más cómodo forzar la cerradura, cómo no. Pasa todos los días. Yo ayer mismo no tenía fuego y bajé a casa del vecino, salté la cerradura, revolví sus cajones y le robé un mechero. Por no bajar al estanco, ¿sabes?

Pero claro, como él se siente tan, pero tan atraído por ella, en lugar de llamar a seguridad, pues la sube a la mesa y poco menos que lo hacen ahí mismo. Normal. Pasa todos los días, como decía. Y no, antes de que me lo preguntéis, el vecino no me pilló, ni acabamos juntos retozando sobre la encimera de la cocina. Y ¿sabéis por qué no? Pues porque esas cosas no pasan. Ni aunque el vecino fuera mi alma gemela, el elegido de los dioses para complementarme o el mismísimo Jhonny Depp… Bueno, vale, si fuera Jhonny Depp quizá sí podría haber pasado, pero después no me libraban ni los dioses de la orden de alejamiento.

Y, claro, si el estilo no funciona, si los personajes hacen cosas absurdas y si encima me los encuentro como perros en celo cada dos páginas, pues… me cuesta, la verdad. Y conste que las escenas de sexo no son malas y que la historia es curiosa, pero es que se me hizo muy, muy cuesta arriba. Personalmente, me apeo de esta saga, porque me veo venir que el resto de los libros van a ser similares, pero si queréis leer otra historia más de cambiaformas, con su hombre dominante, sexy y todo eso pues… adelante. Pero yo os lo advertí, conste.

por la crítica, DeDanna!! Te la enlazo!

Lo empecé anoche con ganas, ya que leí algunas criticas positivas, pero después de 50 paginas lo he dejado. Acabo de leer tu critica DeDanna y aunque no puedo opinar sobre la trama, si puedo decir que estoy de acuerdo con la escena que mencionas. Cuando la leí me quedé en plan ,,¿En serio?,, Todo el asunto del correo, la empleada que se libra de husmear en el despacho de su jefe, ese instinto sexual entre ellos que me molesta mucho cuando ocurre desde el primer encuentro....todo esto me hizo dejar el libro porque supe que no es de mi estilo.

Me ha quedado claro que no me lo voy a leer, pero me he reído tanto leyendo la crítica Danna, estabas sembrá'

DeDanna escribió:

maryjane escribió:

Me ha quedado claro que no me lo voy a leer, pero me he reído tanto leyendo la crítica Danna, estabas sembrá'

Y no veas lo a gusto que me quedé, MJ Fue de esas que dices: "Oh, sí "

Te entiendo, reconozco la sensación

bueno me encanta llevar la contraria, peor que le vamos a hacer, fue un libro que me gusto, no me rompio la cabeza y si tiene trozos extravagantes , pero me parecio una historia nueva en  la que espero en los proximos exprima mas el tema y se explaye un poco mas a gusto, me apetece leer el de nick, gracias y un saludo por la critica me rei mucho ,

no se hacia mucho que no leia nada de fantasia y como necesitaba evadir la cabezza, me vino genial para aclararme donde estaba y solo por eso ya le doy por bueno , pero me espero el segund mejor y me entretenga nada mas , no tengo la cabeza para comermela con un libro , tampoco si soy sincera lo analice seriamente pero por lo menos no me cabreo cosa que no me paso en los ultimos ,  

si ahora mismo es lo que necesito, os dejo haber si esta noche descansamos algo, saludos y buena noche para todas