El placer de una dama
Renee Bernard


Sinopsis: A Merriam Everett siempre la han considerado una criatura tímida y sumisa. Pero por una sola noche, Merriman, el ratón, se ha convertido en una tentadora que buscará con descaro su placer con el arrogante conde que una vez la desdeñara para después dejarle dolorido por la lujuria. Un plan perfecto, ¡si no fuera porque Merriman termina seduciendo al granuja equivocado!

Drake Sotherton dejó Inglaterra en medio de siniestras especulaciones y ha regresado para buscar venganza contra Julian Clay, el hombre al que cree responsable de asesinar a su esposa. Convencido de que la enmascarada beldad que le ha seducido es un títere de Julian, Drake la sigue y le propone que se convierta en su amante durante la temporada. Cada sensual deseo, cada anhelo secreto será explorado... y satisfecho.

Pero mantener cerca a su enemigo es un juego peligroso. Merriam es una irresistible combinación de inocencia y abandono, y cada encuentro resulta más ardiente que el anterior. Con una pasión tan violenta, tan maravillosa, una temporada jamás será suficiente...


Mi problema con el romance histórico es que siempre me obliga a ponerme el sombrero de Indiana Jones y dar un salto de fe capaz de atravesar el Canal de la Mancha. Y puedo hacerlo, de verdad. Al fin y al cabo, aunque pico de todos los géneros por igual, gran parte de mi vida me he movido entre las novelas de fantasía, y soy capaz de creerme cualquier cosa que me cuenten, sobre todo si no intentan explicármela con esa lógica surrealista que tan de moda parece estarse poniendo últimamente.

Pero hay unas cosas que me cuestan más que otras, y esta novela es una de esas que me resulta difícil creerme, y es una lástima. Aclaro esto porque, si sois de las que podéis abstraeros de la época y sus convencionalismos, probablemente disfrutaréis de la lectura, ya que la autora tiene una innegable buena mano para esto de contar historias, y sobre todo para las escenas subidas de tono. Y hay unas cuantas. Muchísimas. Una gran parte de la novela explora las relaciones sexuales de los protagonistas y su mutua atracción, en un relato en el que todos los sentimientos, excepto la pasión, pasan a segundo plano. Oh, bien, es novela romántica, así que supongo que no le estropeo la historia a nadie si digo que al final terminan enamoradísimos y felicísimos, pero cómo sucede tal cosa, es algo que no me ha quedado claro del todo. Como tampoco me ha quedado claro cómo los personajes toman las decisiones que toman, y ahí es donde mi salto de fe para creerme cualquier cosa que me quiera contar la autora termina conmigo empotrada en el suelo de mi propio realismo.

Y es que, vamos a ver: no tengo absolutamente nada en contra de la novela erótica, y mucho menos cuando está tan bien narrada como es el caso. No tengo ningún problema en creerme las locuras que la pasión puede llevar a hacer. No tengo ningún inconveniente en aceptar que ciertas prácticas no aparecieron ayer, y que seguro que incluso en una época tan puritana como la que se nos narra en la novela, había quien las llevaba a cabo y disfrutaba con ellas sin ningún falso pudor. Y si, en lugar de presentarme a una tímida y sosa viuda, que ha vivido toda su vida dentro de las rígidas normas del momento, la autora se hubiera decantado por dibujarme a una cortesana, una actriz, una cantante de ópera, incluso, yo habría sonreído, me habría aferrado a mi taza de chocolate y habría disfrutado de la lectura. Pero por muchas ganas que tuviera de dar ese salto de fe hacia lo inconcebible, no pude imaginarme cómo una respetable viuda se presta ya no sólo a ser la amante de un duque libertino, que mira, podría ser, que cualquiera se cansa de ser siempre correcto, sino que encima lo hace a la vista de todos, acogiendo el escándalo con los brazos —y las piernas— bien abiertos. No alcanzo a creerme que, por mucho que la mujer estuviera cansada de su vida gris y aburrida, aceptara en una sola noche que el duque trasladara todas sus pertenencias a su casa, y se dedicara a pasearla como su amante por todo Londres, desde un paseo a caballo por Hyde Park hasta un palco de la ópera. No puedo. Y lo siento, en serio. Lo siento porque, con otros protagonistas, esta crítica sería muy diferente, porque la autora sabe escribir, no tengo duda. Pocas veces he podido tragarme cinco o seis escenas de sexo seguidas sin poner los ojos en blanco y pensar: “Vaya, ya están a ello otra vez”. Porque sí, me gustan las escenas tórridas como al que más, pero muchas seguidas me saturan. Sin embargo, esta mujer sabe muy bien cómo hacerlas interesantes, y además, si bien no me creo para nada la historia, sí me convenció de la lujuria mutua de los protagonistas y de que no pudieran quitarse las manos de encima el uno al otro.

Y quizá por ello podría haberle perdonado que el principal personaje femenino no me pareciera creíble, cosas peores he perdonado, pero es que la resolución de la trama más allá de la historia “de amor” (y sí, las comillas son a propósito), me pareció muy tramposa. Y me gustaba. En serio, me gustaba. La historia del duque letal que está convencido de que su mejor amigo asesinó a su esposa, y decidido a vengarse de él, tenía su tirón. Pero ya empezó a flaquear cuando la autora dice claramente que el amigo piensa que fue el propio duque quien la mató, algo que evidentemente no te crees, porque sino, a qué vienen todas esas ansias de venganza. A ver, ¿qué pasa ahí, entonces? ¿Cada uno de ellos cree que el culpable es el otro? Y entonces, ¿quién es? Pues no lo voy a decir por no espoilear a nadie, pero sí puedo decir que no me convenció lo más mínimo. Sí, sirve a la trama. Sí, ayuda a que la protagonista empatice con todo el asunto… Pero es tramposo. Y odio que me hagan trampa. Porque si vuelvo hacia atrás en la lectura —sí, lo hice—, y no veo ninguna pista, nada que cuando todo se resuelve me encienda la bombilla y me haga exclamar: “Ah, vale, claro, qué tonta, ¿cómo no me di cuenta?”, pues me fastidia, porque para mi gusto es sacarse un “malo” de la manga. Entiendo que quizá está hecho para que no sospeches de esa persona ni en lo más mínimo, pero no darle ni una sola pista al lector es demasiado cómodo. Es mucho más difícil hacerlo del otro modo, exige mucho más oficio, no lo niego, pero al menos a quien te lee no se le queda cara de “pues bueno, pues vale, pues está bien”.

Y lo que más me fastidia de todo este asunto es que parece que no me gustó nada la novela, y eso no es así. La leí de un tirón y no me cansó en ningún momento. Como he dicho, la autora tiene buena mano, y eso ayuda y mucho. Pero hay un libro para cada persona y, por desgracia, yo no soy la persona adecuada para éste. Pero si os gusta la novela erótica, y sois de las que pensáis que, incluso en la época de Regencia, había damas de la alta sociedad dispuestas a arruinarse en público sin pestañear por vivir un puñado de meses de sexo desenfrenado, pues os la recomiendo sin dudarlo. No creo que os decepcione.

Muy buena crítica me leí el libro hace mucho tiempo y me gusta la manera de narrar de la autora, que precisamente hace que te leas la novela de un tirón. Además las escenas hot están muy bien llevadas. Tal vez lo que cuentas de que la autora no se esmeró lo suficiente para la elaboración de algunos puntos de la trama y eso sumado a la prota que es viuda y demasiado libertina en una sociedad tan puritana como aquella, sean los puntos flacos de la novela y en eso te doy la razón. De todos modos, en general, es una novela agradable de leer y que se lee rápido. Ya es un gran logro encontrar novelas asín, teniendo en cuenta lo que a veces se publica en erótica, que no sabes ni por donde cogerlo.

Un beso

Sí, la autora escribe muy bien, y las escenas hot son de lo mejor que he leído en erótica, porque, como digo en la crítica, no cansan nada

No suelo leer mucha erótica. Leo una y paso a otro género, porque termino hastiada tanto sexo sin motivo ni trama y, con mis disculpas a las que les gusta el género, me resulta mucho más difícil encontrar algo bueno en erótica que en otras temáticas. Pero aquí las escenas están muy bien llevadas y muy bien narradas, y todas tienen su elemento diferenciador que las hace únicas y que te incita a leerlas

Mi problema es simplemente que no me parece la ambientación ni los personajes adecuados, pero eso no hace que la novela sea mala, sólo hace que tengas la sensación de que no es lógico todo el tema de la "temporada escandalosa". Como dije, si lo hubieran llevado de otro modo más discreto, o la protagonista fuera más... predispuesta al escándalo, me habría gustado mucho más.

Aun así, está muy bien, y la recomiendo, ya lo he dicho. Me preocupaba que no se notara que la novela es recomendable, que sólo es mi gusto personal, así que me has dejado más tranquila . Gracias

¡Gracias por la crítica DeDanna!

Te la acabo de enlazar en el listado.

(Repetimos) Gracias

Me lo apunto 

No soy muy de erótica, pero lo tendré en cuenta. Gracias por la estupenda crítica.

NinaTRC escribió:

a mí tu crítica me convenció, Danna, tanto así que estoy con esta novela ahora mismo.


Iré sin mayores expectativas y de seguro disfrutaré la lectura.

gracias por la crítica   

Ya me contarás, Nina  

mongi_87 escribió:

Me lo apunto 

¿Y lo vas a leer? ¿Después de leer la crítica y no antes?   Por los dioses... MJ lee paranormal, Pepa contemporánea y tú lees un libro después de ver la crítica en lugar de al revés   ¡¡Los jinetes del apocalipsis salen a cabalgar!!     

tormenta escribió:

No soy muy de erótica, pero lo tendré en cuenta. Gracias por la estupenda crítica.

Si te animas, ya me contarás Y gracias a ti

        

Bueno, suelo leer las críticas, luego voy a la libreria, el libro no está y acabo comprando cosas como Sangre         

DeDanna escribió:

   

Que no me has dicho si lo has leído, por cierto

No todavía no,       y no se porque, me dejaste con unas ganas de leerlo