Tras seis siglos de vida como vampiro, Saint ha aprendido que debe mantenerse alejado de los humanos para evitar el sufrimiento. Pero todo cambia cuando recibe una llamada de socorro del burdel londinense Maison Rouge: algunas de sus trabajadoras, antiguas amigas del vampiro, han sido asesinadas, e Ivy Dearing, la hija de la dueña, está dispuesta a encontrar al criminal a toda costa.
Saint sabe que sería mejor que Ivy se quedara al margen, pero es tan irresistible… La muchacha despierta en él un deseo tan fuerte como su sed de sangre. Para salvar la vida de la mujer que le ha descubierto de nuevo el amor tendrá que enfrentarse no sólo a un sanguinario asesino, sino también a sus propios miedos.
Pues ya tenemos aquí el tercer libro de “La hermandad de la sangre” de Kathryn Smith, el libro me ha gustado, y aquí es donde puede estar el acierto o el problema de la historia, no me ha gustado ni más ni menos que los anteriores de la serie. Me explico, el patrón de la autora no cambia, nos presenta a un vampiro muy humanizado, que si no fuera por su aversión al sol, sus habilidades nocturnas (como volar) y su gusto por la sangre podría ser cualquier lord de XIX que protagoniza una novela histórica de toda la vida, a eso se limita lo paranormal en la novela de Katrhyn Smith a la condición de inmortal del protagonista sin aspavientos, ni poderes sobrenaturales sobresalientes. Hasta aquí de acuerdo, pues estas condiciones son el sello de identidad de esta serie, pero aquí es donde comienza el problema, y es que aunque los protagonistas son diferentes y sus situaciones también, no puedes evitar que te de la sensación de estar leyendo lo mismo que en “Mía para siempre” y “Amor inmortal”.
Sí, hay un loco suelto que parece estar imitando lo que años antes hacía Jack el Destripador, y esto podría haberle dado más vida a la trama al igual que la presencia constante de la Orden de la Palma de plata, pero no lo hace puesto que solo tenemos dos sospechosos desde el principio, y queda muy clarito quien de los dos esta cometiendo los terribles crímenes. Es en la condición de la protagonista femenina donde la autora varía y se muestra más original, si en el primer libro teníamos a una dama virginal sufriendo una enfermedad terrible y en el segundo a una intrépida cazavampiros, aquí Ivy es la hija de la regente de un burdel, una muchacha emprendedora, muy moderna para su época, que siente pasión por la fotografía, y que se ha criado entre mujeres que han trabajado en un lugar idílico para ser un burdel, un sitio que sirve de refugio a los vampiros ( de ellos es verdaderamente el negocio) donde todos conviven como una gran familia y donde se respeta a todas las personas.
El libro gana en ritmo hacia el final, donde la presencia del asesino y sus verdaderas intenciones se hacen más patentes y donde el recuerdo de los otros personajes de la hermandad esta más presente, Temple es para mí el vampiro más interesante, el que parece haber sufrido más los encontronazos con la Orden de la Palma, y el típico personaje masculino atormentado por el que te pica curiosidad espero que su libro merezca la pena, para abrir boca ya te adelantan un poquito del siguiente de la saga la historia de Reign.
En definitiva, “Pasión eterna” no es un mal libro, entretiene y su lectura es fluida la única pega es que es un calco de sus antecesores, pero bueno si te gustaron como me sucedió a mí sabrás que con este libro vas sobre seguro. Un 7.