Jessamy siguió a Galen a la sala de armas después de que este despidiera a Elena por ese día. La cazadora se había alejado del ring de entrenamiento con varias contusiones, las puntas de sus alas arrastrando a lo largo de la tierra como uno de los jóvenes niños a cargo de Jessamy, pero no antes de derramar algo de la sangre de Galen.
"Deja que te mire la herida", dijo Jessamy, cerrando la puerta de la sala de armas tras ella, con su sencillo vestido azul cayendo en un susurro delicado alrededor de sus tobillos. Cuando se volvió hacia el enorme espacio cubierto utilizado para el entrenamiento, fue para ver a Galen poner las espadas de formación sobre una mesa de madera llena de marcas, un trapo de limpieza ya en su mano y el ceño fruncido en su rostro.
- No es nada, es un rasguño.
- Yo juzgaré eso.
El ceño fruncido no desapareció, pero su gran y musculoso amante se estuvo quieto, con las alas plegadas cuidadosamente a la espalda, mientras ella utiliza un pañuelo limpio para limpiar la sangre y ver que él tenía razón. La herida ya estaba cerca de estar curada, un silencioso símbolo de la fuerza de Galen. "Fuiste muy duro con Elena." Como un ángel recién creado, la consorte de Rafael llevaría sus moratones por mucho tiempo.
Galen volvió a las espadas, y al proceso de limpieza que siempre completaba, no importaba lo cansado que estuviera después de una sesión. Ella sabía que hoy no lo estaba en absoluto, Elena era una novato con espadas-por no hablar de su falta de experiencia en la lucha con el cuerpo alado que ahora era suyo.
- Ella podría causar la muerte de Raphael - dijo Galen, pasando la tela a lo largo de la primera hoja.
Era una verdad irrefutable. Elena era ahora la mayor debilidad de Rafael, una parte viva y palpitante de su corazón, pero sin nada de la fuerza bruta del propio arcángel.
Sin embargo, esa no era la única verdad. - Ella es buena para él -. Jessamy dio la bienvenida a los cambios sutiles en Raphael. Antes de Elena, ella lo había visto volverse más duro, más frío, más remoto con el paso de los siglos, hasta que apenas podía reconocer el arcángel joven que le había dicho una vez que siempre tendría una habitación en la torre para ella. "Ella le hace feliz."
Galen resopló, sin decir nada, pero ella había estado con su bárbaro amante durante más de cuatrocientos años, no era tan fácil que dejara el tema. Sujetándolo del brazo para obligarlo a detener el proceso de limpieza, ella dijo: "Así como yo te hago feliz", su torso desnudo caliente contra ella. "Y yo no soy exactamente la persona más fuerte en el refugio".
"No hay comparación", gruñó Galen como respuesta, su ceño fruncido sobre unos ojos de un sorprendente verde pálido, lo encontraba cada vez más hermoso con el pasar los años. "Tú eres la maestra e historiadora, parte integrante e irremplazable de nuestro pueblo. Ella es una mortal con alas, ¿con qué contribuye ella? "
Jessamy le dio un codazo en las aristas duras de su abdomen. Al escucharlo hablar, cualquiera pensaría que no tenía corazón, cuando sabía que su Galen tenía el corazón más grande del mundo, y el más leal. –Tú - dijo ella cuando él hizo una mueca, - Una vez fuiste un niño que se tambaleó cuando voló-.
"No," la interrumpió con un gesto pensativo: "Yo no lo creo. De acuerdo con el maestro de armas con el que me formé, salí del vientre con un cuchillo en una mano y una ballesta en la otra. "
Con los labios crispados, Jessamy le pasó los dedos por la superficie interior de seda del ala derecha, una caricia que ella sabía que no le permitiría a nadie más. "Debes darle una oportunidad para crecer, para ser lo que ella está destinada a ser. Sabes que Raphael no tomaría a una mujer débil como su consorte. "
- Sólo porque era una cazadora experta no la hace estar preparada para vivir al lado de un Arcángel.-
Galen no usaba a la ligera la palabra "experto". Asimilando profundamente lo que quería decir Jessamy se apoyó contra su brazo para poder mirarlo a la cara. - ¿Piensas que tiene potencial real. Es por eso que estás siendo tan duro con ella. "Cuando él no respondió, ella dijo:" De hecho, creo que incluso podría gustarte un poco. -
Otro ceño fruncido, manos fuertes en su cintura la movieron a un lado para recoger la espada que no había terminado de limpiar.- Ella le disparó a Raphael.-
- Una vez tire un tintero a tu cabeza.-
Con la espada limpia, la deslizó en su soporte en la pared, y luego hizo lo mismo con las otras armas sobre la mesa. -Tú fallaste. –
- ¿Así que si te hubiera golpeado, todavía estarías resentido?- , preguntó ella, mirando su cuerpo flexionarse y moverse mientras ponía las armas en su lugar.
- ¿Crees que no lo estoy? –
Riendo, ella le tomó el rostro para atraerlo hacia abajo en un dulce beso que rápidamente se volvió salvaje y caliente cuando Galen tomó el control, sus grandes manos la apretaban contra su cuerpo excitado, su boca demandándole que ella abriera la suya.
- Si esa es tu forma de guardarme rencor -, dijo ella, jadeando cuando él finalmente la liberó: -Voy a tener que recordarte el incidente del tintero más a menudo. –
- Su sonrisa era tranquila, el brillo de sus ojos muy Galen. - Vamos a bailar.-
Ella sabía exactamente de lo que estaba hablando, y no tenía nada que ver con el tipo de baile que uno hacía en la tierra. "Tengo menos de una hora", murmuró, levantándose de puntillas para besar la dura línea de su mandíbula.
-Puedo ser rápido.- Él la arrastró fuera de la sala de armas de la mano. - Cuidaré de ti esta noche. Muy, muy lentamente-. (N.T:
)
Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello, un brazo musculoso apretado alrededor de su cintura, la levantó en el aire con un solo golpe de sus poderosas alas. - eres un hombre terrible-, dijo ella, besando tentadoramente su garganta, tan pronto estuvieron lo suficientemente alto como para estar en privado. - Sabes lo que me haces cuando dices cosas como esas—. Terrenal y crudo, tenía la capacidad de hacer que se le curvaran los dedos de los pies y hacerla sentir una sensual seductora a la vez.
La respuesta de Galen fue una sonrisa diabólica, la inmersión en la que los hundió les robo el aliento. Gritando con el placer salvaje de la misma, Jessamy cayó con él por el barranco que atravesaba el Refugio, se levantaron de nuevo. Pasaron un destello de color azul distintivo en la corriente ascendente que tenía que ser Illium ... y luego hicieron otra caída en picado, Galen estaba despegando en una pequeña fisura que era una fractura que emana del barranco principal, antes de irse volando al cielo una vez más, el Refugio perdió en la distancia.
Su pelo azotaba su cara y su falda estaba enredada en sus piernas mientras él volaba con un poder y una confianza que la hizo aferrarse con un solo brazo, confiada en su seguridad, Jessamy paso los nudillos de su mano libre por su abdomen. -¿Dónde vamos a bailar?- La privacidad no era difícil de encontrar en estas montañas, los gigantes que rodeaban el Refugio a menudo estaban envueltos en cortinas de espesa niebla. Abajo, no había nada, ninguna señal de civilización, ningún pueblo, las tierras montañosas habían pertenecido a los ángeles durante un eón.
- Justo aquí- , dijo, y se dejó caer sin previo aviso en un desfiladero enorme tan oscuro y profundo que ninguna luz penetraba en el lugar donde bailaron.
Cada contacto se magnificó en la oscuridad, cada susurro una caricia áspera. Galen fue tan rápido como había prometido, pero cuidó muy bien de ella. Siempre lo hacía, su amante que conocía su cuerpo tanto como cualquier otra arma en su arsenal. Como ella conocía el suyo.
- Admítelo,- dijo ella más tarde mientras yacían en la oscuridad en el fondo del desfiladero, la más suave arena bajo sus cuerpos y el sonido cercano de agua sobre las piedras una música tranquila.
Un brazo envuelto alrededor de ella mientras yacía con la mitad de su cuerpo sobre él, con el ala izquierda de ella rozando su pecho, Galen dijo: - ¿Qué? –
Cuando empezó a acariciar su ala, ella se acurrucó más profundamente en él. Una vez, en los albores de su noviazgo, ella había sido tímida a la hora de su ala torcida, pero era imposible ser tímida sobre algo con Galen, el no ocultaba amarla exactamente como era. Después de cuatro siglos, que habían pasado en un latido de corazón, sabía que podía llegar a él rota en todos los sentidos, y estar segura de su amor. Aunque, sin duda, tampoco dudaría en gritarle por hacerse daño a ella misma.
- Que ves potencial en Elena,- dijo con una sonrisa. Fue su actitud protectora lo que había enviado ese tintero volando a su cabeza. No es que la lección hubiera servido de nada.
- Ella no se derrumbó hoy. No es patética -, fue la áspera respuesta. - Podría ser capaz de transformarla en una luchadora pasable.-
Viniendo de Galen, eso era un gran elogio. - Debo advertirte, creo que Elena y yo vamos a ser amigas.-
- No me pidas que sea indulgente con ella. –
- No lo haré -. Ella entendió lo que muchos no entendieron, lo que posiblemente Elena no entendía aún, que la consorte de Rafael necesitaba alcanzar su potencial lo más rápido que pudiera para sobrevivir en el mundo inmortal al que había sido empujada. -Sé que tú puedes darle las herramientas que la ayudarán a vivir lo suficiente para convertirse en lo que se supone que debe ser. –
Levantándose después de otra caricia, y llevándola con él, Galen dijo: - Déjame llevarte al refugio para que puedas cambiarte antes de tu clase -.
Cuando aterrizaron en el suelo de piedra en frente de su casa, los acantilados llenos de macetas plagadas de color y olor, él dijo: -No pienses que he olvidado que perdiste la clase de entrenamiento defensivo ayer. Vamos a hacerlo esta noche. –
Besándolo hasta que las manos de él se deslizaron hacia abajo para apretar sus curvas inferiores, murmuró -Vamos a pasar de la lección esta noche- Era tan duro con ella como cuando estaba con cualquiera de sus otros estudiantes, con la única diferencia de que sus enseñanzas eran siempre en privado, y ella a veces podía distraer al maestro de armas de maneras no disponibles para otros.
- Jess -, murmuró, con los ojos brillantes, - hemos estado entrenando juntos durante muchos años. ¿Cuándo fue la última vez disuadiste de una lección? -.
-Hace una década -, dijo de inmediato - después de que te recibiera en la puerta usando nada más que una de tus plumas atada como un lazo alrededor de mi cuello.-
Su cuerpo respondió al recordatorio, pero entrecerró los ojos. - Ni siquiera lo pienses. Quiero que mantengas tus habilidades frescas, el mundo ha sido siempre un lugar peligroso, pero se está volviendo incluso más ahora. –
Jessamy también había sentido el creciente cambio. Había sido anunciado por un ángel con un corazón mortal y a donde podría llegar, nadie lo sabía. Lo único de lo que estaba segura Jessamy era que todo lo que deparase el futuro, ella lo caminaría con su maestro de armas a su lado y, desde que él se aseguró de que era una experta con ellas, una ballesta en la mano.