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Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 28 Oct 2012 - 23:33 | |
| Estoy segura de que no lo he leído Ni este ni el anterior... Que extraño! - Spoiler:
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
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nefertiabet Diosa Atlante
Mensajes : 1075 Edad : 33 Localización : Valladolid Empleo/Ocios : Estudiar Inscripción : 01/03/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 29 Oct 2012 - 9:12 | |
| Diez días después, XY se detuvo al llegar al patio de baldosas, frente a la Escuela Wolfe para señoritas. Cinco años antes, las madres adineradas de Denver habían decidido que necesitaban poder educar a sus hijas sin tener que enviarlas al Este, de manera que, entre todas, mediante aportaciones particulares y subvenciones, construyeron la escuela. Compuesta de varios edificios de piedra, la escuela ocupaba un área inmensa en el extremo del barrio residencial más exclusivo de Denver. Las hijas de los millonarios locales estudiaban allí durante el día. El resto, las hijas de los magnates del oro y la plata y de unos cuantos ganaderos a los que no les gustaba vivir en Denver, contaban con residencia de estudiantes para que pudieran vivir allí durante el curso.
Varias hectáreas de pasto quemado y cientos de árboles recién sembrados luchaban por transformar aquel trozo de pradera, que se extendía a los pies de las Montañas Rocosas, en un lugar que recordara a una ciudad del este. La piedra de los edificios ya estaba adquiriendo un color grisáceo. En unos pocos años, la Escuela Wolfe tendría todo el aspecto de la venerable institución en que las matronas de Denver esperaban que se convirtiera.
—Encontrará a la señorita XX en el dormitorio —le dijo a XY una mujer mayor que estaba en el edificio principal—. Es el segundo edificio a la derecha al salir de aquí, pasando la capilla. Dígame —dijo la mujer, mientras clavaba la mirada en la manga izquierda de la chaqueta de XY, que colgaba sin nada dentro—, ¿perdió usted el brazo en un accidente en una mina?
—Un yanqui muy amable me destrozó el codo en Gettysburg —dijo XY con irritación—. Y los médicos yanquis decidieron que era más fácil amputarlo que tratar de curarme.
—Pero no tiene sentido andar con una manga vacía. Hoy día hacen brazos artificiales muy buenos.
—¡No es cierto! Son infames.
XY dio media vuelta y salió del edificio dando grandes zancadas. Le gustaría que la gente se reservara sus comentarios y su curiosidad. Suponía que estaban tratando de ser amables, pero, en su ignorancia, terminaban por hacer más mal que bien. XY sacó un reloj de oro del bolsillo y frunció el ceño. Comenzó a caminar más rápido. Ya iba cinco minutos retrasado. Si no se daba prisa, llegaría tarde a la reunión. La junta directiva del banco iba a decidir si compraban más minas en Leadville, y XY se proponía asegurarse de que lo hicieran.
Le echó un vistazo a la capilla al pasar. Era un edificio pequeño y cuadrado. No había entrado a una iglesia desde que perdió el brazo.
El dormitorio era grande, cuadrado y feo. XY ya tenía la mano sobre el picaporte de la puerta, cuando pensó que sería mejor llamar al timbre primero. La idea de irrumpir en medio de un salón lleno de jovencitas en ropa interior le daba pavor. Una criada vestida con un pulcro uniforme le abrió la puerta.
—¿Puedo ayudarlo? —preguntó la joven, con un acento británico muy marcado.
—Vengo a ver a la señorita XX.
La criada pareció desconcertada.
—La señorita XX no tiene ninguna cita hoy.
—Bien. Así no tendrá inconveniente en recibirme.
—Me refiero a que, como no tiene citas, está ocupada en este momento.
—Estoy seguro de que puede dejar lo que sea que esté haciendo —dijo XY, al tiempo que se abría paso hacia el interior—. Por favor dígale que estoy aquí.
—Pero ¿quién es usted?
—El señor XY.
Cuando la criada lo miró como si siguiera sin saber quién era, XY dijo:
—El banquero.
La mujer no se inmutó, así que XY dijo:
—El tío de las gemelas.
Entonces la criada sonrió amablemente.
—Usted es el señor XY.
—Eso es lo que le he dicho.
—No exactamente. Ha dicho apellido, y hay mucha gente con ese apellido, ¿no le parece? Deme el sombrero y el abrigo, y tome asiento. Veré si la señorita XX puede atenderlo. |
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
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nefertiabet Diosa Atlante
Mensajes : 1075 Edad : 33 Localización : Valladolid Empleo/Ocios : Estudiar Inscripción : 01/03/2012
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kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 29 Oct 2012 - 12:35 | |
| bueno, no lo he leido aun, justo me quede en el anterior hermano, pero con las pistas que daba el texto me imagine quien era,
Violet de Legih Greenwood |
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nefertiabet Diosa Atlante
Mensajes : 1075 Edad : 33 Localización : Valladolid Empleo/Ocios : Estudiar Inscripción : 01/03/2012
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pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
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kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 29 Oct 2012 - 16:36 | |
| tengo complicado poner, o son muy conocidos o son harlequines
—En ese caso, libéranos, muchacha —le dijo—, y cumpliremos nuestra parte del juramento. Con las manos trémulas a causa del inmenso alivio que la embargaba, Jolene comenzó a buscar la llave de la cel4a entre todas las que llevaba. La esperanza era embriagadora, se dijo. Por un momento había estado a un paso de desmayarse y daba gracias a Dios por no haber sufrido semejante bochorno delante de esos hombres. —¿No sabes cuál es la llave? —EL sintió una mezcla de irritación y jocosidad al verla bregar con las llaves y la cerradura. —¿Y por qué tendría que saberlo? —musitó ella en respuesta—. Jamás he encerrado a nadie aquí abajo. —¿No se lo has preguntado a quien te las ha dado? —No. Estaba dormido. —Entiendo. En fin, esperemos que los otros guardias no decidan bajar a echar un vistazo mientras la buscas... —No vendrá ningún guardia. Están durmiendo. —¿Todos? —Eso espero. —¿Y los soldados también? La muchacha asintió. —¿Es que todo Drumwich está durmiendo? —Casi. Dejé a algunos despiertos, a los que creí que querrían huir del castillo si les daba la oportunidad de hacerlo. —Soltó un grito triunfal cuando una de las llaves abrió la cerradura y lo miró con una sonrisa mientras abría la puerta. EL se limitó a enarcar una ceja al tiempo que zarandeaba suavemente las cadenas que lo unían a la argolla de la pared. La mirada hosca que ella le lanzó mientras corría a su lado con el enorme montón de llaves tintineando en su mano estuvo a punto de arrancarle una sonrisa. Sin embargo, soltó un largo suspiro cuando ELLA volvió a probar las llaves una a una. La oyó mascullar algo que sonó como una maldición. Se le quitaron las ganas de reírse en cuanto la notó pegada a él. Pese a su frágil apariencia, el aroma a limpio de su cuerpo lo excitó. Observó esas manos pequeñas de muñecas delgadas y dedos largos mientras intentaba recordarle a su mente que era una mujer delicada. Su cuerpo insistía en olvidarse de ese detalle. Al igual que se olvidaba de su cabello negro recogido en una gruesa trenza que colgaba por su espalda y le llegaba más abajo del trasero, un color que nunca le había gustado especialmente. También pasó por alto el hecho de que apenas le llegaba al hombro. La muchacha era todo lo contrario de lo que buscaba un hombre de su corpulencia y sus preferencias, aunque parecía que su cuerpo estaba en patente desacuerdo con su mente. Era un misterio que no sabía si sería capaz de resolver. —¿Estás completamente segura de que los hombres de VILLANO están dormidos? —le preguntó en un intento por desentenderse de la visión de ese largo y elegante cuello. Si se concentraba en los problemas que tenían entre manos, tal vez lo lograra. —Sí. Les di unos cuantos puntapiés a algunos para asegurarme. —Le estaba resultando más difícil de lo que pensaba concentrarse en la búsqueda de la llave sin prestarle atención al imponente hombre que tenía tan cerca. —¿Cómo lo has logrado? —Eché un brebaje en la cerveza y en el vino de la cena. Además, con la ayuda de dos criadas, conseguí que los demás también lo bebieran en cuanto los hombres que estaban sentados a la mesa comenzaron a comer. Casi todos se quedaron dormidos a la vez. —¿Casi todos? ¿Qué ha pasado con los que no se quedaron dormidos? —Les dimos un buen golpe en la cabeza. ¡Ya está! |
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Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 29 Oct 2012 - 17:36 | |
| Los nombres que dejaste es una pista? Pues no lo he leído no conozco personajes con esos nombres |
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romantica cien por cien Elegida de la Escribana
Mensajes : 565 Localización : MADRID ( o eso creo) Empleo/Ocios : leer, leer ,y leer Humor : depende del dia Inscripción : 03/07/2012
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
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romantica cien por cien Elegida de la Escribana
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kadesh Reencarnada en cazadora
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drew Cazadora de élite
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