Construyendo un amor (De la antología «Palabras en el alma»)
Nora Roberts.
Sinopsis: Era la mujer con casco más sexy que el arquitecto Cody Johnson había visto en toda su vida. Pero la ingeniera Abra Wilson tenía una voluntad tan fuerte como una viga de acero... y estaba dispuesta a enfrentarse a quien hiciera falta para conseguir lo que se proponía.
Y una vez más, nos encontramos con la típica novela corta de Nora Roberts, con sus típicos personajes. Y, una vez más, funciona. Ojalá supiera por qué, de verdad. Sus protagonistas suelen seguir todos un esquema muy definido, las historias son sencillas a más no poder, hay muchísimos parecidos entre unas y otras… Y sin embargo, todas dejan buen sabor de boca. Y, a pesar de que los personajes son muy parecidos en muchísimos detalles —mujeres fuertes, independientes, para las que un hombre es algo apetecible pero no necesario; hombres maduros, que, lejos de espantarse porque una mujer sea inteligente y capaz, lo admiran, casi todos ricos y estables—, hay suficientes diferencias entre ellos como para que sigan resultando atractivos por muchas novelas que leas de esta mujer. Hombre, si te tragas diecisiete seguidas, igual te cansas, pero ¿qué autor es tan original y adaptable como para no cansarte si se leen todas sus obras seguidas?
En esta novela conocemos la historia de Cody y Abra, un arquitecto y una ingeniera que trabajan juntos en el mismo proyecto, así que a su ya vacilante relación amorosa, hay que añadirle la tensión «profesional». Arquitectos e ingenieros… bueno…
La trama es sencilla, sin demasiadas pretensiones, como corresponde a una novela tan breve, pero se lee con agrado, entretiene y se disfruta. Y ellos… Bueno, ellos me han encantado, como ya he dicho que me suele pasar con los personajes de la Roberts. Ella es testaruda, independiente, reacia a mantener una relación y más con un tipo con el que tiene que trabajar. Él… él es un encanto. Sin más. El prototipo de «Hombre-Nora-Roberts». Un tío sencillo, asentado, que disfruta de su trabajo y de su vida y lo hace sin aspavientos. Y que siempre consigue lo que se propone, y en este caso lo que se ha propuesto es Abra.
En pocas páginas, la Roberts consigue explicarnos los principios vacilantes de una relación complicada que poco a poco se va asentando. Nos narra cómo los protagonistas superan las diferencias que los separan, solucionan las tensiones en su relación y derivan en un romance maduro y con base. Cómo se consigue eso en apenas doscientas páginas es algo que se me escapa por completo, pero el caso es que se puede hacer y esta novela lo demuestra. No te quedas con la sensación de que todo ha ido muy rápido, de que «le faltan páginas», de que hay apresuramiento… No, todo es como tiene que ser, todo sigue un ritmo lógico y todo termina de la forma inevitable y en el tiempo preciso.
Supongo que en algo de esto radica parte de la «magia» que nunca puedo evitar atribuirle a esta autora: en contar una historia sencilla con las palabras precisas y las escenas necesarias, ni más, ni menos.
En resumen: una historia entretenida para una tarde de ocio. Sin más pretensiones, ni maldita la falta que le hacen.