Nunca había leído nada de esta autora, y el primer acercamiento ha sido todo un éxito.
Justin Tolbert era un héroe de guerra y el nuevo conde de Wynfield,
pero no el mismo hombre que lady Sarah Spenser había conocido...
De repente, Sarah recordó vívidamente la noche en que había bailado
con él por primera vez. El salón de baile londinense rebosaba de
invitados y el calor resultaba asfixiante. Justin iba de uniforme, y el
traje de su regimiento realzaba la perfección de su cuerpo y su rostro
todavía juvenil. Sarah pensó entonces que no había hombre más apuesto en
toda la estancia. Aceptó su mano con agrado y, cuando sonaron las
primeras notas, se dejó llevar en sus brazos. Sus pasos se acompasaban a
la perfección, casi sin pensar. Y bailaron juntos como si hubieran sido
creados sólo para eso...
ESta es la sinopsis... Pero el libro es mucho más que eso (esta sinopsis no le hace justicia). No os quiero destripar en exceso el libro y estropearlo. Espero hacerlo lo mejor posible.
Sarah es una mujer fuerte, que tiene que sobreponerse a unas circunstancias durísimas, y que debe criar a su hijo, Andrew, y honrar la promesa que le hizo a su hermana en su lecho de muerte... aunque eso ha significado romper con el hombre que amaba... hasta que sabe que no tiene dinero y ella si.
El conde ha regresado de la guerra, sin una pierna, amargado y resentido. Enfadado con Sarah, porque no honró sus promesas.... pero no tiene ni un penique. REchaza la primera propuesta de Sarah... hasta que se da cuenta de que debe hacer lo mejor por su gente, por sus arrendatarios... y acepta. Andrew y Sarah cambiarán su vida, pero no se dará cuenta hasta que no es casi demasiado tarde.
Los dos personajes me han resultado completamente creibles; las motivaciones y caracter de cada uno son consistentes y su historia es, simplemente, una delicia. Andrew es encantador y acaba por conquistarte.
Para mí, es de 8.5