SINOPSIS
En las oscuras esquinas de la noche en Caldwell, Nueva York, un conflicto como ningún otro ruge. Largamente dividida en un terrible
campo de batalla para los vampiros y sus enemigos, la ciudad es el hogar de una banda de Hermanos nacidos para defender a su raza: los guerreros vampiros de la de la Daga Negra.
John Matthew ha recorrido un largo camino desde que fue encontrado viviendo entre humanos, su naturaleza vampírica desconocida
para él mismo y para aquellos que lo rodean. Después de ser acogido por la Hermandad, nadie puede imaginar cual es su propia historia... o su verdadera identidad. De hecho, el perdido Hermano Darius ha regresado, pero con una cara diferente y un destino muy distinto. John toma la guerra dentro de su corazón como una cruel venganza personal, él necesitará recordar a ambos: quien es ahora y quien fue una vez para enfrentarse a la encarnación del mal.
Xhex, una asesina symphath, se ha resistido largo tiempo contra la atracción entre ella y John Matthew. Habiendo perdido ya a un amante por culpa de la locura, no permitirá al macho de valía caer preso de la oscuridad de su retorcida vida. Cuando el destino interviene, sin embargo, los dos descubren que el amor, como el destino, es inevitable entre almas emparejadas.
Octava entrega de la Hermandad de la Daga Negra.
Ya desde las últimas líneas de Amante Vengado estábamos bastante metidos ya en la historia que se estaba produciendo entre John y Xhex. Y el libro que relata su historia comienza con el secuestro de Xhex.
En primer lugar Lash, ese personaje al que podíamos tachar de poco más que molesto en cualquiera de los otros libros, se descubre como el malo malísimo, sin duda, digno hijo de su padre. Es un personaje con un carácter retrógrado, retorcido y machista, además se puede entrever lo que a mi me parece algún tipo de trastorno psicológico que me llevó a pensar en que, llegados a este punto, el papel de Lash en este libro iba a ser de algo mas que malo y no me equivoqué. Me ha recordado a los psicópatas que todos hemos visto en las películas Hollywodenses.
Habiendo leído los volúmenes publicados hasta la fecha de la saga pensé que JR Ward no podría escribir nada mejor de lo que lo había hecho hasta ahora y, por fortuna, no podía estar más equivocada. Durante la primera mitad del libro no he hecho otra cosa que sufrir. He sufrido con y por John y desde luego esta es una sensación que no recuerdo haber tenido nunca. A través de sus ojos, de sus sentimientos y de sus pensamientos se me ha desgarrado el alma. Y es que John nos abre su corazón mostrando una faceta de él que no conocíamos hasta ahora independientemente de que la desaparición de Xhex le haya convertido en un guerrero letal.
A la vez que se está desarrollando esta historia Blay y Qhuinn empiezan a tener sus mas y sus menos y, por supuesto, la aparición de Saxton, primo de Qhuinn y a la vez pretendiente de Blay, no va a hacer que la situación entre los 2 primeros mejore. Definitivamente es en este momento cuando realmente conocemos el cambio que se ha producido en la relación entre Qhuinn y Blay y como, para variar, Qhuinn va a tomar algo de su propia medicina.
Otro de los personajes que merece una mención especial es Payne y sobre todo su relación con Wrath que servirá de terapia para ambos. Con un carácter de lo mas especial y pese a él, Payne me despierta una ternura que espero que crezca con la lectura de su propia historia y que ya se empieza a perfilar al final de este.
Parece que J. R. Ward ha retomado la línea de los primeros libros, si bien sigue entremezclando varias historias que nos dejan en vilo capítulo tras capítulo, no ha olvidado dar máxima prioridad a las historia que ocurre entre los protagonistas, en este caso John y Xhex.
Si a todo esto le agregamos los pasajes de la vida de Darius que poco a poco iremos descubriendo durante el libro y que harán que descubramos la faceta más humana, por así decirlo, del desaparecido guerrero convierten a este libro en un libro soberbio que me ha conmovido profundamente. He reído de alegría, he llorado de impotencia y a la vez con el final más emocionante que he leído en mucho tiempo y con el que no pude evitar que se me cayeran unas lágrimas de puro enternecimiento ante la mirada anonadada de las chicas que me acompañaban en ese momento. Debo deciros, sin ningún género de duda, que es absolutamente imprescindible para seguir disfrutando de La Hermandad de la Daga Negra y por su supuesto esperar ansiosa el siguiente volumen de esta magnifica saga.