Prométeme el mañana — Candace Camp

Sinopsis

Lord Lambeth no podía evitar sentirse cautivado por la bella Marianne Cotterwood, aunque sabía que ella ocultaba un secreto.

Marianne no podía recordar nada de su vida antes de su ingreso en un orfanato. Su futuro volvió a cambiar cuando fue acogida por una excéntrica familia de ladrones y cacrteristas. La elegancia natural de Marianne hacía de ella una perfecta ladrona, que se infiltraba fácilmente entre los ricos en busca de posibles presas. Hasta que lord Lambeth la sorprendió con las manos en la masa.

Valoración

Segunda entrega de la serie Los Montford y, como ya es habitual en esta autora, el típico libro que entretiene, pero que adolece de una falta de sustancia que te hace olvidarlo al poco de pasar la última página. Y, sin embargo, como también es costumbre en mí, no voy a recomendaros que no lo leáis, más bien al contrario.

Reconozco que el primer libro de esta serie me decepcionó un poco, a pesar de ser muy consciente de lo que me iba a encontrar, pero con éste no he tenido demasiados problemas. Me ha entretenido del principio al final, quizá porque los protagonistas me divertían muchísimo. Reconozco que sus actitudes no son demasiado lógicas, por decirlo de una forma sutil, pero procuro pasar por alto ese tipo de cosas cuando estoy enfrascada en estas novelas, porque sería tirar piedras contra mi propio tejado, que lo único que voy buscando es pasar un par de tardes amenas.

Y es que, veamos, yo entiendo que Justin, lord Lambeth, es un tipo poco tradicional, pero de ahí a quedarse tan amplio cuando ve a una perfecta desconocida —por muy guapa que esta desconocida sea— intentando robar en casa de un noble durante la celebración de una fiesta, pues va un mundo. Lejos de denunciarla, molestarse, o tan siquiera requerirle que se marche y desaparezca, se empeña en seguirla y convertirla en su amante. Hombre, yo no soy ni de lejos la persona más tradicional sobre la faz de la Tierra, pero dudo mucho que reaccionara con tanta ecuanimidad ni aunque el ladrón tuviera el aspecto del mismísimo Johnny Depp. Sí, ya sé. Si tuviera el aspecto de Johnny Depp seguro que me lo pensaría, pero ahora mismo no es el momento de discutir eso.

El caso es que, si hubiera tenido en cuenta lo absurdo de esa actitud, se me habría estropeado el resto de la historia, así que lo pasé por alto alegremente y tan feliz.

Y luego tenemos a Marianne. Desde el principio ya sabemos que es la otra nieta perdida de la condesa viuda de Exmoor y estamos esperando el momento en que toda la trama se destape, más que nada porque tiene detrás de ella al esbirro del actual conde y a un detective privado contratado por la condesa para localizarla. Sobre el esbirro, su identidad intenta mantenerse en secreto, pero desde las primeras páginas tienes más que claro quién puede ser... Y no te equivocas.

Marianne es un personaje que, desde mi punto de vista, se le fue un pelín de las manos a la autora. Criada por una familia de ladrones, se supone que desprecia y aborrece a la nobleza, pero debe ser a la nobleza que no sale en la novela, porque desde el principio congenia estupendamente con Penélope, con Bucky, con Nicola, con la madre de Bucky, con... Vamos, con todo el mundo. Incluso con lord Lambeth, que la persigue sin descanso y con quien tiene varios diálogos rápidos e ingeniosos que entretienen muchísimo. Así que el desprecio se lo guarda para... Para nadie. Eso sí, se repite varias veces que los nobles no le caen bien, por si, como es el caso, no nos habíamos dado cuenta.

También tiene una hija pequeña, fruto de la violación de un noble en cuya casa entró a servir tras salir del orfanato donde la habían abandonado. Supongo que la cría estorbaba en la trama, porque Marianne seguro que es una madre estupenda y lo ha hecho todo por sacarla adelante, pero vamos, aparece y desaparece y ni pasa por la mente de su madre durante la semana que está separada de ella. No es que me haya molestado, la verdad, porque para mí hay pocas cosas peores que las novelas con niño, pero hasta yo, que tengo el instinto maternal de una coliflor, sé que no es lo normal en una madre.

El romance me lo creo bastante más que en la novela anterior. Sin ser para tirar cohetes, la relación va ganando en intensidad más allá de la atracción física y se adentra con paso tembloroso en algo más profundo. Y, a pesar de ciertos momentos de arrogancia y estupidez por parte de Lambeth, su forma de actuar no me molestó tanto como me ocurrió en la anterior entrega con Thorpe. Y bueno, me creo su cambio de actitud de «soy un noble, mi deber me impide casarme con una mujer de baja cuna» a «cásate conmigo, me importa un bledo lo que diga la gente», porque las circunstancias quizá lo justifican. No os voy a decir cuáles son por no desvelar demasiado, pero bueno, que sepáis que me podría colar.

Entre los secundarios destaco a Penélope y Bucky, que ya habíamos visto en la entrega anterior. En ésta tienen un cierto protagonismo y veremos cómo progresa su vacilante historia de amor, algo que me ha gustado, porque los dos me parecen monísimos.

La resolución es bastante apresurada y los acontecimientos que han ido fraguándose se precipitan en un puñado de escenas un tanto surrealistas, pero bueno, es lo que hay. Poquitas páginas, entra la prisa. Suele pasar.

Como siempre, os la recomiendo para cuando queráis pasar un rato sin complicaciones con una historia que olvidaréis tan pronto como cerréis el libro, pero que os entretendrá mientras estéis leyendo.

Yo, por mi parte, me voy a poner con la tercera entrega, a ver si el asaltante de caminos que llevo viendo desde el primer libro, y que es evidente de quién se trata, me divierte tanto como promete.

Pues este libro lo tengo pendiente, voy a leerlo, a ver que tal.
Gracias por la crítica.

Yo también lo terminé ya hace unos días. Estoy de acuerdo con la crítica de Dedanna, el libro es entretenido sin mas pretensiones que pasar un buen rato y olvidarlo.
 Y ahora me estoy acordando que el tercer libro también lo he leído (en desorden, como siempre  ) Y creo recordar que me gustó bastante más que las dos primeras entregas  El asaltante de caminos mola

Ya te leeré, a ver si te mola el enmascarado, a mí es que los enmascarados me pierden un poco