Estaba en la cama del enemigo…
El deber de Brandon Wycroft como conde
de Stockport era atrapar al Gato, un famoso ladrón que robaba a los
ricos para alimentar a los pobres. Al descubrir que el Gato era una
mujer, Brandon cambió su plan de acción… y lo convirtió en un juego de
seducción.Misteriosa y tentadora, ella lo atormentaba. Y, a medida que
la red iba cerrándose en torno al Gato, Brandon se dio cuenta deque
deseaba protegerla…
Dos personalidades similares... pero casi en bandos opuestos. Lord Stockport es el Gallo del Norte: aristócrata, irresistible... con cierta fortuna, y consciente de que ya no puede vivir sólo de la tierra. Es la cabeza visible de un grupo de inversores que van a construir un telar.
El Gato es su némesis. Se dedica a robar en las casas de los señores pudientes... especialmente en la de aquellos que van a construir un telar. Y así se conocen.
La novela me ha resultado divertida, porque es un juego de voluntades bien llevado; dos personalidades astutas, que no desean perder. Es más interesante aún, porque la autora nos lleva de los pensamientos del uno al otro y así nos damos cuenta de cuan iguales son los dos.
Brandon no se explica por qué demonios está deseando que una ladrona aparezca en su casa a altas horas de la noche, especialmente porque no se cree ni una palabra de que ella lo entregue todo a los pobres.... hasta que ella le hace ver un mundo que no sabía ni que existía y del que no había sido consciente. Y, pese a ello, tiene que seguir adelante con su idea del telar. Están en bandos que parecen irrevocablemente destinados al desastre. Especialmente cuando Brandon no es el único que sabe que el Gato es una mujer... y hay más motivos que los robos para que el Gato desaparezca.
La trama está bien llevada, aunque parece que al final los acontecimientos se precipitan demasiado rápido, como en avalancha y hay ciertas vueltas de tuerca en el argumento para mí innecesarias... pero los prolegómenos son tan entretenidos que merece la pena disfrutarlos.
La recomiendo, sin duda.