Sinopsis:

Maris era la única hija de Mary y Wolf Mackenzie, y se vio implicada como sospechosa en un fraude. Para resolver el caso, apareció el atractivo agente Alex McNeil.

Valoración:

En este relato la protagonista es Maris, la hija de Mary y Wolf, protagonistas del primer libro de la serie.

Maris es un personaje que en los anteriores libros, aunque aparece poco, se vislumbra que puede ser interesante, con carácter; el físico delicado de su madre y el arte para domar a los caballos de su padre podía haber dado para un libro mucho más largo con una buena historia.

Lamentablemente, este relato es excesivamente corto, lo que hace que no se pueda desarrollar mucho, no entrándose en muchos detalles ni sobre la historia ni sobre los personajes.

Además, el relato se divide en dos partes claramente diferenciadas, una donde los protagonistas viven su romance y otra, más familiar, en la que aparecen todos los Mackenzie, con lo cual la parte romántica es más corta si cabe aún, dejando más a la imaginación que lo que se cuenta, ya que se insinúa más de lo que realmente se narra.

Los protagonistas ya se conocen antes de que la novela comience, aunque desde hace pocas semanas, y han trabajado juntos, pero poco más se sabe sobre ellos.

La mitad de la relación de pareja se  desarrolla en unas pocas horas en las que la atracción, que se intuye existía desde el principio, se convierte en algo más profundo y ocurre el flechazo, en el que dos personas que no se conocen pasan a estar perdidamente enamoradas y a querer casarse y compartir su vida.

Todo está propiciado por la situación íntima en la que se encuentran al huir de la persona que intentó asesinar a Maris cuando ésta trataba de impedir que matara un valioso caballo de carreras, lo que lo hace que la relación sea planteada de una manera bastante forzada.

Alex, el protagonista, es un agente del FBI que trabaja en una misión y casi es más lo que se intuye sobre él debido a su profesión, que lo que realmente demuestra. El misterio en el caso en el que trabajan apenas se puede decir que sea un misterio, ya que, a la vez que nos enteramos de lo que ocurre, se resuelve, con lo que no hay nada que quede a la imaginación del lector y que pueda dar lugar a una situación de mucho misterio o suspense.

Una vez que esta situación se resuelve y la misión de Alex acaba, el relato pasa a centrarse en la vida familiar de Maris y volvemos a reencontrarnos con la familia Mackenzie.

Esta parte es lo mejor y lo único que hace pasable la lectura que, por otro lado, a pesar de no ser muy satisfactoria, se salva gracias a los Mackenzie y a que es tan corta que no te da tiempo a nada, porque cuando te das cuenta de lo corto y rápido que es todo, ya se ha terminado de leer.

Una pena que una autora como Linda Howard, que tan buenas novelas sabe hacer, no haya aprovechado más a estos personajes. Aun así, como parte de la serie, es recomendable leerla para reencontrar a los personajes que tan buenas horas de lectura han proporcionado a lo largo de la serie.