Entrégate – Mariel Ruggieri

Sinopsis

A sus veintiséis años, Maribel Baldini debe hacer frente a una serie de desafortunados acontecimientos que la obligarán a rehacer su vida. Mientras tanto, el carismático y seductor abogado Franco Ferrero irrumpe en su vida y la marca para siempre. La atracción entre ellos es innegable y ambos se desean, pero Maribel tiene miedo de que vuelvan a destrozarle el corazón.

Una mujer odiosa, un ex marido problemático, una niña encantadora y una serie de increíbles coincidencias serán claves en esta intensa y apasionante historia de amor. Maribel conocerá los efectos devastadores del deseo, y este cobrará un nuevo sentido para ella. Entregada a la pasión sin límites, Franco será sin duda el dueño de su placer.



Antes de que mi mala lengua me meta en problemas, dejadme que os diga algo: me gusta cómo escribe esta mujer. En serio, me gusta mucho. Tiene una mano increíble para desarrollar una prosa ligera, cercana y fluida, y, sin embargo, con sus retazos, sus puntos de buen hacer, sus recursos literarios igualmente ligeros y sencillos, entrelazados con un discurso que no se hace en absoluto pesado... Ni demasiado soso. Hace honor a mi regla número uno, que dice que una prosa cuidada no es necesariamente una prosa rebuscada, y que la palabra más extraña a nuestros oídos no es, ni de lejos, la mejor para trasmitir al lector lo que quieres decir.

Sin embargo, debo reconocer que cuando abrí el libro y vi que estaba escrito en primera persona y en presente dejé escapar un hondo suspiro y me preparé para enfrentarme a trescientas páginas de pesadilla personal, porque, de verdad, de verdad, que el uso del presente en la narración me echa para atrás de un modo incontrolable. No me entendáis mal: no es un fallo de técnica, ni un error, ni un recurso que no deba utilizarse, ni nada que se le parezca. Es una manía mía. Hay gente que no soporta la primera persona —a mí tampoco es que me haga mucha gracia, pero paso más— y yo no soporto los tiempos verbales que no sean pasado. Estoy tan, pero tan acostumbrada al pasado, que cuando me tengo que enfrentar a otro tiempo, me cuesta concentrarme, porque mi cabeza se empeña en adaptar lo que lee al tiempo más característico y acaba por no traducir lo que está viendo.
Pero no os toméis esto como un punto negativo. Como digo, es una manía personal y no empaña para nada la prosa de la autora que, como ya os he comentado, me ha llamado mucho la atención, porque, sin duda, responde al estilo de alguien que sabe muy bien lo que quiere y que lleva tiempo puliéndolo y moldeándolo.

Así que el crítico sanguinario que habita en mi interior, a las pocas páginas, se volvió decepcionado a su cueva y me dejó seguir leyendo en paz, pasando una página tras otra.

Y aquí es donde viene lo extraño del asunto: si otra autora con menos mano me hubiera contado la misma historia, me habría llevado meses acabarme el libro y, con toda seguridad, habría terminado por leer en diagonal. ¿Por qué? Pues, entre otras cosas, porque, si bien la prosa de Mariel Ruggieri me ha convencido sin reservas, el personaje masculino parece sacado de una de mis peores pesadillas. Ella, bien, la entiendo. Conozco a esa mujer, a una mujer que ha visto como su mundo se caía en pedazos a su alrededor y tiene que empezar a reconstruirlo y reconstruirse desde los cimientos. Conozco su miedo, conozco sus dudas. Entiendo la parálisis, el avanzar a trompicones, el no querer que todo se rompa de nuevo. Además, al estar viviendo sus pensamientos en todo momento, todo encaja, todo es coherente con el momento que vive y con las circunstancias que la han llevado hasta ahí. Su marido la ha echado de su lado —literal: le cambió la cerradura en cuanto salió de casa—, ha perdido su trabajo, ha perdido el hijo que esperaba, ha tenido que volver a casa de sus padres... Puede parecer que es frágil, que está herida y que se viene abajo, pero no es así en absoluto, o a mí no me lo ha parecido. Toma las riendas del desastre en que se ha convertido su vida y, poco a poco, con pasos vacilantes, intenta levantarla de nuevo. Me gustan las protagonistas fuertes y ella no lo parece, pero lo es, porque lo que diferencia a una persona fuerte de una débil no es el no caer: es el levantarse. Y Maribel está poniendo todo lo que tiene para conseguirlo.

Pero entonces lo conoce a él y, a través de sus ojos, lo conozco yo también... Y no lo soporto. Es el típico hombre que tan de moda se está poniendo y que a mí me saca de mis casillas hasta un punto insoportable. El típico macho que sabe lo que quiere y no le importa lo que tenga que hacer para conseguirlo, ni a quién tenga que pasarle por encima. Y, lo más triste del asunto, es que estos tipos a quien le pasan por encima, normalmente, es a la mujer objeto de sus deseos. No aguanto a la gente que te miente por tu propio bien; no soporto a las personas que manipulan sin piedad; me revienta que alguien se crea en posesión de la verdad, y que decida lo que es mejor para ti, sin consultarte, presentándotelo como un hecho consumado; me pone de los nervios que la gente se guarde información relevante, que se haga la misteriosa y que tome decisiones en base a esa información que tú no conoces y que te afecta directamente. Y me da igual que lo hagan por amor, por no causar daño o porque la vida es así de dura. Me la trae al fresco: mi vida, mis decisiones. Dime lo que tengo que saber para tomar una determinación y déjame decidir a mí, que para eso soy un ser humano adulto y con cerebro. Imbécil.

Sí, lo sé, me pongo muy borde. Me consta. Pero es que estoy más que harta del puñetero arquetipo del hombre controlador. No me gusta, no me atrae, no me parece sano y me da cien patadas en el estómago. Así que cuando él empezó a mostrar su verdadera cara, yo empecé a cabrearme. Y seguí cabreada hasta el final de la novela que, como digo, acabé porque la autora me lo puso muy fácil con su narración.

Otro escollo que me encontré es que la trama de fondo, el esqueleto que sostiene los misterios de Franco y que lo hace actuar como actúa, justificando en parte sus obsesiones —y subrayo el «en parte», que para mí no tiene justificación alguna—, no me convenció nada. Demasiado trágica, demasiado surrealista, demasiado... Demasiado. Mujeres despechadas, riñones en diálisis, juicios que atraen la atención mediática... No sé, mucha tragedia y demasiadas decisiones equivocadas para mis gustos sencillos.

En fin, obsesiones personales.

En cuanto a los secundarios, hay pocos, los necesarios para explicarnos lagunas de la historia, para ayudarnos a entender un poco más a los protagonistas y su situación. No están narrados al detalle, pero tampoco es necesario: sirven para lo que sirven y funcionan bien, mejor en unos casos que en otros. Supongo que la mayoría de la gente destacará a la niña, la hija de Franco, pero es que a mí no me gustan los niños y menos en las novelas, así que me dio un poco igual. Yo destacaría la extraña relación de Maribel con su familia, y de su madre y su abuela entre ellas, que no son madre e hija, sino suegra y nuera. Y a la amiga de Maribel, Sylvia, que parece un ancla de locura/cordura en un universo extraño que a la protagonista a veces se le escapa de las manos. Su amiga parece la voz de la conciencia, a veces de la mala conciencia, el ancla que vuelve a poner los pies de Maribel en la tierra cuando ella lo necesita.

De los personajes que rodean a Franco no os voy a contar nada, en parte, por no desvelar los secretos de esa trama extraña que se va desenredando poco a poco, pero también porque ninguno llegó a convencerme del todo. El ama de llaves, a pesar de ser un personaje atractivo, me pareció el típico cliché bondadoso que aporta el contrapunto a las sombras de los que la rodean. Y Aldana... Bueno, otro personaje incómodo que ni entiendo, ni aguanto. Ni siquiera al final, cuando todo se destapa. Lo siento, pero no me ha convencido en absoluto.

Mención aparte merecen las escenas eróticas: bien llevadas, bien descritas y narradas con esa cotidianeidad propia del estilo de la autora, que ayuda a meterse en ellas y disfrutarlas sin reservas.

En fin, que no sé muy bien cómo terminar esta crítica ni qué recomendaros. Si os sirve, estoy casi convencida de que le daré otra oportunidad a la autora. Sí, es verdad, no me convenció la historia ni los personajes, pero sí llegó a demostrarme que sabe escribir y eso es algo que valoro. Mucho. Así que, bueno, probad y contadme. Y entonces será cuando descubra que soy la única a la que le molestan los puntos que os he señalado, pero ya estoy acostumbrada, así que todas contentas.

Me he hecho gracia esto:

DeDanna escribió:

Supongo que la mayoría de la gente destacará a la niña, la hija de Franco, pero es que a mí no me gustan los niños y menos en las novelas, así que me dio un poco igual.

    

Porque me identifico, hay excepciones, claro, pero normalmente me sobran

Gracias por la estupenda crítica, lo voy a tener en cuenta.

DeDanna escribió:

maryjane escribió:

Me he hecho gracia esto:

DeDanna escribió:

Supongo que la mayoría de la gente destacará a la niña, la hija de Franco, pero es que a mí no me gustan los niños y menos en las novelas, así que me dio un poco igual.

    

Porque me identifico, hay excepciones, claro, pero normalmente me sobran

Lo séééé            Pensé en ti cuando escribía eso  Que, oye, la niña no molesta mucho, pero que podía no estar, pues mira, por mí, ya ves

      

No tenía pensado leerla, pero de vez en cuando me haces cambiar de opinión...   esta vez no....   
Me espero a leer esta autora con algún otro tipo de protagonista... si nos dejan las editoriales     

Un besote

DeDanna escribió:

luasyr escribió:

Me da miedo que la critica ... supere al libro!

No sería la primera vez que pasa :jiji:De hecho, para mi gusto, pasa muy a menudo últimamente

luasyr escribió:

Al leerla, me han entrado ganas de leerlo, niña incluida.  

Pues ya me contarás. De todos modos, siempre puedes saltarte los trozos de la niña

Pepa escribió:

No tenía pensado leerla, pero de vez en cuando me haces cambiar de opinión...   esta vez no....   
Me espero a leer esta autora con algún otro tipo de protagonista... si nos dejan las editoriales     

Un besote

¿Por qué esperaba que, precisamente tú de entre todas, no fueras a cambiar de opinión?     

Deja, que ya no tienes que documentarte :jiji:Si la próxima no tiene un protagonista de ese tipo, te aviso

       

No te creas..

Spoiler:

Un besote

DeDanna escribió:

Pero ¿qué me estás contando? ¿Ni siquiera gruñiste un poquito? ¿Ni un insulto con un par de tacos, ni nada? ¿Estás con SPM, o algo?

     

Spoiler:

Un besote

DeDanna escribió:

:

Sigue escribiendo esa mujer      ya verás que ahora hace un fanfic de pocahontas      

Creo que no me animo     

Un besote

maryjane escribió:

No he leído nada de esta autora, pero en serio que la admiro después de que haya dicho esto sobre la crítica:

Mariel Ruggieri escribió:

Me encantó esta crítica. Tanto, que la puse en mi muro esta tarde. A pesar de no ser positiva se nota que se leyó con atención y se opinó con responsabilidad. Fue hecha con total respeto y sin una sola agresión, cosa bastante rara hoy en día Además es un brillante análisis de los personajes de la novela. ¡Muchas gracias DeDanna!

Bravo por saber ver que una crítica negativa puede ser constructiva si se hace con respeto, y que puede ayudar más que una positiva pero menos constructiva.

No conozco a la autora pero me cae simpatica