Lágrimas negras - Nieves Hidalgo

Adriana Worthington y Noelia Kendrick son halladas muertas en el intervalo de una semana en idénticas circunstancias. Las pesquisas de la policía apuntan hacia Eugene Bannion, pero su hermana Thara hará todo lo que esté en su mano por demostrar su inocencia. Incluso es capaz de hacerse pasar por la prometida de James Gresham, el hombre más desvergonzado de todo Londres. James ha salido de la ciudad por asuntos de negocios, y lo que menos espera encontrar a su vuelta es que una casi desconocida haya tenido la osadía de hacerse pasar por su futura esposa. Irritado y divertido a un tiempo, decide seguirle el juego y ayudarla a buscar al auténtico asesino, y lo que empezó como un entretenimiento para él acaba convirtiéndose en un auténtico peligro para ambos.

Ya tenemos aquí la tercera entrega de los hermanos Gresham, la historia entre James y Thara. A pesar de formar parte de una trilogía, es una historia que se puede leer de forma independiente. Aparecen brevemente los personajes de las novelas anteriores, pero no es necesario haberlos leído para seguir perfectamente ésta.

Siguiendo la línea de los otros dos de la saga, la autora compagina la relación entre los dos protagonistas con un misterio que resolver.

Nieves Hidalgo es una autora con la que nunca sé a qué atenerme. Me explico: tiene libros que me han encantado y otros que, a pesar de que los encuentro entretenidos, me  dejan bastante indiferente y pasan pronto al olvido. «Lágrimas negras» es uno de estos últimos.

Tiene un comienzo realmente prometedor, con una escena oscura de un crimen que augura una novela llena de misterio, con un toque algo tétrico, pero  si bien la resolución de los crímenes y el encontrar al asesino tienen un peso importante en la historia, es tan solo para que la relación entre los protagonistas vaya progresando, aunque no por ello como lectora he perdido el interés en el tema, todo lo contrario. Es de esas novelas en las que hasta el final no se desvela al culpable, Y, sí, es entonces cuando te das cuenta de pequeños detalles que antes habían pasado casi desapercibidos, pero tampoco se puede decir que la autora dé pistas para que disfrutes formando parte activa en la investigación; Nieves Hidalgo prefiere mantener el suspense hasta el final.

Thara es una mujer moderna. Hija de un detective bastante afamado, después del fallecimiento de su padre, decide tomar las riendas del negocio familiar para poder mantener a sus dos hermanos mayores. Es algo que me ha resultado bastante curioso, porque resulta extraño que una mujer sea admitida tan fácilmente en un mundo tan propio de los hombres. Pero Thara cuenta con una mente aguda, decidida, resolutiva e independiente cuyo carácter tan singular será lo que conquiste a James. Estoy bastante acostumbrada a este tipo de protagonistas, que me suelen gustar, así que no entiendo muy bien qué es lo que no acaba de convencerme en Thara.

James, al que ya conocimos en las entregas anteriores, me ha resultado un personaje simpático pero también algo anodino. Un joven de su época, al que le gusta disfrutar del dinero, apuestas y, de vez en cuando, mujeres, pero que todavía no se ha planteado buscar seriamente una esposa, y en el momento en que lo haga, una mujer como Thara estará totalmente fuera de discusión. No he podido evitar que, si bien cuenta con un carácter extrovertido y encantador, en algunas escenas me haya resultado algo simple o soso, con falta de firmeza, sobre todo en aquellas que comparte con sus cuñadas, que prácticamente hacen lo que quieren con él.

El comienzo de la relación entre ellos resulta un total despropósito. Una de las brillantes decisiones de Thara que la llevan a una situación no buscada, pero con la suerte de que al final, resulta que sale bien parada. Es una situación cómica y divertida, en la que Kimberly y Tatiana, protagonistas de las dos anteriores entregas, tienen mucho que ver y que marcará la actitud de James ante Thara, por quien, muy a su pesar, se siente irremediablemente atraído, y quien, a su vez,  le ha suscitado mucha curiosidad.  

Desde un principio, la actitud que tiene él con ella me ha resultado chocante, con una cordialidad a la hora de comentar algunos temas que resultan algo sorprendentes en la época en la que se sitúa la acción. Sólo me cabe pensar que es debido a la diferencia social entre ellos ya que, aunque él no sea un noble de muy alto rango, Thara no es más que la hija de un detective.

De todas formas, la relación entre ellos es amena, sin embargo, no puedo decir que me haya gustado particularmente; con algunos diálogos interesantes, está basada principalmente en el deseo irrefrenable que sienten ambos y la gran admiración y sorpresa que la mente de Thara provoca en James.  

El tema del misterio me ha parecido más interesante, aunque no avancen mucho en sus pesquisas hasta bien entrado el final de la novela, donde todo se soluciona rápidamente en las últimas páginas; el  móvil del asesino resulta realmente macabro y todo el tema resulta de lo más curioso. Cierto que como lector te encuentras un poco perdido, tanto como ellos, pero no por eso pierdes el interés y es el motivo principal por el que sigues avanzando la lectura: para saber al final quién y por qué comete los asesinatos.

En resumen, «Lágrimas negras», título muy acorde con la historia, es una novela entretenida, que sigue la línea de esta trilogía, aportando una lectura amena y agradable, pero con una historia que podría haber dado más de sí, se queda bastante alejada de otros títulos de la autora que han sabido conquistarme como lectora.