Serena Logan es una detective del Departamento de Policía de Nueva York. El amor la ha tratado muy mal últimamente, y hace meses que solo vive para su profesión.

Alexander Barrymore, afamado abogado penalista, pertenece a una de las familias más prestigiosas del país. Además de ser un implacable hombre de leyes y contar en su cartera con clientes influyentes, también goza de gran fama de mujeriego y seductor.
 
Cuando a Serena y a su compañero les es asignado el caso del «atracador de la chistera», que está sembrando el pánico en la zona de Broadway, creen que tendrán que vérselas con un ladrón.

Pero el destino y un asesinato relacionado con el atracador harán que Serena y Alexander se encuentren y deban trabajar juntos. La magnética seducción que ejerce sobre ella el abogado hará tambalear las defensas de Serena… Mientras tanto, el asesino sigue suelto, el tiempo apremia y el abogado y la detective deberán aprender a confiar el uno en el otro.

Segundo libro de la serie «Barrymore».

Después de cuánto me hizo disfrutar «Oscura fascinación» sabía que sería difícil que su continuacioón me gustase tanto. Es inevitable hacer cierta comparación entre las dos novelas, y en mi mente siempre sale ganando la historia de Lena y Sean.

Y es que «Sublime tentación» me ha gustado, pero menos que la novela que nos hizo conocer a la familia Barrymore.

El estilo ágil y ameno de Ana R. Vivo —Dana Jordan— es el mismo que me conquistó en la novela precedente, un estilo que me animaba a leer un capítulo más. La historia me ha tenido enganchada desde el principio —más durante la primera parte— y la lectura me ha durado un suspiro.

Dana Jordan cumple con lo que promete la novela: una historia de amor y suspense que equilibra ambos conceptos.

El principio me ha gustado mucho y cómo se conocen los protagonistas también, pero algo cambia hacia la mitad de la historia. Para mí hay un antes y un después de su primera noche de amor porque he notado un cambio en la historia que no me ha convencido del todo.

En la primera parte del libro la historia es fluida, con una presentación de personajes vistosa y un buen planteamiento. Son unos capítulos que he disfrutado por la tensión, la intriga y los toques de humor.

Es en la segunda mitad donde he encontrado algunos altibajos. Los caracteres de los protagonistas han intercambiado sus roles porque, a pesar de que al principio me gustaba más Serena, he acabado prefiriendo a Alex cuando la actitud de ella me ha acabado poniendo un poco nerviosa. Entiendo sus miedos pero, para ser una detective experimentada, se comporta de una forma un tanto infantil y eso ha hecho que la química que encontraba en la pareja protagonista al principio se haya ido diluyendo un poco.

Alexander ya se presentó como un mujeriego triunfador, «la oveja negra» de la familia, a pesar de que la señora Barrymore le aprecia más que a su hija menor. Aunque tampoco lo considera un triunfador exactamente, porque es cierto que no pierde un caso, pero por su clientela se le ve como un rebelde que desperdicia su talento.

Ese carácter entre bromista y responsable es lo que me atraía del personaje, un hombre que es tan conocido en los tribunales como entre las mujeres, aunque para él no sean más que un entretenimiento. Al principio su faceta de hombre encantador me ha resultado tan enervante como a Serena, pero poco a poco va mostrando que puede tomarse en serio las cosas importantes y me ha ido gustando más a cada capítulo.

Sobre Serena tengo una opinión más compleja. Primero me ha gustado porque he empatizado con ella, he sentido su vergüenza y su enfado, he entendido su actitud recelosa y cauta, pero ha llegado un punto en el que su comportamiento ha hecho que deje de congeniar con ella y ha habido momentos en los que me ha dejado un poco indiferente.

La forma en la que se conocen los protagonistas es genial —y lo es más cómo conoce ella a Sergey—, ese es el momento exacto en el que la lectura me ha atrapado, se notaba la tensión en el ambiente. Aunque la relación luego sufre algunos altibajos sigue conteniendo escenas que me volvían a enganchar a su relación.

Lo que me ha chocado un poco es que los dos son un tanto ingenuos y, dada su profesión, me los imaginaba un poco más desconfiados.

Los personajes secundarios están hechos para que se les coja cariño o se les odie, como no voy a dar ninguna pista no voy a hablar de ninguno en concreto, pero hay alguno que me ha gustado bastante. Lo que no puedo evitar es mencionar a la señora Barrymore, porque me ha hecho gracia el cambio de opinión sobre Serena porque ser policía es algo «poco refinado y femenino».

Es una lectura muy entretenida, con un estilo que me ha gustado mucho, tiene suspense, romance y unos toques de humor. Es cierto que me ha gustado más la primera parte de la historia y que el desenlace no me ha cogido desprevenida pero me ha hecho pasar un buen rato. Y, aunque me gustó más «Oscura fascinación», me parece buena idea que Lena y Sean no aparezcan para darles espacio a Serena y Alexander y no robarles protagonismo.