Nobleza oculta — Carole Mortimer

Nobleza oculta — Carole Mortimer

Sinopsis

Lady Elizabeth se había escapado de su casa para evitar un matrimonio que no deseaba y no tuvo problemas en desempeñar el papel de simple señorita de compañía de la dama que la acogió. El problema surgió cuando tuvo que cuidar a Nathaniel, el sobrino de su benefactora, que además de ser el hombre más increíblemente apuesto que había visto en su vida estaba siempre tentándola con su cuerpo de Adonis y sus batallas dialécticas.

Elizabeth estaba deseando quitarse los vulgares vestidos de Betsy para que se supiera que su sangre era tan azul como la del libertino que estaba robándole el corazón. ¡Pero no podía salir airosa de aquel embrollo! Y menos en el caso de que Nathaniel rompiera sus defensas con aquel tormento de seducción y le arrancara una confesión...

Este libro es un Harlequin. De los entretenidos, pero un Harlequin, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva y como todas —no, no os atreváis a negarlo— hemos leído docenas de Harlequines cortitos, sabéis lo que quiero decir y lo que os vais a encontrar: una historia fácil, breve y que se lee en una tarde, sin ninguna complicación y que olvidaréis en cuanto deis la vuelta a la última página.

Pero esto no es malo, conste. Ni de lejos. Hay épocas en las que no apetece leer cosas complicadas, que tener un libro entretenido en las manos para pasar una tarde de sofá, mantita y chocolate es más que suficiente. Y desde este punto de vista, el libro cumple con ese cometido a la perfección. Es muy entretenido, no voy a negarlo.

Eso sí, como soy un auténtico y absoluto desastre, no me di cuenta hasta que ya llevaba un buen trozo leído que es el tercero de una serie. Vale, se puede leer igual, pero resulta bastante raro encontrarse las referencias a la historia de las hermanas de Elizabeth y, al final, a sus matrimonios, sin tener ni idea de dónde había salido eso. Pero, bueno, eso no fue un impedimento para pasarlo bien con el libro, quede claro. Insisto en que es una historia de lo más sencilla y que no tiene nada de particular que haga que el libro permanezca en la memoria, pero se pasa un rato sin problemas, con una narración ágil y unos diálogos ingeniosos y muy bien llevados.

Creo que éste es el punto más fuerte del libro: los diálogos. Los enfrentamientos verbales entre Elizabeth y Nathaniel son rápidos y muy agudos, y disfrutas con las provocaciones de él y los fallidos intentos de ella por cerrar la boca.

Elizabeth ha escapado de su casa huyendo de su tutor, empeñado en casarse con una de las tres hermanas, la que fuera, y ha terminado como dama de compañía de la tía de Nathaniel. O, más bien, como dama de compañía de su perro, lo que no sé si es mejor o peor. Allí conoce a Nathaniel, que está recuperándose de unas heridas que… bueno, que se ha hecho en los libros anteriores y de las que yo no me he enterado por culpa de mi despiste y de mi manía de no comprobar nunca si los libros pertenecen a sagas.

Desde el primer momento, Nathaniel está empeñado en seducirla y ella empeñada en resistirse, pero poquito, como suele suceder. La relación entre ellos es divertida y repleta de tira y afloja, debido en gran parte a que Nathaniel la considera poco más que una criada y, pese a lo atraído que se siente por ella, no puede ni considerar un matrimonio con alguien tan inferior.

A Elizabeth la ronda también su vecino, que desde el minuto uno sospechas que es el malo de la historia, más que nada porque no mucha gente más de quien más sospechar, pero también porque el tío resulta de lo más inquietante. Después de verla durante cinco minutos, empieza a perseguirla y a cortejarla con una insistencia que no atiende a negativas. Deseosa de alejarse de Nathaniel, ella acepta un par de citas con este hombre, que resulta de lo más desagradable: no le gustan los perros, no le gustan los niños, es arrogante, intolerante y un montón de cosas más que terminan en –ante y que hacen que lo detestes cada vez que abre la boca. E incluso aunque no la abra.

No os voy a destrozar el final —sí, ya sé que os he dicho quién creía que era el malo, pero es igual—, pero que sepáis que hay una razón para ese acoso. Una razón un tanto surrealista, de ésas típicas de los Harlequines, que te quedas con los ojos abiertos y pensando «Bueno, tiene una cierta lógica enloquecida» —y nunca mejor dicho, en este caso—, pero que precipita el final y resuelve todos los interrogantes que imagino se habían abierto en libros anteriores.

En resumen, es el típico libro que lees para pasar la tarde en casa, que te mantiene con una sonrisa divertida en los labios y que cierras sin cabrearte, lo que en los tiempos que corren ya es decir mucho. Muchísimo.

Tienes razón en lo que dices al final, gracias por la critica.

comparto lo que dices sobre los harlequines... y ya no soy tan reacia a ellos, pero mientras tenga otras lecturas entretenidas, por ahora creo que pasaré de éste ^^º