Nada más verte – Isabel Keats
Sinopsis:
El robo de unas ilustraciones antiguas y del famoso báculo pastoral de William de Wykeham del s. XIV obligan al director del New College de la Universidad de Oxford a pedir ayuda a Scotland Yard.
La detective Taylor será la encargada de investigar el caso y, para que nadie sospeche de ella, Stephen Allen, un brillante aunque algo desastrado catedrático de Historia Antigua, se ve forzado a acogerla en su casa y a fingir que están emparentados. Las personalidades de ambos son muy distintas: él aparenta estar anclado varios siglos atrás, mientras que ella es una joven moderna, a la que nada se le pone por delante; y sus puntos de vista son tan opuestos que los roces entre ellos se suceden.
A pesar de todo, el impenitente solterón se siente cada día más cautivado por la detective, pero ¿y Georgina? ¿Qué es lo que siente en realidad por aquel atractivo profesor?
Opinión personal
La palabra «robo» fue lo que primero captó mi interés de la sinopsis de la novela. Lo segundo fue que la novela transcurriera en Oxford, una ciudad realmente preciosa y cuyo escenario, algo gótico, da mucho pie al misterio.
Una vez terminada la novela puedo decir que la parte de suspense no es lo que más me ha gustado, sino que ha sido esta dispar pareja.
De los dos, me quedo con Stephen. Desde el primer momento me ha parecido un osito achuchable. Sí, acostumbrada a que en estas novelas contemporáneas los protagonistas masculinos sean ágiles y diestros policías, ex agentes secretos o cualquier hombre físicamente preparado de mente abierta y suspicaz, Stephen no puede ser más opuesto. Profesor del New College de Oxford, es un hombre que parece anclado en una época pasada, un perfecto caballero, intelectual despistado cuya vida transcurre sumergida entre las páginas de cualquier libro que hable de alguna cultura muerta. Escondido tras unas gruesas gafas y medio disfrazado con una vieja chaqueta de tweed.
Georgina, o George, es una mujer actual, desde los dieciséis años está acostumbrada a dirigir su vida y vivirla de una forma totalmente inteligente. Nunca ha querido hombres en su vida y no guarda ningún sueño romántico con ellos. Es una mujer muy inteligente y, gracias a su trabajo, está acostumbrada a lidiar con éxito en un mundo de hombres. Su vida gira en torno a su cargo como inspectora en Scotland Yard, que le satisface plenamente.
La relación que surge entre estas dos personas tan opuestas es lo que más me ha gustado de la novela, y deja el tema del robo y el trabajo de Georgina totalmente en un segundo plano. No voy a decir que sea algo realmente impactante, pero lo opuesto de sus caracteres, su forma de ver tanto las normas sociales como las costumbres, hará que, al verse obligados a convivir bajo un mismo techo, surjan roces, pequeñas conversaciones y alguna que otra situación que me ha parecido divertida.
Aquí los papeles se intercambian y George representa la versión masculina de lo que estamos acostumbradas a leer en una novela romántica y, por el contrario, Stephen es quien lo tiene todo claro.
«
Nada más verte» me parece un título apropiado, además de aparecer literalmente en una frase de la novela. Y es que George irrumpe en la sosegada, cómoda y, quizás, aburrida vida de este profesor de Oxford rompiéndole todos los esquemas. A pesar de que pueda parecer una relación precipitada, lo cierto es que aparece tarde en la novela. Ciertamente, hay una fuerte atracción entre ellos, pero a ambos les costará asimilar sus propios sentimientos.
Como ya he comentado, el misterio me ha parecido un mero acompañamiento y, tan solo, el eje o excusa para estrechar lazos entre ambos. El culpable tiene poco misterio, más que nada, porque la autora da pocas opciones entre las que elegir.
Pocos son los personajes secundarios que aparecen en la novela, pero Amanda me ha gustado mucho. Con esas frases tan acertadas dichas como sentencias.
Como aliciente, y en la edición en papel, encontraremos el relato corto, «
Nunca es tarde», de apenas sesenta hojas.
Me ha parecido un buen epílogo para la novela que acababa de terminar, es una forma de ver cómo les va la vida a los protagonistas, aunque principalmente se trata de una escena de acción con unas pistas en plan acertijos muy interesantes. Supongo que hay que ser una experta en el tema, tener mucha imaginación para intentar tan siquiera descifrarlas, pero nuestro Stephen lo hace en un momento.
Como complemento, encontramos la historia de Tomas y Nancy. Siendo sincera, es una relación bonita, inusual por la edad de los protagonistas, pero, teniendo en cuenta la extensión del relato, es complicado que llegue a desarrollarse de una forma muy compleja.
A pesar de todo, Isabel Keats consigue en tan pocas líneas hacer que, como lector, te hagas una idea de los protagonistas.
Algunas de las escenas me han parecido muy divertidas, y es que la autora pone a Tomas, un soltero empedernido de cincuenta años, en alguna que otra situación complicada que, pese a todos sus intentos, escapa totalmente a su control.
Me ha gustado el guiño que a través de él hace de la forma en que los autores asimilan o aceptan las malas críticas.
También me ha gustado Nancy, una mujer adulta, independiente, seria y algo sosa que tiene muy claro que los hombres ya no rigen sus actos.
En su conjunto, «
Nada más verte» resulta una lectura entretenida, una historia bonita, escrita con toques de humor. No será una historia que sorprenda a nadie, pero me ha hecho pasar un rato agradable y me ha enganchado lo suficiente como para que apenas me durara unas horas. Es una lectura
light, sencilla y sin grandes altibajos. Los personajes me han gustado y Oxford, con sus edificios góticos y oscuros, me ha parecido un entorno muy apropiado para emplazar esta historia.
Incluir el relato corto en la misma edición me parece un acierto.