¿Quién diablos eres? – Raquel de la Morena
Alicia de la Vega, una joven periodista de origen español que vive en Nueva York con su madre y su hermana, comienza a trabajar para una revista especializada en fenómenos paranormales. Junto a un enigmático fotógrafo, se enfrentará a misteriosos casos sobrenaturales que pondrán a prueba su escepticismo: descubrirá que las historias de casas embrujadas, exorcismos, maldiciones y vampiros esconden más verdad de la que jamás imaginó. De hecho, ella será la única capaz de ver al fantasma de un joven amnésico de aspecto decimonónico, llamado Duncan, por quien pronto empezará a sentir una fuerte atracción.
¿Quién es él? ¿Qué vínculo los une? Para hallar las respuestas, Alicia emprenderá un apasionante viaje a través del espacio y del tiempo hasta la Escocia del siglo XIX. En su camino se cruzará con las huellas de personajes históricos como Jane Austen, Oscar Wilde o sir Walter Scott.
Una trama llena de romance, misterio y aventuras que nos muestra que el amor es capaz de sobrevivir a cualquier adversidad… Incluso a la muerte.
Dicen que quien mucho abarca poco aprieta, y eso es lo que he sentido con esta lectura. Demasiada información, demasiados personajes y demasiadas tramas secundarias han hecho que mi interés se perdiera porque la autora ha querido tocar muchos temas.
Es una novela contemporánea e histórica al mismo tiempo. Con tramas paranormales que incluyen viajes en el tiempo, reencarnaciones, fantasmas, sombras, vampiros, videntes, chamanes, casas encantadas, demonios y exorcismos. Además de romance, aventuras, maldiciones y personajes históricos.
Pues pinta bien, ¿no? Eso pensé yo al principio.
Que conste que me gustan las novelas contemporáneas que se utilizan para contar una historia de tiempos pasados y resolver un misterio. Pero la forma de contarla no me ha cuajado con unas transiciones tan bruscas entre épocas y la voz en off de una contemporánea Alicia interfiriendo a cada momento.
Y me gustan las historias paranormales siempre que estén bien explicadas y tengan un ambiente adecuado de terror o de suspense, pero no cuando se trata de un cúmulo de acontecimientos sobrenaturales en los que un personaje pasa del escepticismo a la aceptación porque sí. Y a algunas de estas escenas se les da un toque de humor muy forzado.
La idea era buena, es lo que me animó a arriesgarme con una novela de setecientas páginas, pero acaba siendo un batiburrillo que me iba dejando indiferente.
Los protagonistas me han resultado fríos y sus actitudes tan cursis como irreales. Desde la primera parte he sentido tal desapego por su relación que no me importaba quién era él o si acababan juntos.
A juego con los protagonistas hay una villana a la que no he entendido, su actitud no es creíble y me han resultado absurdos los motivos para su comportamiento, que es prácticamente un mero macguffin sin más transcendencia.
Los dos únicos personajes que me han gustado son Percy y Jackson.
La extensión del libro se explica porque está dividida en dos partes. La primera, algo más corta, es una especie de prólogo largo donde nos muestran una serie de hechos paranormales con los que se topa la protagonista mientras investiga para su revista —una al estilo de las publicaciones Más allá o Enigma—. Esta parte es más o menos entretenida si no fuera por los protagonistas, además de una escena de exorcismo que abarca cuarenta páginas.
Aquí todavía tenía esperanzas de que, de alguna manera, el protagonista fuera Jackson y salvar las quinientas páginas que me quedaban por delante.
Durante la segunda parte la relación de los protagonistas me ha seguido pareciendo fría. La historia del siglo anterior es más entretenida, pero la narración coloquial de Alicia, las escenas de relleno y la transición entre épocas —tipo sueños y fundidos en negro— para mostrar escenas yuxtapuestas es demasiado brusca.
Sobre las escenas de relleno me refiero bastantes subtramas y demasiada información que no tiene nada que ver con la historia. ¿La trama de sir Walter Scott? Larga e innecesaria. ¿Las explicaciones de las catacumbas de París o el hotel encantado? No aportan nada a la historia principal y como ya las conocía ha sido pesado volver a leerlas.
Leí esta novela por ser el V Premio Titania, tenía los ingredientes para gustarme sin importar la extensión, pero digamos que no he conectado ni con la historia ni con la autora.
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Identidad de Nora Roberts