La promesa a un amigo moribundo obliga a Rafael Rivera, conde de Trevijo, a convertirse en el esposo de una díscola heredera inglesa.

Lady Ariana Seton acepta el compromiso impuesto por su abuelo, con la confianza de conseguir un divorcio rápido y encontrar al hombre adecuado para ser su esposo permanente.

En una época en la que España está dividida en dos bandos, los que trataban de instaurar de nuevo la monarquía y los que la denostan, Rafael y Ariana se verán envueltos en un complot para asesinar al que subiría al trono como Alfonso XII, mientras luchan enconadamente contra la atracción que, de forma irremisible, les va uniendo.

El género romántico histórico dentro de la península Ibérica es tan poco habitual en este momento que cuando encuentro una historia de esas características me lanzo a ella sin pensarlo. Si además resulta que está bien documentado y con una ambientación cuidada tiene muchas opciones de que la novela me guste. Y una de las autoras en las que confío para este tipo de historias sin pensármelo demasiado es Nieves Hidalgo.

En este caso la historia transcurre entre España e Inglaterra, con una protagonista inglesa y uno español. Las partes que tienen lugar en uno y otro lugar pertenecen a etapas distintas de la relación romántica, y yo me quedo con la segunda parte, la que sucede en España porque la encuentro más entretenida y dinámica y el estado de la pareja en ese momento le da un aire muy entretenido a la historia.

Ariana es una heredera inglesa, nieta del instigador de este curioso acuerdo matrimonial, y da la imagen de ser una mujer fría y estirada que no tiene sentimientos, pero lo que ocurre es que los esconde tras su orgullo femenino. A veces es un tanto caprichosa y otras valiente hasta el riego, pero sabe lo que quiere. Y lo que quiere no es precisamente un matrimonio impuesto, pese a que Rafael fue su amor platónico de muy joven, antes de verlo como un vividor mujeriego.

Rafael es un conde libertino que no quiere atarse en matrimonio y sólo accede a casarse por lealtad a un amigo. Es con el que más he empatizado y no por patriotismo sino porque a veces el carácter de Ariana puede ser difícil, Rafael sabe provocarla con sus bromas para que deje salir su lado más temperamental.

La historia de amor empieza con un matrimonio de conveniencia de carácter temporal, ésa es la idea inicial para todos, pero el deseo es una tentación que interfiere en los planes de ambos jóvenes. Evidentemente, acaban enamorados en el proceso. Estamos ante una historia corta que va bastante al grano, así que no hay tiempo para el enamoramiento paulatino, se pasa del deseo al amor y a veces pueden confundirse los conceptos. En parte por eso la segunda parte de la novela me ha gustado más, hay más aventura pero también el amor está más consolidado y los protagonistas se conocen mejor.

También remarco que se trata de una novela que se centra casi exclusivamente en los protagonistas, por eso no se da prioridad a las descripciones ni a los personajes secundarios —que sí tenemos algunos interesantes como Henry, Juan o Julien— y no es hasta la última parte cuando entra en juego la conspiración   a la que se alude en la sinopsis.

En parte del argumento me ha recordado a la historia de «Destinos cautivos», pero he acabado el libro con ganas de rememorar «Amaneceres cautivos», mi novela favorita de Nieves Hidalgo, sin ninguna duda. Cualquier excusa es buena para recordarla.

Para acabar, simplemente decir que es una historia que prácticamente se lee sola, más teniendo en cuenta que se compone de capítulos cortos, tiene amor, un poco de aventura y unos protagonistas con carácter. Perfecta para llenar un par de tardes lluviosas.