Tres jóvenes herederos encerrados por un despiadado tío escaparon en dirección al mar, a las calles o a guerras lejanas, esperando el día en que pudieran regresar y reclamar sus derechos de herencia.
 
Érase una vez un noble, lord Tristan Easton, convertido en Crimson Jack, un corsario que no rendía cuentas ante nadie y cuyo único amor era el mar. Pero todo eso cambió cuando la exquisita lady Anne Hayworth contrató sus servicios para llevarla a un viaje de peligro y seducción...

La desesperación llevó a Anne hasta el bucanero de ojos azules y piel morena. Después de que el capitán le pidiera un beso como único pago, el deseo fue lo que la mantuvo a su lado. Jamás había experimentado una tentación de esa magnitud, pero, para proteger su corazón, sabía que debía continuar su camino sin él. Sin embargo, Tristan no consiguió olvidarla, y, cuando se volvieron a encontrar en un baile en Londres, se juró que no volvería a perderla.

Reavivada la llama de una salvaje pasión, empezó a arrastrarlos hacia unas aguas inexploradas, capaces de conducir al lord perdido a casa...
 
 
Opinión personal:
 
Una de las cosas que más me gusta de esta autora es que sus protagonistas masculinos no son los usuales nobles británicos. Le gustan los que han sido despojados de su condición y se ven obligados a una lucha interna entre seguir siendo en lo que se han convertido o intentar volver a ser lo que deberían haber sido.

Esta serie vuelve a contar con tres hermanos en esa misma situación.

Es la segunda entrega y recomiendo leer antes la primera, más que nada porque es donde la autora nos pone en antecedentes del pasado más importante. «Navegando por la tentación» narra las aventuras del hermano mediano, Tristán, quien ya prometía ser un personaje muy interesante.
 
La novela está dividida en dos partes y, la primera, donde conoceremos a los personajes, me ha gustado bastante.
 
Tristán no ha sido un personaje plano y me ha gustado la evolución que la autora consigue en él. Creo que ha jugado con la construcción de un hombre que es mitad lord y mitad pirata, o corsario, y en eso se basan muchas de sus acciones y algunos no-principios que rigen su vida.

El capitán del Revenge se nos presenta como un ser encantador, divertido y tierno que nos conquista, al menos conmigo lo ha hecho casi desde el primer momento. Es fiel reflejo de la idea que durante la primera entrega de la serie me hice de él.
 
Anne también me ha gustado al principio, es una mujer empecinada en alcanzar su meta, pese a que parezca una completa locura, y siente la necesidad de despedirse del que fuera su gran amor. Valiente y decidida, no duda en hacer lo que sea necesario para lograrlo, sin tan siquiera inmutarse si eso requiere romper con algunos de los comportamientos que se esperan de ella, siendo la dama que es. No representa a la típica flor inglesa, dulce y tranquila, que siempre hace lo que de ella se espera, pero, a medida que transcurría la lectura, ha sido un personaje que cada vez me convencía menos. Es algo muy personal, pero necesito que los personajes me parezcan creíbles y Anne no lo ha sido.

En mi caso, es lo que ha fallado en la novela, una mayor profundidad y credibilidad en los sujetos que componen la historia.
 
No se puede decir que sea un argumento original, algo que me ha sorprendido, ya que esta autora intenta huir de los tópicos y en esta historia vamos a encontrar muchos de ellos. Pero no voy a negar que ha conseguido atraparme con una trama sencilla y bastante usual: la del simpático canalla que es capaz de conquistar y derretir a la joven que tiene la fama de corazón inconquistable y, al mismo tiempo, terminar cayendo él mismo en sus redes.
 
Me han gustado el viaje en barco, las breves descripciones que hace la autora de la travesía y, sobre todo, las poco sutiles maniobras de conquista por parte del capitán. ─no hay que olvidar que a esta autora le gusta dotar a sus obras de un buen punto picante─.
 
Y todo iba muy bien, hasta que cambia el entorno y he empezado a no creerme la historia, y eso es algo muy importante para mí. Me encantan este tipo de protagonistas, pero necesito que su comportamiento esté justificado y es algo que aquí me ha fallado.

El misterio que se esconde tras su viaje no ha cumplido mis expectativas, la tranquilidad y el sosiego con el que Anne se comporta después de su primer encuentro no me ha resultado coherente. Y lo que hasta ese momento me había tenido muy enganchada a la lectura se ha convertido en algo repetitivo.
 
Lo más destacable, en mi opinión, es Tristan. Una vez que se quita la piel de cordero aparece el lobo feroz y no puedo negar que resulta curioso cómo algunos de los gestos que durante la primera parte de la novela me han parecido tiernos, simpáticos y encantadores hayan dado un giro completo y me haya mostrado al verdadero canalla calculador y manipulador que siempre ha admitido ser. Creo que ése es el mayor acierto de la novela.
 
Si bien es cierto, los tópicos dejan de ser típicos al final de la novela. Los personajes sorprenden haciendo lo que no esperaba que hicieran y es como si todo hubiera dado un tremendo giro.

De todas formas, he de decir que los razonamientos finales no me han convencido. Me gusta que la autora se decida a plasmar la mala relación de los tres hermanos, es algo que hace que su situación adquiera una mayor realidad, esos rencores, pero, también, esas conversaciones que se quedan sin mantener.

Las motivaciones de Tristan, que está tan marcado por un pasado que no termina de contarse del todo, esa lucha interna que marca su comportamiento durante toda la novela, es algo que se queda un poco cojo. Me ha faltado una explicación más extensa que concluya su historia, quizás no sea del todo necesaria pero, en mi opinión, el círculo se hubiera quedado perfectamente cerrado.
 
En resumidas cuentas, admito que estoy un poco dividida con esta segunda entrega. Me ha durado un suspiro porque me gusta mucho el estilo de esta autora, crea historias que me enganchan y su estilo es fresco y ágil, aunque la historia que me ha contado no ha terminado de convencerme.

«Navegando por la tentación» cumple con su cometido y me ha parecido una lectura entretenida, ideal para pasar una tarde con una historia sencilla y sin grandes complicaciones, pero no puedo evitar pensar que los personajes y la trama daban mucho más de sí. Pese a todo, la autora ha sabido captar mi atención, así que no puedo decir que no haya disfrutado leyéndola.

Ahora estoy deseando conocer la historia de Rafe, espero que en la última entrega algunas de las puertas que se han quedado abiertas terminen por cerrarse y esos temas que me siguen dando vueltas en la cabeza queden resueltos.