Elizabeth Royle siente que sus más profundas ilusiones se harán realidad al encontrarse cara a cara con el hombre con el que soñó. Su emoción no puede ser mayor: el joven parece arrancado de los más ocultos deseos de su mente.

Aunque su matrimonio está muy cercano en su profusa imaginación, la realidad se impone en cuestión de segundos: los rumores de que el apuesto Leopold está prometido con la princesa de Gales son ciertos. A pesar del golpe, Elizabeth -que es toda una Royle- no se rendirá fácilmente; hará uso de todas sus armas para conquistar a su amado.

Por su parte, el atractivo Sumner Lansdowne tiene una delicada misión: proteger a su primo Leopold, aceptando incluso que muchos lo confundan con él, un frecuente error que desvía la atención de los asesinos. Esta cuestión aparentemente sin importancia -y que Sumner cree que fortalece su plan- podrá cambiar su vida, en un momento y para siempre.

Tercera y última novela sobre las trillizas Royle.

Es el turno de la tercera hermana, Elisabeth, la más soñadora y sensitiva de las tres. Ella confía en sus sueños a pesar de que no siempre acierta en sus predicciones, pero también es cierto que ya soñó con las bodas de sus hermanas antes de que se celebrasen y esta vez ha soñado que se casaba nada menos que con un príncipe. Elisabeth cree firmemente en el destino pese a que cuando las cosas parecen más difíciles su seguridad flaquea un poco, piensa que está enamorada del príncipe Leopold y que éste debe casarse con la princesa Charlotte por el bien de su país aún estando enamorado de ella. Pero su sueño la inquieta por otro motivo, en él mientras está con el príncipe ve un reguero de sangre caer por su corpiño y eso le deja una sensación de peligro y nerviosismo que la hace mantenerse alerta.

Sumner es el marqués Lansdowne de Whitevale y tiene dos secretos; uno es que se hace pasar por su primo, el príncipe Leopold, para protegerle de sus enemigos mientras están en Inglaterra y el otro no se lo ha confesado nunca a nadie. Lo más importante para él es su deber y su lealtad hacia el príncipe pero cuando conoce a Elisabeth queda prendado de ella y eso le distrae de sus obligaciones y entorpece su misión, más aún cuando haciéndose pasar por el príncipe sufre un ataque que le coge con la guardia baja mientras está con Elisabeth. Sumner la quiere y no le gusta mentirle pero no puede confesarle su verdadera identidad porque podría poner al príncipe en peligro de muerte.

Es una historia de amor bonita, con un estilo de cuento de hadas. Lo suyo es un flechazo, se enamoran desde el primer momento pero las obligaciones y el deber de Sumner serán el gran obstáculo que deben superar para poder estar juntos. Pero Elisabeth no se rinde y acepta la propuesta de ser la dama de compañía de la princesa Charlotte para poder pasar más tiempo con su amado príncipe, Sumner es militar y aristócrata y posee un gran autocontrol hasta que conoce a la pequeña de las Royle, cómo le dice Charlote a Elisabeth, Sumner es un príncipe entre hombres.

La historia se centra en ellos dos y las escenas de amor me han gustado, tanto cuando se encuentran en el bosque como en el salón de ella son momentos muy tiernos y se explican con gracia. Y también tiene momentos divertidos, sobre todo cuando se conocen y cuando se vuelven a ver en un baile.

Nos reencontramos a los Viejos Libertinos y lady Upperton, menos mal que Sumner está de incógnito y nadie sabe quién es porque es exasperante que los protectores de Elisabeth lo sepan todo y conozcan a todo el mundo sin equivocarse nunca, verlos algo desconcertados no ha estado mal. Pero he echado de menos la aparición de los protagonistas de los libros anteriores, la única que aparece un poco es Anne porque Mary, Rogan y Laird solo tienen una breve aparición al final. Sí que aparecen la durmiente tía abuela Prudence, la silenciosa criada y la vivaz cocinera.

La pega es que después de esperar desde el primer libro que se resolviera el secreto del nacimiento de las trillizas creo que se ha resuelto demasiado rápido a pesar de las pistas que habían encontrado en los anteriores libros. En ese aspecto me ha decepcionado un poco, no la resolución en sí, sino que lo dejaran para el último momento puesto que en los demás libros se hacen descubrimientos a lo largo de la novela entremezclándose con la historia principal.

Como los anteriores, se lee rápido y no se hace pesado. Aunque me ha parecido el más flojo de los tres libros por tener menos situaciones divertidas, me ha gustado y merece la pena.

Esta serie me ha encantado por su humor y su desenfado y han supuesto un soplo de aire fresco, lo mejor ha sido su falta de pretensiones y un ritmo que hace que los libros se lean rápidamente, casi se leen solos. Ha tenido puntos muy buenos como cuando Mary se disfraza de estatua, Mary y Rogan en el coche, Anne inventando mentiras sobre su prometido, el encuentro en el baile de Elisabeth y Sumner, cuando Elisabeth aparece en los jardines con un atrevido vestido francés de color rojo y encuentra a Sumner...

Me gustaría que hubiera un libro-epílogo sobre esta saga que tanto he disfrutado, al estilo de "El marqués y la gitana" de los Malory o de "Una Navidad inolvidable" de las Wallflowers, para saber cómo les va a las tres parejas.

Al libro le doy un 6'5 pero a la serie en conjunto le doy un 8.