4 Estrellas. Éste libro ha sido una grata sorpresa y me ha gustado mucho, mucho. No le doy las 5 estrellas porque me ha faltado “algo” para verlo perfecto, pero ha estado muy bien.

No es la primera novela que leo con un protagonista “rarito”, pero me ha gustado mucho cómo Helen Hoang nos ha presentado a una mujer que padece el síndrome de Asperger. Hasta la fecha conocía pocos libros y por supuesto al personaje de Sheldon Cooper en “The Big Bang Theory”. Cierto es que mi idea de Stella no es el típico Asperger que imaginaba, pero por la nota de autora que Helen Hoang nos deja he aprendido algo más sobre ello.

¿De qué trata este libro? De la necesidad que tiene una mujer antisocial y con dinero de encontrar una pareja. Stella Lane siempre fue algo particular debido a su trastorno y el trato social no es lo suyo, no es capaz de controlar lo que dice o sus pensamientos sin dañar a alguien, su especialidad es la economía y las matemáticas y su trabajo como econometrista le da más dinero de lo que puede gastar en su vida.

Pasados los treinta años, Stella decide hacerle caso a su madre e intentar mejorar sus dotes sociales y echarse pareja, pero los hombres que conoce no la gustan, y los pocos con los que ha salido han resultado ser un desastre en lo que a relación amorosa y sexo se refiere. Stella necesita a alguien paciente dispuesto a enseñarla a amar y a satisfacer en la cama. Y así es como Stella da con una empresa de acompañantes, o gigolós, y contrata al encantador Michael.

Michael Larsen es un amor de chico, que ha tenido muy mala suerte en la vida. Sus genes han hecho de él un bombón, de padre sueco y madre vietnamita posee un físico envidiable que está dispuesto a explotar para sacarse el dinero extra que necesita, porque sí, Michael está desesperado. Su padre era una muy mala persona que los dejó en la ruina, y necesita dinero para mantener a su extensísima familia de seis hermanas, una madre enferma y una abuela, y el negocio familiar de la tintorería no es suficiente. Así que las noches de los viernes, Michael las reserva para pasar el rato y dar placer a sus clientas.

Desde que Michael y Stella se conocen, saltan chispas. A Stella Michael le gusta mucho, y está segura de que él podrá ayudarla a satisfacer a un hombre. Michael sabe que Stella es algo rarita y tiene problemas para relacionarse con la gente, pero está dispuesto a ayudarla, pues le parece una chica encantadora y atractiva que debería tener una pareja aceptable. Con todo y con esas, Stella no es la clase de clienta con la que Michael suele alternar, Stella posee una candidez y ternura en su interior, que poco a poco, Michael no será capaz de dejar escapar.

Más o menos el libro es esto lo que trata, una especie de “Pretty Woman” con los roles cambiados. Stella quiere aprender a amar, y Michael es un chico que tiene mucho amor que ofrecer, pero que no se cree merecedor de recibir debido a lo que se dedica.

La historia de ambos protagonistas no será fácil, sobre todo por parte de Stella. Michael le gusta mucho, pero no sabe si es amor, no es capaz de procesarlo, solo sabe que Michael le gusta y está muy obsesionada con él. Michael ha cambiado la vida de Stella hasta rumbos insospechados, y por el otro lado, Stella ha afectado a la vida de Michael más de lo que éste creía.

La verdad es que no puedo contar mucho, porque pasa un poco de todo. Stella es una chica de buena familia y con una inteligencia por encima de la media, mientras que Michael es un chico de clase trabajadora que no tiene mucho que ofrecer, aparentemente, a una mujer triunfadora.

A mí la historia, y el romance me han convencido, me han enamorado. Ambos personajes me han gustado mucho, la ternura que guarda en sí Stella es alucinante, y de Michael sólo puedo decir que es un amor.

Elegí éste libro por las buenas críticas que leí sobre él, por recomendaciones de Goodreads y otros blogs, y no me arrepiento de haberle dado una oportunidad, porque ha merecido la pena, y estoy segura de que no será lo único que leeré de Helen Hoang.