5 Estrellitas. Las primeras 5 estrellitas de éste año se las lleve éste pedazo de libro, que me vino muy bien recomendado y que fue un regalo de mi mejor amiga ¡Gracias, Cori!

Es lo primero que leo de Mariam Orazal y me he llevado una grata sorpresa, prueba de ello es que el libro me ha durado dos días, lo he leído en un suspiro de lo que me ha enganchado.

Tenemos una novela que en cierto modo puede ser cliché, como chica trabajadora enamora a duque, y también atípica por el hecho de que ella sea doctora en un mundo de hombres. No he podido dejar de compararla con la doctora Garret de Lisa Kleypas, pero en éste caso Paige Clearington me ha enamorado mucho más, sobre todo de su pasión y dedicación.

Desde niña, Paige siempre quiso ejercer la medicina, como hija de médico y en una Inglaterra cambiante a finales del siglo XIX, pudo permitirse estudiar en la Escuela de Medicina para Mujeres. Otra cosa es que la sociedad o sus congéneres masculinos, vieran con buenos ojos que las mujeres accedieran a la medicina.

Cuando empieza el libro, Paige está paseando por Hyde Park con su primo, lord Redditch, cuando un niño se desmaya al sufrir un ahogo. Paige es la única doctora en ése momento dispuesta a atender al niño, y así es como llegará a Breighton Hall, la mansión del atractivo, poderoso y frío duque de Breighton.

Maximillian Hensworth, duque de Breighton, es un hombre lleno de prejuicios y no se fía del todo de ésa mujer joven que dice ser doctora. No le hace gracia que atienda a su hijo. Pero la situación en Breighton Hall es desesperada, cuando el pequeño Matthew empeora y el médico de la familia no ha sido capaz de dar un diagnóstico claro.

Paige sí lo tiene claro, el niño tiene difteria. Una enfermedad que en aquella época solo aquejaba a las clases más pobres (o eso creían los de clase alta). Max no sabe por qué, pero muy en el fondo, Paige parece ser la única esperanza para salvar a su heredero, y no descansará hasta conseguir que Paige lo cure.

Sí, Paige es una doctora muy capaz, pero muchas veces en la novela sientes su miedo y su frustración por no poder hacer más. Por momentos, el niño parece mejorar, pero en otros empeorará hasta que no parezca haber una salvación. Sólo los adelantos médicos de investigadores extranjeros darán ésa esperanza a nuestros protagonistas.

Es lo primero que leo de Mariam Orazal y sólo con ésta novela me ha ganado. Está maravillosamente escrita y descrita, con un preciosismo, un sentimiento y un cariño que no encuentras fácilmente en la literatura actual.

El personaje de Paige es maravilloso, fascinante, cautivador. Paige es una mujer valiente en un mundo de hombres, una de las pioneras de la medicina, que tiene que enfrentarse a sus congéneres para hacerse tan valiosa como ellos por méritos propios. Algo nada fácil, cuando los hombres en ésa época seguían usando a las mujeres más como objetos o adornos, y peor aún a mujeres inteligentes que pudieran usurparles sus privilegiados puestos.

Con audacia y tesón, Paige se ganará el respeto del duque y del personal de Breighton Hall, y poco a poco Maximillian empezará a ver a la mujer detrás de ésa fachada de mujer deslenguada dispuesta a ponerse en peligro con tal de conseguir una cura para Matthew.

El romance se cuece a fuego muy lento en la novela, de hecho me ha encantado. Max es frío y reservado, ya estuvo una vez casado y no fue una grata experiencia, no desea volver a casarse, pero sabe que Matthew necesita una madre. En cambio Paige es una pionera, una mujer feminista que lucha por una igualdad en una profesión a la que sólo se dedicaban hombres.

Lo suyo es una chispa que crece hasta que estalla y ya no puedan esconder su pasión. Realmente me ha encantado pasar de ese no soportarse a enamorarse, sobre todo cuando Max abra los ojos y vea realmente la mujer que es Paige. Se complementan a la perfección y el suyo es uno de esos romances que me han llegado a lo más hondo.

También agradezco la magnífica ambientación e investigación que ha llevado a cabo la autora. Siempre, siempre, admiro a aquellas que están dispuestas a invertir su tiempo en investigar para que su historia pueda ser lo más fidedigna posible. Y siendo así, no me extraña que a ésta novela le dieran el premio Vergara, se lo merece con creces.

Repito, Mariam Orazal me ha ganado con ésta maravillosa novela, que creo que toda amante del romance histórico debería leer. Por mi parte, volveré a leerla.