SINOPSIS
Me he pasado la vida intentando convencerme de que ese amor maravilloso con final feliz existe. Pero esa misma vida se ha ido encargando de demostrarme, que si existe será para que lo disfruten los demás.
Resabiada con mi pasado y expectante con el futuro, he decidido que nadie va a provocar que tenga que volver a acudir a terapia para devolverme mi autoestima.
Yo merezco algo más que esconderme en un pijama de felpa, una manta y un sofá mientras lloro desconsoladamente.
Ahora voy a VIVIR en mayúsculas. Con V de victoria, con V de vencedora, con V de Vikinga, con V de Triunfadora. ¿Qué triunfadora no empieza por V?
Ahí Va una triunfadora.
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RESEÑA
Empezaré diciendo que me ha sorprendido mucho el cambio de registro respecto a su primera novela, porque aquí la autora demuestra que, además de un control muy bueno sobre los elementos dramáticos, posee también un dominio espectacular de los ingredientes cómicos que impregnan la historia.
Lola es una mujer con una hilera de fracasos amorosos a sus espaldas, dos hijas ya mayores, que ha vivido en una burbuja de autoprotección, permitiéndose únicamente escarceos sin futuro.
Entra en escena Javier, su nuevo superior, y las chispas saltan hasta convertir todo en un incendio que no les dejará opción.
Javier está divorciado y tiene una hija ya independizada. Es un hombre que sabe lo que quiere, una relación sin ataduras hasta que su traslado acabe y pueda volver a casa.
Lola también sabe lo que quiere, no involucrarse con un hombre que pone en peligro su corazón y su tranquilidad.
Pero… esas maravillosas 200 mariquitas se encargarán de que caiga en los brazos de Javier y tenemos el tsunami listo para llevarse por delante a Lola, Javier, al lector y al que se ponga por delante.
Lola me ha parecido una mujer llena de contradicciones, alegre y capaz de caer en la depresión más profunda, con las ideas muy claras e incapaz de negarle nada a Javier, en resumen, MUY REAL. Habrá momentos en los que desees abrazarla y protegerla y otros en los que te gustaría hacerla entrar en razón, pero todos tenemos nuestros traumas y esa marca está con nosotros, lo queramos o no.
Javier me ha parecido un personaje apasionado, bueno, tierno y generoso. Un poco huracán o apisonadora, cuando decide lo que quieres, es de los que dejan huella y no se olvidan.
Mili tiene un estilo muy ágil de escritura y una capacidad extraordinaria para transportarte y hacerte sentir, sufrir y reír con sus personajes. Recomiendo esta novela a cualquiera que desee una dosis de protagonistas reales y una historia llena de emoción y drama.