Para ser un hombre al que había fantaseado con estrangular, Jake Bradshaw era agradable a la vista. De hecho a Jenny Salazar le daban ganas de usar las manos para otra cosa. Salvo que aquel era el hombre que había abandonado a su hijo, Austin, al que Jenny adoraba como si fuera suyo, para convertirse en reportero gráfico. No podía regresar sin más y llevarse a Austin.

Jake era poco más que un chaval cuando se convirtió en padre. Cierto, había soñado con escapar de aquel pueblo, pero también estaba convencido de que el niño estaría mejor con sus abuelos. Pero ahora deseaba, necesitaba, enmendar ese error. Pensaba quedarse en Razor Bay solo hasta que pudiera convencer a Austin de que se fuera a Nueva York con él. El problema era que, con la irresistible y protectora Jenny en su vida, y en su cama, corría el riesgo de no querer marcharse nunca...

Primer libro de la serie "Hermanos Bradshaw".

Aquí tenemos otra típica historia de regresos. Una de esas novelas en las que uno de los protagonistas vuelve al pueblo natal del que se marchó queriendo huir de un lugar opresivo, pero las circunstancias le llevan de regreso para reencontrarse con una parte de sí mismo. Sólo que ese lugar ya no parece tan malo como imaginaba y recordaba, y descubre que allí hay cosas por las que merece la pena cambiar de vida, y el amor es la más importante de ellas. La cuestión es atreverse a intentarlo. En definitiva, un argumento en absoluto novedoso pero que sigue teniendo su encanto.

A mí me gusta bastante Susan Andersen, pero tengo que reconocer que esta no es una de sus mejores novelas, pues es más bien flojita. Tanto los protagonistas como su historia de amor carecen de chispa, y la trama es demasiado plana. Aunque no me ha llegado a aburrir, le ha faltado algo, porque tanto el desarrollo como el desenlace son previsibles y sin ninguna sorpresa.

Jenny es una protagonista madura y racional, pero es un personaje demasiado plano, predecible en cuanto a lo que se espera de ella. Es una mujer fuerte que podía haber dado más juego poniéndole las cosas difíciles a Jake, pero su comportamiento me ha decepcionado por la facilidad con la que se somete a sus deseos. No ha cumplido las expectativas de lo que esperaba de ella. Jenny no puede entender a Jake, que renunció a una vida con la que ella soñaba, una vida en la tranquila de Razor Bay. Al principio Jake no le gusta, aunque su gran atractivo es una obviedad, pero por el bien de Austin, a quien quiere como a un hermano pequeño, está dispuesta a ayudarle. Y es ahí donde la historia y Jenny empiezan a decaer, es todo muy fácil desde el primer capítulo.

Jake es un personaje algo más complejo que Jenny. Sería muy fácil juzgarlo y criticarlo por haber abandonado a su hijo cuando era un bebé para volver a recuperarlo diez años después. Pero las cosas no fueron tan simples para él, no fue una decisión tomada sino algo que fue aplazando indefinidamente. Tampoco tiene excusa su comportamiento, pero en su favor diré que en ningún momento intenta justificarse ni ante sí mismo ni ante nadie, sólo admite sus errores e intenta enmendarlos, a pesar de que pueda ser demasiado tarde. Y pese a sus varios defectos me gusta que no se muestre como víctima ni como verdugo. Cuando llega a Razor Bay sigue siendo el chico desorientado que una vez se marchó de allí, sólo que ahora es un hombre que ya no cree en el amor, pero va madurando a medida que pasan los capítulos.

Si como personajes no me han convencido, como pareja no mejoran mucho más. Les falta química, a veces la historia de amor parece algo más bien secundario, se le da prioridad a los sentimientos que le suponen a Jake su regreso al pueblo y a la relación que tiene con su hijo. La relación de Jenny y Jake parece más bien basada en el deseo, pero su historia no me ha parecido muy creíble con su rápida atracción y su posterior paso hacia el amor. La cuestión se reduce a la química, simplemente no pegan mucho; sobre todo al principio, sus escenas juntos me parecían un poco artificiales. Jake intenta recuperar a su hijo y conocer a Jenny, pero la relación que más me ha gustado es la que Jake mantiene con su hermanastro, Max, la única que me ha llamado la atención.

En cuanto a los personajes secundarios, hay varios porque así se muestra la visión de un pequeño pueblo muy unido, donde cuidan los unos de los otros. Austin es el más importante porque sin él no habría novela, incluso tiene su pequeña historia de amor. Pero los que más me han gustado son Tasha y Max. Tasha, como la mejor amiga de Jenny, y Max, como el hermanastro y antiguo rival de Jake, pero me gusta el tipo de relación renovada que empiezan a tener.

No es el libro que más me ha gustado de esta autora, pero tampoco está del todo mal. Es una historia que no pasa de ser entretenida, tiene sus momentos cómicos y sus escenas emotivas y, a pesar de que ni la historia de amor ni los protagonistas me han convencido, tampoco me he aburrido.