Riley Crane, agente especial de la Brigada de Investigación Criminal del FBI, está en Carolina del Sur a petición de su amigo y ex-compañero Gordon Skinner.
Oficialmente se encuentra de vacaciones, pero en realidad Gordon la ha llamado para que le ayude a desvelar ciertos asuntos turbios de la localidad.

La cosa se complica cuando una tarde Riley se despierta cubiertade sangre, sin recordar nada de lo sucedido en las últimas semanas y, lo peor, sin poder utilizar sus habilidades paranormales.

Pero aún hay más, el sheriff Jake Ballard busca su colaboración tras la aparición de un hombre muerto y decapitado en un parque de la población. En el lugar de los hechos está también Ash, el fiscal del distrito, con el que todo indica que mantiene un apasionado romance, que ella por supuesto no recuerda.

¿Conseguirá Riley esclarecer su mente, el brutal asesinato y sus sentimientos?

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Tercer libro publicado de esta serie en el que un nuevo agente de la Unidad del Crimen Especial del FBI se enfrenta de nuevo a una situación donde lo paranormal y los sucesos extraños están a la orden del día y las cosas no son lo que parecen.

A pesar de formar parte de una serie, se puede leer de forma independiente, ya que cada libro está dedicado a un agente de esta unidad, centrándose en un caso, y al menos en esta novela apenas aparecen como personajes los secundarios de las anteriores.

En esta ocasión, nada más empezar a leer nos encontramos con una situación en la que nos sentimos tan perdidos como la protagonista, que despierta en su habitación cubierta de sangre seca y sin recordar nada de lo ocurrido en las últimas semanas de su vida.
Poco a poco empieza a tomar conciencia de que su vida ha cambiado radicalmente en ese período de tiempo: se encuentra en medio de la investigación de un caso, ha cambiado de domicilio, ha empezado una relación de pareja, y por si fuera poco se ha producido un asesinato en lo que parece que ha sido un extraño ritual de ocultismo satánico. Para empeorar la situación ha perdido sus poderes psíquicos de clarividente, lo que la obligan a enfrentarse a estos problemas en una situación de desventaja a la que no está acostumbrada y que la hacen dudar de sí misma y de sus posibilidad desde ser capaz de realizar bien su trabajo.

A la vez que investiga sobre el nuevo asesinato y lo ocurrido en su propia vida, recuerdos del pasado le vienen a la memoria, como trozos entrecortados y una sensación de deja vú la lleva al pasado, a recordar otro caso, otros asesinatos, y se pregunta si tendrán algo que ver con lo ocurrido.

En medio de todas las interrogantes que se le plantean, Riley intenta hacer como si nada hubiera pasado, para dar un aire de normalidad a su vida y no mostrar sus debilidades a los demás por su propia seguridad. Ella es una luchadora, independiente y fuerte que ahora se siente vulnerable, pero que a pesar de todo conserva un sexto sentido que le hace pensar que algo muy importante pronto va a ocurrir.

En cuanto a la parte romántica, Riley tiene una relación sentimental que inició justo en el periodo de las tres últimas semanas de las que no recuerda nada.
No sabe como comenzó ni por qué esta relación con Ash y sus sentimientos hacia él son contradictorios.

Duda sobre en quién confiar, su nuevo amante parece el hombre ideal, pero ¿puede fiarse de él?, ¿de quiénes de las personas que están a su alrededor puede fiarse?, sobre esta pregunta gira casi todo el libro, porque no hay ni un momento en el que pueda estar segura de nada, con una tensión y suspense que cada vez en lugar de aclararse la llevan a nuevas preguntas, nuevas incógnitas, y cada vez los sospechosos van aumentado conforme avanza la investigación, y su propia situación se escapa de su control hasta llegar a momentos en los que el pánico se apodera de ella.

En el lugar donde se encuentra sólo conocía a un antiguo amigo del ejército, Gordon, precisamente la persona que la ha involucrado en ese caso al llamarla para que investigara unos hechos que podían tener relación con ritos ocultistas, pero para nada peligrosos.

En estas circunstancias todas las personas con las que ha hablado y convivido en las últimas semanas son unas desconocidas para Riley, cualquiera de ellas puede estar involucrada en el caso y todos se convierten en sospechosos, no hay nadie en quien poder confiar y no puede contarles demasiado porque no puede delatarse ante ellas hasta que no descubra que ocurre.

Un libro donde no encontraréis un romance apasionado pero si unas horas de suspense que harán que no podáis dejar de leer hasta llegar a la última página, con un misterio que no se resolverá hasta el último momento y que creo que sorprenderá a más de un lector.

Sigue el estilo de los dos anteriores, así que para quien haya leído a esta autora y le guste, no quedará decepcionada, y para quien no se lo recomiendo si le gusta el suspense.