Pero fuera de la clínica, Chrissy ha de enfrentarse a sus propios problemas: unos desagües que se embozan con frecuencia, un amante que no acaba de definirse y una madre que siempre llama en el momento más inoportuno. Y si no tenía suficiente, surge un nuevo problema: J.D. Solberg, genio de la informática y nuevo novio de su secretaria, ha desaparecido sin dejar rastro.
Chrissy piensa más bien que J.D. quiere romper con Elaine, pero una serie de misteriosos acontecimientos le hacen sospechar que podría tratarse de algo mucho más serio y decide investigar por su cuenta, hasta que un buen día el atractivo teniente Jack Rivera se presenta en su casa para acusarla de asesinato.
---------------------------------------------------------------------------------------
Segundo libro sobre Christina McMullen.
Esta serie es mi nuevo pecado culpable. No es un gran libro, ni explica una gran intriga policiaca y apenas hay romance pero me he divertido tanto como para compensarlo.
El libro empieza unas semanas después de que acabara el anterior. Chrissy es una psicóloga de Los Ángeles ocupada con sus pacientes e intentando evitar las llamadas de su madre, pero le surge una nueva preocupación: J.D. Solberg, el novio de Elaine, su secretaria y mejor amiga, ha desaparecido sin dejar rastro; nadie le ha visto desde hace un mes, cuando debía volver de una convención informática en Las Vegas. Chrissy decide investigar si es una desaparición voluntaria o no.
Pero de nuevo el teniente Jack Rivera se cruza en su camino, no se habían vuelto a ver desde que él la dejó plantada durante su última cita tras recibir una llamada de teléfono, y de nuevo él la cree sospechosa de un crimen. Y como Chrissy tiene un don para meterse en lios sus caminos no dejan de cruzarse durante la investigación.
Primero se reencuentran en la comisaria cunado ella va a denunciar la desaparición de Soldberg pero dada la última experiencia que tuvo con la policía, decide investigar ella misma sin importarle mentir, usurpar o allanar moradas para descubrir la verdad.
Pero el asunto cada vez se complica más y Chrissy pondrá en peligro su propia vida cuando descubre que ella no es la única que busca al escurridizo genio informático.
Eso sí, algunos momenos son muy surrealistas e increíbles y el final es muy precipitado, porque el misterio de Solberg se resuelve en las últimas páginas.
Christina McMullen llevaba una vida relativamente tranquila hasta que unas semanas atrás un sexy teniente de polícia la acusó del asesinato de uno de sus pacientes. Ahora Jack Rivera ha vuelto a entrar en su vida pero ella está dolida con su comportamiento después de marcharse durante una cita sin explicaciones y no llamarla después.
Jack Rivera es el teniente de policía encargado del caso, otro caso que tiene a Chrissy como sospechosa, o al menos sabe que le oculta información, y ella no deja de involucrarse en los asuntos de la policiía poniéndose en peligro. Jack es un hombre frío e imperturbable pero se siente atraido por Chrissy y quiere arreglar las cosas, pero a la vez no sabe hasta qué punto puede fiarse de ella porque sospecha que le oculta información, y es agotador preocuparse por su seguridad a cada momento.
Lo que pasó entre ellos entre el final del primer libro y el inico de éste solo podemos intuirlo por sus conversaciones, pues no se da una explicación exacta.
Está narrado en primera persona por Christina y sus pensamientos son muy divertidos aunque a veces puede llegar a ser agotador estar dentro de su mente, pero su sarcasmo y su habilidad para meterse en líos son muy entretenidos. El único inconveniente es que al ser desde su punto de vista solo conocemos sus sentimientos y no los de Jack, pero eso le da un halo de misterio a Rivera.
Me he quedado con ganas de más, con una sensación de coitus interruptus, quiero saber si despegará la relación de los protagonistas y si habrá alguna ocasión donde no los interrumpan en el momento más inoportuno. Pero solo hay traducido hasta este libro, así que espero que se animen a traducir los siguientes porque si no ya me veo leyéndolos en inglés.