3 Estrellas. Me da un poquito de pena la nota que le he dado, porque la verdad es que iba con buenas expectativas, y aunque tiene muchas similitudes con el primero, no lo he podido disfrutar igual. No sé si habrá sido culpa mía o del libro, que quizás no era el momento, pero no me ha gustado tanto como el anterior.

Claro que tiene excelentes cualidades para una buena valoración, es un libro de romance medieval muy bien cuidado, trabajado e investigado, y siempre valoro estos detalles. La autora se ha esmerado con la investigación referente a la medicina medieval, y sólo por ello ha ganado un punto. Pero lo que creo que ha fallado es que en algunas partes la trama se ha estancado, se me ha hecho algo pesado, y no sabía muy bien cómo continuarlo.

“El don de Michaelmas” empieza pocos años después de “La leyenda de Kinglassie”. A Michaelmas, la protagonista, la conocimos de niña en el primer libro, tenía un vínculo muy estrecho con Gavin, y lo que era más importante, un don especial para curar. Han pasado unos años, y tras una rápida escaramuza cerca de Kinglassie, Michaelmas acude a atender a los heridos; allí conocerá a un joven soldado con conocimientos de cirujano, Diarmid Campbell, y ése primer encuentro determinará el destino de nuestros personajes.

Por desgracia, Michaelmas y Diarmid no vuelven a verse hasta once años más tarde. Michaelmas acaba de volver de Italia, allí ha pasado sus últimos años, donde estudió medicina en la universidad de Bolonia, una de las pocas que permitía la entrada a mujeres y a su vez les daba un título con el que podían ejercer su profesión. A pesar de ello, los conocimientos y la experiencia de Michaelmas no son bien recibidos en una Escocia medieval y temerosa, y quizás la oportunidad que acaba de darle Diarmid sea una forma de sobrevivir.

En estos años transcurridos, Diarmid ha asumido el mando como jefe del clan, siendo leal a Robert Bruce en la guerra contra Inglaterra. Aunque algo contradictorio con la actitud guerrera de Diarmid, éste se formó en un monasterio como segundo hijo que era, pero al morir el primogénito, hubo de volver para ocupar su puesto como heredero. Fue entre los monjes donde aprendió los conocimientos que tiene de medicina, pero se le ha presentado un reto que ni él mismo puede afrontar: devolverle la capacidad de andar a su joven sobrina Brigit. Una vez, hace once años, conoció a una joven sanadora en un campo de batalla, y está decidido a encontrarla para que pueda darle a Brigit el milagro que necesita.

Michael querría poder ejercer la profesión que ha elegido, pero las estrictas normas morales y religiosas que imperan en la Escocia medieval no se lo permiten. Lo único que le depara el destino es casarse de nuevo y asumir el control del castillo de Glas Eilean, que el rey Robert le ha entregado a Gavin, para que a su vez se lo entregue a Michael una vez se despose; pero hay un problema, el castillo está actualmente ocupado por Ranald MacSween, uno de los capitanes de Bruce, que no está dispuesto a entregar el mando, que para más inri es cuñado de Diarmid, y éste no quiere hacer nada que dañe a su desdichada hermana.

Sólo la posibilidad de que Michael pueda hacer algo por la pobre Brigit es suficiente para que esta acepte malamente seguir a Diarmid, pero sólo con la condición de que Diarmid eche de su castillo a su cuñado.

Más o menos esto es lo que nos encontramos al comenzar a leer este libro. Dos protagonistas que se conocieron hace años y no se olvidaron, pero que el transcurso de los años separó sus vidas, los llevó por distintos caminos, y ahora vuelven a unirse. Son varias las cosas que impiden un romance entre ellos, Michael es viuda y no desea volver a casarse, ni siquiera por asumir el control de su castillo, y Diarmid está casado con una mujer de la cual no puede separarse.

Quizás para mí lo que ha fallado es que creo que la trama ha ido perdiendo fuelle según la leía, esperaba que ocurriesen cosas que no llegan a ocurrir, o que hubiese algún giro o cambio de escenario más atractivo, pero lo que realmente debería haber sido más importante, como la recuperación de Brigit o la cojera del hermano menor de Diarmid, se queda en una mera anécdota, y quizás le ha dado mas protagonismo a detalles que no deberían haber tenido tanto.

Admito que he echado de menos alguna aparición de Christian o Gavin, los padres adoptivos de Michael, me encantaron en el primer libro, y esperaba algo de Kinglassie, pero su presencia ha sido más bien nominal que presencial. En cuanto a los protagonistas, Michael y Diarmid, me han gustado, bastante, tanto él como ella, juntos y separados, pero al igual que ha pasado con la historia, su romance me ha sabido a poco, y habría esperado algo más emotivo o bonito, pero no me ha despertado nada ¿Mi desesperación por querer algo más emocionante? Puede ser.

El libro no está mal en el fondo. La prosa de la autora es muy buena, el detalle, la investigación de la vida medieval, y sobre todo de la medicina son dignos de elogio y es lo que más me ha gustado del libro, pero para mí le ha faltado emoción a la historia y al romance, cosa que sí tuvo el primer libro. Aún así no dejaría de recomendarlo, pues realmente me parecen muy buenos libros de romance medieval de los que ya no se publican, libros que cualquier lectora de novela romántica puede disfrutar, y para mí Susan King se ha convertido en una escritora a la que le seguiré le pista.