Lady Mara St. Bride ya está cansada de la vida londinense. Y no porque la esté disfrutando, sino más bien al contrario. El embarazo de su hermana la aparta de los eventos sociales que alegrarían sus aburridas noches y saciarían su carácter pizpireto y aventurero. Así que la joven, sin entretenimiento alguno, decide buscarse la diversión por sí misma... Pero su aventura nocturna acaba en una situación harto comprometida, vagando medio desnuda por las calles de la capital. Únicamente puede acudir a un fiel amigo, Dare, quien, tras resultar herido en la batalla de Waterloo, ahora combate un monstruo mayor: su adicción al láudano. Mientras el joven lucha por superar el pernicioso hábito, Mara se propondrá recuperar al antiguo lord Darius, al divertido Dare, al atractivo canalla que siempre ha deseado en secreto.

Décimo tercer libro de la serie «La compañía de los pícaros».

Dado que es el primer libro que leo de Jo Beverley, no sé si es que no es una autora para mí o si simplemente la trama no me ha convencido, pero esta novela se me ha hecho bastante pesada y larga. En realidad, la historia bastante empieza bien, tiene un inicio interesante y que podí dar mucho juego, pero después todo se vuelve más bien monótono y aburrido. Es todo demasiado fácil, muy plácido.

Parte de culpa de esas sensaciones es de los protagonistas, porque podría soportar una trama floja si los personajes fueran fuertes y definidos. Pero no ha sido el caso.

La actitud de Mara lo dice todo sobre ella, si no fuera tan impulsiva no habría terminado mal su gran aventura nocturna al principio del libro. Su comportamiento es demasiado contemporáneo y su independencia está fuera de la época, no me acabo de creer sus actos. A eso hay que añadir un carácter infantil que se podría confundir con simple entusiasmo, pero no es muy creíble que se enamore en dos días de alguien que es como un hermano para ella. Y a todo esto le echa la culpa al color de su cabello. Yo, la verdad, no la he comprendido.

Dare es el supuesto canalla que debe ser rescatado, sólo que de canalla tiene más bien poco. Acepto la condición de pícaro, nada más, porque al adjetivo de canalla le encuentro otras connotaciones distintas, pero es un pícaro, o más bien un antiguo pícaro, sin mucha chispa. Aunque su adicción al opio le da cierto aire atormentado y supone un obstáculo en la historia no es suficiente para aportar algo de emoción.

La historia de amor no me ha parecido muy creíble, pero tampoco los personajes lo son. Su relación siempre ha sido de amigos o hermanos, por eso todavía no entiendo cómo han podido enamorarse con dos encuentros, ni siquiera me convence que sientan atracción tan de repente. Lo podría entender de Mara, que es enamoradiza como una adolescente, con dos días ya le confiesa que quiere casarse con él; pero no llego a comprender que Dare acabe sintiendo lo mismo cuando ella prácticamente lo está acosando. Al menos la autora no ha conseguido transmitirme la evolución de sus emociones.

Entre los secundarios se encuentran otros Pícaros, pero me parecen personajes tan planos como los protagonistas, no me han despertado mucho interés por conocer sus historias. Sin olvidar a los dos niños, que son repelentes y su presencia me ha sobrado, pero toda esa parte de la historia es poco creíble.

Puede que le dé otra oportunidad a esta autora, pero no será con un libro de esta misma serie, porque después de conocer a varios personajes sé que no son novelas que vayan a convencerme. Esperaba más aventura, más emoción, pero la trama es bastante monótona, un poco aburrida, y los personajes no me han convencido. Es una novela que me ha transmitido poco y ha sido más bien aburrida.