Chicas... ¿jugamos?

Tema: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Oct 2010 - 19:38

Maryss28 escribió:: yo me arriesgo.....Pasion secreta de samantha james???

Simon y Annabel???

luasyr , dinos algo... Chicas... ¿jugamos? 131348

me muero por saberlo.. Chicas... ¿jugamos? 580592

Normas del juego:

En este tema se podrá poner frases o fragmentos de libros y tendréis que adivinar a qué libro pertenece.

Podréis poner todas las respuestas que querais siempre y cuando no vayan 2 seguidas... "

No valen Harlequines, son millones de libros y autoras.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Oct 2010 - 20:57

Yo también estoy pendiente...

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Oct 2010 - 21:01

pricesa escribió:

Maryss28 escribió:: yo me arriesgo.....

pasion secreta de samantha james???

Simon y Annabel???

luasyr , dinos algo... Sad

me muero por saberlo.. acojonado

siiiiii,
perdonad, es que acabo de terminar... y hasta ahora no he podido..
¡¡ Te toca Maryss!!
Inca... no te mato por que eres de mis brujas preferidas!!

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Oct 2010 - 21:46

luasyr escribió:

pricesa escribió:

Maryss28 escribió:: yo me arriesgo.....

pasion secreta de samantha james???

Simon y Annabel???

luasyr , dinos algo... Sad

me muero por saberlo.. acojonado

siiiiii,
perdonad, es que acabo de terminar... y hasta ahora no he podido..
¡¡ Te toca Maryss!!
Inca... no te mato por que eres de mis brujas preferidas!!

Pues ala , a buscar el libro .. Leer

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Oct 2010 - 0:33

Yo ya lo conseguí...jaja...esta autora me encanta.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Oct 2010 - 3:54

ok... busco y pongo....

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Oct 2010 - 4:02

va...

XX palideció. Por un momento sus miradas se cruzaron, y la expresión adusta de su boca desapareció en una línea feroz. XY miró de un lado a otro, desde el vacío camino abovedado que llevaba a la calle hasta el que acababa en los jardines. Detrás de cada portal ella podía ver la gente que paseaba, sin preocuparse por ellos. Pero mientras que las sombras les permitían ver a algún paseante ocasional, no les dejaban descubrir a ningún observador secreto.
Ella no dudó de lo que él decía ni por un instante. ¿No había sentido ella también el contacto de una mirada malintencionada hacía un rato?
Tembló, y XY la rodeó con sus brazos, protegiéndola con su cuerpo mientras recorría la zona con su mirada. Miró hacia abajo y vio que sus pechos estaban expuestos por encima de sus ataduras, suaves y blanquecinos bajo la deriva ocre de la noche. Y con ello, la realidad se precipitó sobre ella, disolviendo el cálido hechizo. Estaba entre los brazos de un hombre que no conocía su nombre, en las sombras de un jardín público, con el nacimiento de sus pechos enrojecido por la barba de un extraño, aceptando de él el tipo de besos que suponía que pocas esposas disfrutaban.
Disfrutaban.
Cerró los ojos frente a aquel traicionero final de frase, pero eso no la hacía sentirse menos vulgar. Su cuerpo ardió de solo pensar hasta dónde había estado dispuesta a renunciar a su orgullo en beneficio del placer. ¿Cuánto más lejos hubiera seguido el canto de sirena de su cuerpo? Gracias a Dios, no necesitaba saberlo.
Intentó liberarse.
—Tengo que irme. De verdad.
Su cabeza se inclinó hacia ella, con los ojos fijos en su rostro. Destellaban en la penumbra. Profiriendo un insulto, se separó un poco y extendió los brazos hacia ella. XX se encogió contra el muro, pero él solo cerró su camisa, atando los nudos con eficiencia despiadada antes de tomar su codo y sacarla del camino abovedado. La acompañó rápidamente a la calle.
—No tiene que...

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 5 Oct 2010 - 22:14

estoy segura de no haberlo leido.. Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Oct 2010 - 0:00

Tampoco lo ubico

Besotes
Juana

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Oct 2010 - 18:29

chicas la palabra subrayada...es una pista!!! Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Oct 2010 - 20:38

¿¿placer??... ¿¿Una pista?? Shocked

... ¿¿en romántica?? Cool

... ¿¿Nos estás cargando/haciendo bromas?? Razz

...

Pón un trozo CLAVE (que aporte datos) para que adivinemos Excitación

(aquí no se pueden hacer preguntas Embarassed

)

Besotes
Juana

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 6 Oct 2010 - 21:27

va... otro pedacito...

—Mí querida señorita XX... Si lo que necesita es protección, puedo brindársela mucho más fácilmente de lo que puedo enseñarle a sostener una espada. Dígame, ¿quién necesita que lo pinchen?
XX se sonrojó.
—No necesito que «pinche» a nadie, señor. De hecho, preferiría que nadie fuera pinchado. Pero si surgiese la necesidad de protegerme, quisiera ser capaz de hacerlo yo misma.
—Ya veo. —Se puso de pie—. Creo que lo mejor será que se vaya a casa, señorita XX.
Lo miró fijamente con expresión angustiada.
—Pero usted lo prometió.
—Lo sé. Pero prometí responder a sus necesidades, no a sus caprichos, y todo lo que me ha dicho hasta ahora es que tiene el capricho de aprender a usar la espada en caso de que alguna vez algo surgiera y la pusiese en peligro. Para lo cual hay una respuesta muy simple. Manténgase alejada de los lugares peligrosos.
—Pero... no puedo —confesó.
El apuesto molde de las facciones masculinas se endureció, y su voluptuosa boca se puso tensa.
—¿No puede? ¿Por qué? ¿Se ve obligada a visitar lu¬gares a los que otras jóvenes muchachas temen ir? —Su tono de voz era de burla—. Me cuesta creerlo, señorita. Con lo cual, si frecuenta usted lugares peligrosos, solo puedo llegar a la conclusión de que elige ponerse en peligro por puro capricho. No ponga esa cara, señorita XX. Si aún siente lo mismo, digamos en un mes, vuelva aquí. Para entonces el torneo habrá terminado, y tendré tiempo de instruirla. —Como ella continuaba mirándolo sin reaccionar, abrió su mano y dejó caer la pequeña rosa sobre su regazo—. Conserve esto hasta entonces.
—¿Cómo se atreve? —Lentamente, se puso de pie, con su mirada clavada en él, con su voz temblando, dejando caer la rosa de seda en el suelo—. ¿Cómo se atreve a tratarme con condescendencia? —Nada en ella era tranquilo o relajado en aquel momento. Ardía de indignación—. A pesar de la información sobre la situación de mis hermanas y de mí, usted no sabe nada de nosotras, señor XY. Nada de mí. No sabe qué circunstancias me han llevado hasta su salón o lo que me ha impulsado a encerrarme sola con usted en esta habitación arriesgando mi reputación.
—No —afirmó—. Tiene usted razón. ¿Por qué no me lo dice?
No la ayudaría a menos que se lo explicase, y ella no podía explicarlo todo. Había jurado proteger a Flora y la identidad de Oswald, y hasta que no fuese liberada de aquel juramento, solo podía referirse a ello vagamente.
—Siéntese, señorita XX.
Con desconfianza, volvió a sentarse mientras un golpe en la puerta anunciaba la llegada de Gaspard, trayendo un juego de té. Dejó el juego sobre el escritorio —no había mesa— mientras XX pensaba en lo que diría para obtener la ayuda de XY. Cuando se marchó, comenzó a hablar sin preámbulos:
—Me están siguiendo.
XY ladeó la cabeza.
—Estoy seguro de que tiene usted muchos seguidores, señorita XX.
—No —dijo impaciente—. Me están siguiendo, vigilando, a dondequiera que vaya.
—Muy desagradable —le dijo con consideración—. Pero las obsesiones de los jóvenes para con sus enamo¬radas son fugaces. Solo debe intentar no ser vista en público por un tiempo, y visto lo inconstantes que son los hombres, cuando vuelva a presentarse en sociedad no tengo dudas de que encontrará el interés de su admirador concentrado en una mujer mejor dispuesta, o al menos más visible.
—No puedo ocultarme de la gente —dijo lacónicamente.
—Ah. —Su voz sonaba apenas intrigada, pero sus dedos tamborileaban sobre el brazo de la silla—. ¿Y eso por qué?
XX tomó un sorbo del té que le habían ofrecido.
—Estoy buscando a alguien.
—¿Alguien en particular?
—Sí. Un caballero.
—¿Y no puede buscar a este caballero la semana próxima? ¿El mes próximo? ¿Es tan importante tenerlo ahora?
«¿Tenerlo?» La expresión llamó su atención, aunque solo por un breve instante. Tenía demasiados problemas como para fijarse en las palabras que él elegía. Si los acreedores de Oswald le daban alcance, quizá no estaría allí el mes próximo. Había oído historias terroríficas sobre cómo se las arreglaban los prestamistas con quienes no pagaban sus deudas.
—Podría desaparecer para siempre.

Spoiler:

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 7 Oct 2010 - 0:45

pues no me suena de nada...

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 8 Oct 2010 - 17:39

Maryss , que nos tienes abandonadas.. Adiós

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 8 Oct 2010 - 18:29

pricesa escribió:: Maryss , que nos tienes abandonadas..

perdon... mis tiempos estan muy justos ultimamente!!! ^^º

otro poco....

—Y no olvides al señor Munro.
El corazón de Helena golpeaba frenéticamente contra su pecho.
—¿El señor Munro?
—¡Sí! —-dijo Flora con excitación—. El señor Ramsey Munro. El caballero del baile de la tía Alfreda, y no pretendas que no sabes de quién estoy hablando, porque se dice por ahí que no podía separarse de ti, y que te sentaste durante veinte minutos en el jardín junto a él.
—¿Qué pasa con el señor Munro? —preguntó Helena.
—Él es la razón por la que Ossie y yo podremos al fin estar juntos.
—¿Cómo?
—Es cierto, señorita Nash. —Oswald rodeó la cama para situarse junto a Flora, que estaba sentada en el otro extremo. Tomó su mano, y Flora, con un signo de satisfacción, apoyó la mejilla en el dorso de su mano. Casi como un perro yaciendo junto a su amo—. He estudiado el terreno durante meses, y tras conversar con todos los que son alguien en este deporte, resulta claro para mí que a pesar de que el torneo presenta los nombres más relevantes en el mundo de los duelos, Munro triunfará sobre todos.
Helena lo miró con un horror creciente.
—¿Ha apostado que Ramsey Munro ganará el torneo de duelos?
—¡Por supuesto!
Pero Ramsey pensaba retirarse.
—¡Pero no puede hacer eso! —dijo débilmente.
—Oh, no hay «peros» que valgan —dijo Oswald, balanceándose sobre sus talones—. Créame, señorita Nash. Sé lo que estoy haciendo. Munro es el tipo más frío que existe en el mundo.
—¿Y qué tiene que ver la frialdad en todo esto?
Oswald se inclinó hacia delante, dirigiendo su mirada a diestra y siniestra como si sospechase que alguien pudiera estar espiando.
—Poca gente sabe esto, y si lo supieran yo no estaría a punto de ganar tanto dinero, pero Munro pasó casi dos años encerrado en una prisión francesa —dijo con circunspección.
—Todo el mundo sabe eso.
Oswald se enderezó, resopló ligeramente, y finalmente asintió.
—Vale, eso sí. Pero lo que no saben es que durante esos dos años fue forzado a batirse en duelo con los guardias.
Eso ella no lo sabía.
Oswald continuó:
—En esos duelos, si hería a un guardia, pagaba con la pérdida de una porción de su anatomía. Así, tuvo que afinar sus habilidades hasta obtener el ataque perfecto, donde pudiese ganar sin herir a su oponente. O aprender, de alguna manera, a perder sin ser gravemente herido. —La mano de Helena se movía por su vientre, sintiéndose enferma. Oswald parecía estar hablando de peleas de gallos, no de personas—. Tuvo que aprender a separar sus emociones de su talento, algo que pocos hombres, incluso los mejores, han podido conseguir. ¿Se imagina la enorme ventaja que eso representa en un torneo? Pero no mucha gente sabe acerca de ello. Por lo tanto, las apuestas no son representativas.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 8 Oct 2010 - 19:17

"Placer" de Connie Brockway, no lo he leído pero dime si es lindo este libro

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 8 Oct 2010 - 19:52

Mau escribió:: "Placer" de Connie Brockway, no lo he leído pero dime si es lindo este libro

por fin!!!!!!!!!!!!!!!!!! si mau te toca!!!!! :perfecto:

no es espectacular... pero es lindo... bastante entretenido...pero no es uno de mis favoritos..!!!

besito

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 8 Oct 2010 - 21:26

Ese no lo leí Embarassed

Besotes
Juana

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 9 Oct 2010 - 0:58

—Esta relación no me satisface —dijo PELMASO.
«Le voy a atravesar el corazón con el agitador», pensó XX, aunque, por supuesto, no lo hizo. Era de plástico y no acababa en punta. Además, la gente no suele hacer ese tipo de cosas en el sur de Ohio. Lo que necesitaba era una recortada.
—Y los dos sabemos por qué —continuó PELMASO.
Con toda seguridad ni siquiera se daba cuenta de que estaba enfadado, probablemente creía que estaba demostrando madurez y entereza. «Por lo menos, yo sé que estoy cabreada», pensó XX. Dejó que su enfado amainase y aquello le proporcionó una sensación de bienestar, algo que PELMASO jamás había conseguido.
Al otro lado del local, junto a la barra curvada con forma de ruleta, creyó reconocer a alguien. Otro punto en contra de PELMASO estaba rompiendo con ella en un bar temático, Al Azar. El nombre debía haberle dado una pista.
—Lo siento, XX —se excusó PELMASO sin sentirlo en absoluto.
XX cruzó los brazos sobre su chaqueta gris de cuadros para evitar darle una bofetada.
—¿Es porque no voy a tu casa esta noche? Es miércoles, tengo que trabajar mañana. Tú también. Y la copa la he pagado yo.
—No, no es por eso —PELMASO adoptó la actitud magnánima y herida que sólo los altos, morenos y creídos pueden adoptar—. No haces ningún esfuerzo porque nuestra relación funcione. Lo que quiere decir que...
«Lo que quiere decir que hemos estado saliendo dos meses y todavía no me he acostado contigo —XX desconectó y miró a su alrededor, a la gente que no paraba de hablar—. Si tuviera un veneno que no dejara rastro, se lo echaría en la bebida y no se enteraría ninguno de estos ejecutivos», pensó.
—... y creo que, si esto hubiera tenido algún futuro, deberías haber contribuido también —concluyó PELMASO.
«Así que no lo he hecho», pensó XX; PELMASO podía tener parte de razón. Con todo, la falta de sexo no era excusa por dejarla plantada tres semanas antes de ponerse el vestido de dama de honor con el que parecía una campesina gorda y demenciada.
—Pues claro que tenemos futuro, PELMASO —replicó intentando enfriar su cólera—. Tenemos planes. Diana se casa dentro de tres semanas. Estás invitado a la boda. Al ensayo de la cena. A la despedida de soltero. Te vas a perder a la stripper.
—¿Eso es lo que soy para ti? —preguntó elevando la voz—. ¿Un acompañante para la boda de tu hermana?
—Claro que no. Lo mismo que estoy segura de que tú no crees que yo sea alguien con quien acostarse simplemente.
PELMASO abrió la boca, pero volvió a cerrarla.
—Evidentemente. No quiero que pienses que esto es un reproche. Eres inteligente, madura, una triunfadora...
XX escuchaba, a sabiendas de que no iba a decir «Guapa y delgada». ¿Por qué no le daba un infarto? Sólo hay un cuatro por ciento de hombres que los tienen antes de los cuarenta, pero podía estar entre ellos. Y si moría, ni siquiera su madre podría reprocharle que no lo llevara a la boda.
—... y serías una madre estupenda —finalizó PELMASO.
—Gracias —dijo XX—. Eso no es nada romántico.
—Pensaba que llegaríamos muy lejos.
—Sí, hasta aquí —replicó XX estudiando aquel local tan hortera.
PELMASO suspiró y le cogió la mano.
—Te deseo lo mejor, XX. Intentemos no perder el contacto.
—No sientes ningún dolor en el brazo izquierdo, ¿verdad? —preguntó apartando la mano.
—No —contestó PELMASO frunciendo el entrecejo.
—Es una pena —dijo XX antes de volver con sus amigas, que la observaban desde el fondo del bar.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 9 Oct 2010 - 1:20

ay este lo leí pero no recuerdo qué libro es :jajaja:

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 9 Oct 2010 - 1:20

¿¿Una apuesta peligrosa de Jennifer Crusie??

Besotes
Juana

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 9 Oct 2010 - 13:29

Muy bien Juana!!!

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 9 Oct 2010 - 16:20

jajajjaja... acierto uno de cincuenta Jiji

THE-ONE llamó de nuevo a la puerta, con impaciencia, y al cabo de un instante ésta se abría
para revelar el rostro alarmado de un fraile. THE-ONE se volvió hacia su futura esposa y dijo:

-Estamos aquí porque dos reyes decidieron que nos casáramos a toda prisa, y eso es
precisamente lo que vamos a hacer. No merecéis que se empiece una guerra por vos. También estamos aquí porque la perspectiva de que me corten el cuello ofende a mi sensibilidad. Pero, sobre todo, estamos aquí porque me atrae irresistiblemente burlar los planes que vuestro padre tenía para mí.

-¡Estáis loco! -Exclamó ella, indignada- ¡Y sois un verdadero demonio!

-Y vos, querida mía, sois una bruja -replicó THE-ONE imperturbable. Y tras decir esto se volvió hacia el horrorizado fraile y anunció sin la menor vacilación-: La dama y yo deseamos casarnos.

Besotes
Juana