Tras su experiencia con su ex novio, Rob El Vago, Ella Holt está dispuesta a abandonar toda esperanza de encontrar al hombre adecuado, aunque cuando James Master, el hombre que envía la agencia de contactos Ideal tras haber contestado a un cuestionario, se presenta en su puerta, Ella logra ver cumplidas sus más altas expectativas. No es solo que esté buenísimo, también están los viajes a Roma, las declaraciones de amor, sexo para gourmets... y un anillo de compromiso de morirse.

Pero Ella siempre había querido un hombre que luchara por ella bajo cualquier circunstancia y que no permitiera que nada se interpusiera en su camino... y ahora Rob vuelve y parece que ha empezado a cambiar.

Que sea entretenida es lo mínimo que se le puede pedir a una novela y en ese aspecto ésta cumple con su cometido, es bastante amena. Pero además de ser entretenida tiene sus puntos de humor en algunas escenas un tanto surrealistas y sus momentos románticos, de románticismo imperfecto y espontáneo porque el romanticismo perfecto y planeado resulta demasiado frío.

Ella es una chica de treinta años normal y corriente, profesora de literatura en un colegio, que después de romper con su novio padece los típicos miedos de no conocer nunca al amor de su vida pero a la vez ha quedado escarmentada por su última relación. Pero entonces conoce al chico que le envía la agencia de contactos y es perfecto: piloto, rico, romántico, sensible... lo tiene todo, y a su lado todo es perfecto pero las cosas van demasiado rápido. Ella es el personaje con el que es más fácil identificarse porque conocemos sus pensamientos y algunos aspectos de su vida, aunque a veces es un poco neurótica e infantil y a veces le falta un poco de carácter pero sus problemas con sus padres y con sus alumnos la hacen un personaje simpático.

James Master es el hombre ideal, el hombre soñado, el que teóricamente es compatible y sin duda con ella y del que está destinada a enamorarse. Pero en él hay algo... se va deduciendo a lo largo de la novela. Dígamos que es demasiado perfecto, lo tiene todo planeado, todo decidido.

Rob el Vago no podia ser más diferente a James, su manera ideal de pasar el dia consiste en ir al bar y jugar a la PlayStation. Ella tiene una lista de las razones por las que rompió con él y, sin duda, no quiere pasarse otro año así cuando con James tiene la oportunidad de viajar.

Ahora su vida es perfecta pero Ella no puede evitar pensar en Rob, que ahora ha empezado a madurar. Al principio Rob se presenta como vago, desaliñado, dejado... vamos, que no causa muy buena impresión pero después se va viendo que hay algo más en su interior. En James el efecto es contrario, parece perfecto, tan perfecto que da un poco de miedo.

Ella tiene dos compañeras de piso, profesoras al igual que ella. Pip es una adicta a entrenar su cuerpo pero daría las patadas necesarias para defender a sus amigas; y Maddie siempre arrastra a Ella en sus locuras y es la culpable de la aventura con la agencia Ideal, al principio me parecía demasiado lianta y pesada pero en el fondo es el gran apoyo de Ella y siempre está cuando la necesita. También aparecen los padres de Ella, que parecen más orgullosos de ella por conseguir un novio como James que por ser ella misma. Y la directora de la agencia, aunque más que una mujer parece una muñeca de botox.

Su punto fuerte es el humor, no es de los libros más divertidos que he leido pero tiene sus momentos de "Tierra trágame" sobre todo cuando a Ella le toca hablar en público y desde que se ve inmersa en una especie de triángulo amoroso entre James y Rob hay escenas surrealistas y divertidas.

Aunque de esta autora "La maquilladora" me gustó más, éste también es un libro divertido una vez pasada la prueba de laboratorio para encontrar al hombre ideal, tiene situaciones cómicas y es entretenido. Incluso daría para hacerse una película sobre el libro.