ARGUMENTO
Tres días antes del matrimonio de Francesca Bridgerton con John Stirling conde de Kilmartin, Michael Stirling, el primo de éste último, se enamoró. Y de nada más y nada menos que de la futura esposa.
A pesar de sus intentos por olvidarla, para Michael es imposible hacerlo de modo que vive su amor por ella en secreto. John es como un hermano para él y jamás le traicionaría de esa forma. Pero cuando John muere inesperadamente, Michael pasa a ser el heredero de todos los bienes de su primo, principalmente por el aborto natural que sufre Francesca y que despeja las dudas ante un posible heredero.
Francesca se siente desolada por la pérdida repentina de su marido y su hijo, y es cuando más necesita del apoyo de su mejor amigo y hermano, Michael. Pero éste no puede hacer frente a la situación siendo su amor por Francesca tan profundo. Sintiéndose culpable porque quizás deseó inconscientemente apoderarse de la vida de John, emigra a la India donde pasa cuatro años.
A su vuelta, se encuentra con una Francesca decidida a volver a casarse. La razón: tener un hijo. Tras descubrir que, a pesar de la distancia y el tiempo, él sigue queriéndola, no puede creer en su mala suerte al ver que ella pretende casarse justo cuando ha vuelto y tener que presencia la nueva puesta en sociedad de ella.
Los dos coinciden en la casa de Londres y para evitar murmuraciones al vivir bajo el mismo techo, Francesca se muda a la casa de su madre de nuevo. Poco después, Michael recae enfermo de malaria (enfermedad contraída en India), y Francesca, que va en su busca al faltar Michael a una cena en casa, se encuentra el estado de Michael. Éste no quiere que se sepa de su enfermedad y Francesca decide mantener su secreto. Le cuida durante su enfermedad y espera a la llegada de la madre y la tía de Michael para poder quedarse otra vez en la casa Kilmartin a quienes les cuentas sus propósitos para esa temporada.
Para su propia desgracia, dicha vuelta al mercado matrimonial es precisamente lo que él esperaba: una revolución para los hombres. Y poco después encuentra su casa inundada por regalos de sus pretendientes. A Michael no le quedará más remedio que soportar la idea de que Francesca se comprometa con otro hombre o lidiar con sus remordimientos hacia su primo y luchar por ella.
La historia tiene un argumento que engancha desde el principio. La idea de ver un amor tan intenso y sin tapujos por parte del protagonista, y totalmente asumido por él, es interesante.
Por otro lado tienes la parte contraria. A diferencia de otros libros donde la protagonista ha estado casada y en los que suele ser por conveniencia y sin amor, aquí se nos presenta un enamoramiento sincero por parte de ella hacia su esposo.
La autora acertó al introducir ese tipo de separación en el tiempo. De esta manera, el nuevo romance de ellos es más creíble ya que da tiempo a que los sentimientos de Francesca por su marido se suavicen y pueda dar paso a una nueva relación.
Además, a lo largo del libro vemos la sucesión de los pensamientos y sentimientos de los protagonistas. Así, en un principio vemos cómo Michael se niega a usurpar el lugar de su primo y se niega a acercarse a Francesca hasta llegar al punto de convencerse de que es lo mejor para todos. Y por otro lado vemos cómo Francesca, que en ningún momento ve a Michael como un pretendiente aunque extrañamente, desde su vuelta es capaz de verle como un hombre y no un hermano, esa postura cambia cuando él le propone casarse y ve que realmente, no sería tan descabellado.
En resumidas, la historia me ha encantado. Para mí ha sido de las mejores de la saga y me ha tenido enganchada desde la primera hasta la última hoja.