Solidea tiene ocho años cuando a la salida del colegio se encuentra con Edoardo. Ella sólo es una niña mientras que Edoardo es un adolescente. La diferencia de edad entre ellos es una barrera que no se puede romper. Pero quince años más tarde, después de una desastrosa relación sentimental, Solidea vuelve a pensar en Edoardo, y ahora sólo hace falta teclear su nombre en el teclado del ordenador para volver a encontrarlo en Facebook. Empieza así una romántica aventura, una historia contada a dos voces, llena de golpes de escena e imprevistos.
He aquí una historia de amor en tiempos de Facebook.
Han pasado quince años, y Solidea ya ha dejado atrás a la niña ingenua y enamoradiza. Otra relación de nueve años ha acelerado el proceso. Ahora todo ha terminado y esta nueva experiencia ha hecho trizas su corazón, y no sólo eso, sino que empieza a replantearse toda su vida; ella siempre ha querido algo más, y pensó que con Matteo al final lo conseguiría. Pero al ver que todo se acaba, empieza a buscar una salida a su monótona vida.
Una noche después de una cena familiar, está en su casa con su hermana , su prima y su fiel perrita , y hablando sobre su vida gris, se acuerda de ese niño del que estuvo perdidamente enamorada. Y es en ese momento, cuando con manos temblorosas, y después de que la hayan instruido en el fabuloso mundo de Facebook, cuando decide buscar a Edoardo y, puff, lo encuentra.
Edoardo, ha tenido una buena vida, es un hombre de éxito, guapo y millonario. Su vida amorosa no va mal, aunque es receloso, ya que sabe que casi todas las mujeres que se le acercan es por su caché y su última aventura no es menos. Y es justo en ese momento cuando encuentra a Solidea a través de Facebook.
A partir de este momento empiezan su historia, pero todo de forma virtual, ya que deciden que sea el destino el que los haga juntar físicamente, y hasta aquí puedo leer....
Si buscáis una historia tierna, entretenida, con diálogos desternillantes, y situaciones un poco surrealistas, los momentos que Solidea habla de su abuela y el abuelo que ya no está, no tienen desperdicio, os lo recomiendo al cien por cien. Además, la autora nos narra la historia desde los dos puntos de vista, y eso nos permite captar todos los matices.