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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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drew Cazadora de élite
Mensajes : 13989 Edad : 33 Localización : Sevilla Humor : depende del dia =p Inscripción : 18/02/2011
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4193 Edad : 59 Localización : Tigre, Argentina Inscripción : 24/03/2008
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 26 Oct 2011 - 21:19 | |
| MACIZO abrió su bolsa de cuero y saco una radio más pequeña que su mano. La encendió, y comenzó a buscar alguna emisora en el dial. De repente, surgió una voz, increíblemente clara para un aparato tan diminuto. La Guardia Nacional patrulla por las calles de algunos estados en prevención de incidentes... Vaya –murmuro MACIZO-. No suena muy bien. Aún no tenemos información suficiente –continuo el locutor-, pero intentaremos hacerles llegar en breve las últimas noticias referentes al apagón general que al parecer se ha producido en el Sudeste y en la mayor parte de Tejas. No soy ningún experto –dijo un segundo locutor-, pero hasta yo sé que el sur del país lleva dos semanas sumido en una intensa ola de calor, e imagino que la demanda de electricidad ha podido sobrecargar el sistema ¿tenemos alguna declaración del gobernador? Aún no, pero ya se han arreglado las líneas telefónicas. De todos modos, rogamos a los ciudadanos que no usen el teléfono salvo en caso de emergencia. Resulta imposible comunicar con la policía si la gente se dedicara a llamar a sus amigos para decirles que no tienen electricidad. Créanme, ya lo saben. El segundo locutor siguió hablando. Recuerden las precauciones que durante las dos ultimas semanas ha recomendado tomar el Departamento de Sanidad. Tengan en cuenta que, sin ventiladores ni aire acondicionado, la situación es aún peor. No se expongan al sol, de no ser necesario. Abran las ventanas de sus casas, para ventilarlas, y beban gran cantidad de líquidos mientras dure el corte de corriente. Procuren no desplazarse en lo posible, y conservar la energía.
Bueno otro cachito |
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Juana ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4193 Edad : 59 Localización : Tigre, Argentina Inscripción : 24/03/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 26 Oct 2011 - 22:39 | |
| Nop... ni que me pongas el libro entero lo saco (seguro que no lo leí ) Besotes Juana |
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
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Maryss28 Soy Cazadora y tengo un problema
Mensajes : 25278 Edad : 36 Localización : no se... buena pregunta!!! Empleo/Ocios : lectora empedernida! Humor : Bazinga!!! Inscripción : 30/06/2010
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 27 Oct 2011 - 13:16 | |
| El apagón de Linda Howard (dentro del libro Lazos del destino) es un Harlequín, pensé que no se podian poner según las reglas - Inca escribió:
- REGLAS DE LOS JUEGOS
1.-¿Chicas......jugamos?????
En este juego se podrá poner frases o fragmentos de libros y tendréis que adivinar a qué libro pertenece.
Podréis poner todas las respuestas que querais siempre y cuando no vayan 2 seguidas por parte de la misma cazadora... "
No valen Harlequines, son millones de libros y autoras. |
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 27 Oct 2011 - 15:13 | |
| - Loanna escribió:
- El apagón de Linda Howard (dentro del libro Lazos del destino) es un Harlequín, pensé que no se podian poner según las reglas
- Inca escribió:
- REGLAS DE LOS JUEGOS
1.-¿Chicas......jugamos?????
En este juego se podrá poner frases o fragmentos de libros y tendréis que adivinar a qué libro pertenece.
Podréis poner todas las respuestas que querais siempre y cuando no vayan 2 seguidas por parte de la misma cazadora... "
No valen Harlequines, son millones de libros y autoras. Yo también pensé que era este, pero cuando vi que era un HQN, di por sentado que es otro libro... P.D. Loanna, menudo susto he tenido con tu avatar... Al abrir la pagina, fue lo primero que vi... |
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Ampa Diplomática Enmascarada ASyR
Mensajes : 3717 Edad : 56 Localización : Localizada... Inscripción : 24/03/2008
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
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Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
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Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 27 Oct 2011 - 20:58 | |
| Ahí va:
Vió cómo las pupilas de XY se dilataban de incredulidad, y luego cómo el hielo de sus ojos era engullido por el puro fuego. Tal vez no había sido prudente provocarlo, pero contemplar el resultado fue fascinante. Pareció ensancharse por la furia, su rostro se tiñó de un color oscuro, y si no hubiese llevado el pelo recogido hacia atrás, XX. pensó que incluso quizá se le habría puesto de punta. Dispuso de una fracción de segundo para disfrutar del espectáculo. Luego, XY se movió con la misma velocidad de vértigo que la vez anterior y levantó las manos de la pared para cerrarlas con fuerza sobre los brazos de XX, y le propinó una fuerte sacudida. A ella se le aflojó la mano que sostenía la olvidada taza de café, y notó cómo se le escapaba de entre los dedos. Lanzó una leve exclamación en el intento de retenerla, pero XY estaba demasiado cerca y lo único que consiguió fue vertérsela encima, antes que dejar que el líquido humeante lo quemara a él. El café le empapó la falda y se la pegó al muslo antes de caer por fin a sus pies. Lanzó otra exclamación, esta vez de dolor. La taza se estrelló contra el suelo y perdió el asa, pero el resto quedó intacto. XY dio un salto hacia atrás y soltó automáticamente a XX, que trataba frenéticamente de separar la tela mojada del muslo escocido. Él la recorrió con la mirada y dijo: —Mierda —en tono áspero. La agarró, la atrajo hacia sí y sus manos trabajaron durante unos instantes en la parte posterior de su cintura. La falda se aflojó y cayó a los pies de XX. Él la levantó del suelo tomándola en sus brazos y ella, aturdida, se aferró de sus hombros mientras la habitación giraba a su alrededor. —¿Qué estás haciendo? —exclamó alarmada mientras él la llevaba a toda prisa a la cocina. Estaba confusa por la impresión causada por el dolor, y él se movía demasiado rápido para poder entender nada. Y por debajo de todo ello, era muy consciente de que tenía las piernas desnudas por encima del brazo de XY y de que sólo iba vestida con la blusa y unas bragas. XY enganchó un pie en la pata de una silla, separó ésta de la mesa y acto seguido depositó a XX con cuidado en ella. Se volvió hacia el fregadero, sacó varias toallas de papel, hizo un envoltorio con ellas y lo puso debajo del chorro de agua fría. Todavía goteaba cuando lo aplicó sobre el muslo enrojecido y escocido. XX se estremeció al notar el frío. El agua corrió en reguerillos por la pierna hasta el asiento de la silla y le mojó la braga. —Se me olvidó el café —musitó XY. A decir verdad, ni siquiera se había fijado en él hasta que lo vio corriendo por la pierna de XX—. Lo siento, XX ¿Tienes té? —Antes de que ella pudiera responder, ya estaba abriendo la puerta del frigorífico y sacando la jarra de té que era casi de rigor en todas las cocinas sureñas. Abrió y cerró cajones de los armarios hasta dar con toallas limpias. Extrajo una, la introdujo en la jarra de té y después la sacó y la escurrió con cuidado para retirar el líquido sobrante. XX observó divertida cómo él retiraba la bola de papel y la tiraba al fregadero para sustituirla por la toalla empapada en té. Si el agua le pareció fría, el té estaba helado. XX respiró hondo y siseó mientras el líquido le corría por la pierna y formaba un charco debajo de su trasero. —¿Te duele? —preguntó XY, doblando una rodilla para pasarle la toalla por el muslo. Su voz sonaba tensa por la ansiedad. —No —contestó ella con brusquedad—. Está frío, y me estás empapando el trasero. Tenía el rostro de XY a la altura del suyo. Al decir aquello, vio que la preocupación se borraba de su mirada y se relajaba la tensión de sus hombros. XY agarró el respaldo de la silla con la mano izquierda y preguntó con humor irónico: —¿Me he pasado? Ella frunció los labios. —Un pelín. —Tienes la pierna colorada. Sé que te has quemado. —Sólo un poco. Escuece un poquito, eso es todo. Dudo que se me formen ampollas. —Entrecerró los ojos para mirarlo, intentando ocultar la risa que le borboteaba en el pecho—. Agradezco tu preocupación, pero desde luego no estaba justificado que me quitaras la mitad de la ropa. XY le miró las piernas desnudas y el algodón blanco de la ropa interior apenas visible por debajo del borde de la blusa. Sintió un temblor que le recorría todo el cuerpo. Puso la mano derecha sobre el muslo apenas herido y acarició con la palma la elasticidad tranquila de aquella carne, fascinado por su textura de seda. —Llevo mucho tiempo deseando mojarte las bragas —murmuró—, pero no con té. La risa desapareció como si no hubiera existido nunca. La tensión nació entre ellos, tan densa que era casi palpable. XX sintió que se le contraían las entrañas al oír aquello, notó un calor que le inundaba las ingles, un endurecimiento en los pechos. Experimentó el humedecimiento del deseo, y en sus labios tembló la tentación de pronunciar: «Ya lo has hecho», pero reprimió el impulso, pues sabía que declarar en voz alta aquella delatora reacción supondría traspasar una frontera que no se atrevía a cruzar. De XY emanaba una tensión sexual semejante a un campo de fuerza, caliente y urgente. Sólo con que hiciera aquella confesión, lo tendría encima inmediatamente. Sufría por la necesidad de tocarlo, de apretarse contra aquel cuerpo grande y duro como el acero, de abrir su propio cuerpo a él. Sólo el instinto de conservación la mantuvo silenciosa e inmóvil. XY se acercó de forma imperceptible, inhalando su aroma dulce y picante. La sangre le latía en las venas pulsante, potente. Se miraron en silencio el uno al otro, como dos adversarios enfrentados en una calle polvorienta. Deseaba bajarle las bragas y hundir la cara en su regazo, un impulso tan fuerte que se estremeció por el esfuerzo de resistirse a él, y se preguntó qué haría XX si él se dejase llevar. ¿Se asustaría, lo empujaría para apartarlo... o abriría las piernas y le asiría el cabello con las manos? Su mano se flexionó sobre el muslo de XX, sus dedos presionaron la carne sedosa que se había calentado bajo su contacto. Vio cómo se dilataban sus pupilas y a continuación bajaba los párpados para inhalar aire, profunda y lentamente, un movimiento que le hizo fijarse en sus pechos. Movió un poco la mano y agitó el pulgar adelante y atrás, cada vez un poco más arriba, más en dirección a la hendidura que se abría entre los muslos apretados. Quería tocarla. Se olvidó de XX2, de XY2 y de todo excepto el movimiento lento y ardiente de su dedo pulgar, cada vez más cerca de aquella carne de exquisita suavidad que aguardaba entre las piernas, tan débilmente protegida por la delgada capa de algodón. Deslizaría el dedo bajo el elástico y encontraría el surco de aquellos pliegues estrechamente cerrados. Luego lo arrastraría hacia arriba, abriéndola poco a poco, hasta encontrar el diminuto capullo que coronaba su sexo. Si ella le permitiera tocarla, sería suya. La tomaría allí mismo. Su dedo pulgar rozó la goma elástica. XX se movió, le agarró la mano con la suya y la apartó del muslo. —No —susurró. La frustración lo invadió como una llamarada. Un sonido muy parecido a un rugido retumbó en su garganta mientras sus instintos físicos luchaban por imponerse a la razón. Ganó el cerebro, pero a duras penas. Estaba sudando, temblando por la necesidad de tomarla. Su erección pugnaba dolorosamente contra la limitación de los pantalones. —No —volvió a decir XX, como si el primer rechazo necesitara refuerzos, y quizá fuera así. XY giró la mano de modo que sus dedos se entrelazaron con los de ella. —Entonces sostén mi mano un minuto. XX así lo hizo y se agarró de él, sintiendo cómo sus dedos se crispaban y flexionaban como si buscaran algo. La otra mano aferraba el respaldo de la silla, y los nudillos se veían blancos por la presión. Al cabo de unos instantes de duración indefinida, el tiempo se congeló mientras las miradas de ambos se clavaban la una en la otra y el deseo flotaba en el ambiente. La terrible tensión de él empezó a desvanecerse. Hizo una mueca de dolor y cambió de postura, estirando la pierna. Liberó la mano para bajarla y hacer un ajuste, y el frunce de sus cejas se fue difuminando al ponerse más cómodo. XX carraspeó, insegura de qué decir, si había que decir algo. XY se puso en pie con rigidez. La gruesa protuberancia de sus pantalones era inconfundible, pero ya había recuperado el control. Tomó la toalla y la extendió sobre los muslos de XX para no ver la tentación, aunque siguiera teniéndola cerca. Al cabo de un minuto dijo en voz baja: —¿Estás segura de estar bien? —Sí. —XX también habló en voz baja, como si un ruido excesivo fuera a hacer añicos el control de ambos y a lanzarlos por el precipicio que a duras penas ella había logrado evitar. Aquella sed no había sido de uno solo—. Es una quemadura sin importancia. Probablemente, mañana ni siquiera la notaré ya. —El escozor había desaparecido totalmente, mitigado por el té frío. |
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
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Maryss28 Soy Cazadora y tengo un problema
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 27 Oct 2011 - 22:00 | |
| Pues esta escena es memorable como todo el libro. El libro es Secretos en la noche, uno de los mejores de Linda Howard... |
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Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
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pricesa Cazadora en prácticas
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 27 Oct 2011 - 23:26 | |
| Os pongo un trozo más grande, por si acaso.. Disgustada por su propia cobardía, ATREVIDA fue tras él. Lo alcanzó junto a la puerta y le dio un tirón a la capa. — El señor APELLIDO...TESTARUDO. ¿Señor? — se sintió como una idiota sin saber como llamarlo. Él dio la vuelta y por primera vez ATREVIDA captó toda la fuerza de aquellos impresionantes ojos oscuros. La taladraron con un impacto que fue casi físico. ATREVIDA apartó la mano. — ¿Sí? ¿Qué deseas? — Yo... yo... es acerca de su esposa. Precisamente quería decirle... — No es necesario decir nada. Es obvio que mi esposa me tiene miedo — sus ojos expresaron cierta emoción, algo sombrío, quizá hasta cierto desespero. Era posible que ese hombre rudo poseyera cierta sensibilidad después de todo? — Ha cometido una equivocación, señor — dijo ATREVIDA— . La dama que ha besado no es su esposa — lanzó un profundo suspiro—. Soy yo. — ¡Tú! — la fiera mirada que le dirigió hizo que ella se echara hacia atrás. — Sí, soy ATREVIDA... quiero decir, ATREVIDA APELLIDO. La joven hizo un esfuerzo para sonreír, pero la sonrisa desapareció de sus labios cuando él se le acercó. TESTARUDO entrecerró los ojos mientras su mirada captaba la elegancia del vestido y la pelliza de su esposa, el complicado tocado, tan absurdo y fuera de lugar en aquellas tierras. Fue girando a su alrededor y ATREVIDA no podía imaginar lo que él estaba pensando. Era como perder de vista a un gran lobo predador. Sintió que se le hacía un nudo en el estómago y ella siguió su movimiento para prevenir lo que pudiera suceder. Los dos se movieron como una pareja que danzara un extraño minueto hasta que TESTARUDO exclamó con voz bronca: — ¡Quieta! ATREVIDA se quedó inmóvil. Mientras él caminaba lentamente a su alrededor, la joven sintió que sus cabellos le pinchaban en la nuca. Con las manos juntas se mantuvo completamente inmóvil, mientras un pensamiento absurdo aparecía en su mente: Si no me muevo, no me morderá. ¿O lo hará?¿Qué haría cuando finalizara la inspección? ¿Disculparse por la equivocación? ¿O lanzarse sobre ella como había hecho con PRIMA? Ese solo pensamiento la turbó y sintió que se le aceleraba el pulso. Cuando finalmente se detuvo ante ella, ATREVIDA levantó las manos como si fuera a atacarla. Pero él no hizo ningún movimiento que indicara que iba a besarla ni siquiera a tocarla. Sus ojos expresaban desagrado. Pero había aprobado a PRIMA. Pensar en ello hirió a ATREVIDA más de lo que ella estaba dispuesta a admitir. TESTARUDO se puso las manos en las caderas con una sombría expresión en el rostro. Dirigió una última mirada a ATREVIDA y luego dejó escapar una blasfemia que la sobresaltó. — El viejo debe de haberse vuelto completamente loco —gruñó. — ¿Qué viejo? — preguntó ATREVIDA. — EL CLÉRIGO. ¿Quién más puede ser? Está completamente loco. En ese momento ATREVIDA no se apiadó del pequeño clérigo, aunque no pudo resistir salir en su defensa. — Estoy segura de que el señor CLÉRIGO hizo muy bien su trabajo, señor — dijo— . ¿Debo entender que no aprueba la elección? — ¡Por todos los poderes del infierno, no! Era evidente que su marido no se mordía la lengua. Porque siguió hablando. — No cumples ni una sola de las condiciones que le escribí en una lista. — ¿Una lista? — Madeline se sobresaltó— . ¿Escribió una lista para encontrar esposa como... como se envía a un criado al mercado? — Sí. Sólo que en lugar de ordenar cordero y hortalizas, acababa con bombones. Había esperado al menos algo... — la mirada de TESTARUDO se clavó en la región de los pechos— un poco más grande. ATREVIDA cruzó los brazos sobre el pecho, indignada. Pensó que podría suavizar la mortificación que padecía TESTARUDO, pero a él poco le preocupaba ella. Y pensar que por un momento había imaginado que ese patán poseía alguna sensibilidad.
Última edición por pricesa el Vie 28 Oct 2011 - 11:33, editado 1 vez |
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rrdarkangel Hace 65 millones de años
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yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 28 Oct 2011 - 7:18 | |
| sip pero ni con esas... jajaja no se pero promete princesa... pon otro cacho... plis...me ha encantado lo de que mando al clerigo con una lista jajajaj |
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