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Autor | Mensaje |
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kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 28 Oct 2011 - 11:36 | |
| jo, quiero saberlo ya, quiero leerlo en serio no doy a basto con tanto libro |
| | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 28 Oct 2011 - 11:55 | |
| Aquí va otro trocito.. — Sí, bueno... — TESTARUDO se frotó la mejilla— . Hay algunas cosas que deberías saber de CLÉRIGO. Y de mí. — ¿Sí? — ATREVIDA le animó a seguir cuando él dudó en hacerlo. TESTARUDO le dirigió una mirada dubitativa. Su mano se dirigió casi involuntariamente a la pálida cicatriz que le recorría la frente. — Ahora no — murmuró— . Todo esto puede esperar — se enderezó y habló con un tono enérgico— . ¿Eres afectuosa con los caballos? El cambio abrupto de la conversación desconcertó a ATREVIDA, aunque no tanto como la propia pregunta. Estuvo tentada a mentir, pero ya habían habido suficientes equívocos entre ellos. — No, más bien los temo. — ¿Entonces no montas? — No si lo puedo evitar. La miró ceñudo. — ¿Le gustan los libros? — se aventuró ATREVIDA. — ¿Los libros? ¿Qué clase de libros? — Como ese que ha utilizado para nivelar la silla. ¿Lee? — No si puedo evitarlo. ATREVIDA suspiró. TESTARUDO fue el primero que se recuperó de su desengaño. — Bueno, importa poco — dijo— . Después de todo no vamos a ser buenos compañeros. Sólo seremos marido y mujer. — Sí, sólo marido y mujer — repitió ATREVIDA con tristeza. Un matrimonio de conveniencia. Y con eso se habría conformado si no se hubiera permitido soñar con algo más. TESTARUDO alargó la mano hacia ella. — Ven aquí — dijo, como un hombre que está resuelto a cumplir con su deber— . Deja que te eche otra mirada. Otra inspección no, pensó ATREVIDA alarmada. Sin embargo, obedeció, se acercó y deslizó los dedos tímidamente en los suyos. La mano de TESTARUDO hizo desaparecer la suya. Era una mano grande, ruda que llenó de calor las frías puntas de sus dedos. Le recorrió un escalofrío cuando él le levantó el brazo y su mirada se deslizó por su cuerpo. — ¿Siempre vas vestida así? — preguntó— . Vas tan elegante que podrías presentarte ante el rey. ATREVIDA no era tan tonta como para tomar estas palabras por un cumplido. La joven se pasó una mano por el brillante vestido de seda albaricoque. — No me habría tomado tantos esfuerzos si me hubiera presentando ante el rey — dijo. — ¿Lo has hecho por mí? — Sí. — Ha sido un gasto de esfuerzo y de dinero. — Lo he percibido claramente — replicó ATREVIDA. — Si lo nuestro sigue adelante, en el futuro no serás tan extravagante en los asuntos del vestir — soltó la mano de ATREVIDA y apuntó hacia la parte superior del escote— . ¿De dónde has sacado todo eso? — ¿Qué? — murmuró ATREVIDA— . ¿La cabeza? — No. Esa maldita montaña de harina. — Sí, lo parece, pero sólo es una peluca. — Bien. Quítatela. — ¿Aquí? ¿Ahora? — preguntó, sorprendida. — Claro, ahora. ATREVIDA se sintió inclinada a rechazar esa petición tan brusca, pero había una oscura impaciencia en aquellos ojos que le advertían que si no lo obedecía, lo haría él mismo y con la brusquedad que lo caracterizaba. Precisamente como antes había hecho con el retrato, pensó ATREVIDA, sintiendo la quemazón en el cuello, en el lugar donde le había arrancado la cinta. La joven exhaló un profundo suspiro y se dispuso a quitarse la peluca. Pero no era tarea fácil. Como el vestido que llevaba no le permitía levantar demasiado los brazos, tuvo que inclinar la cabeza. Los polvos y las horquillas se desparramaron por todas partes y ATREVIDA cometió el error de estornudar al mismo tiempo que se quitaba la peluca. TESTARUDO, imperturbable, le arrancó la peluca, la alejó de él como si fuera una rata muerta y la lanzó a las cenizas de la chimenea. A ATREVIDA se le escapó un gritito de sorpresa mientras él, con toda calma, se quitaba los polvos de las manos. El lado práctico de su naturaleza quiso protestar ante tal despilfarro, pero supuso que si lo hacía no iba a cambiar nada. Y tampoco pensaba volverse a poner aquello otra vez. Ahora sus cabellos aparecieron con todo su esplendor rojizo. TESTARUDO reaccionó de una manera tan extraña ante la sola visión de un rizo, que ahora no sabía lo que podía esperar. Poco podía hacer, sólo acabar de quitarse las horquillas restantes y dejar que sus cabellos cayeran como una cascada sobre sus hombros en una llameante ondulación. Se puso rígida cuando TESTARUDO se acercó, le cogió un mechón y le quitó los residuos de polvos. El rizo se estiró en la palma encallecida como una madeja de fuego sedoso. ATREVIDA se dio cuenta de que apenas respiraba. Estaba tan cerca que la dominaba con su estatura y no podía ver más allá de él. Y como sólo podía verlo a él, observó cosas que antes no había podido. El tono bronceado de la piel a través del cuello abierto de la camisa, la poderosa garganta, cómo las espesas pestañas le hacían sombra en los pómulos cuando TESTARUDO bajaba los ojos. Frotó el mechón de ATREVIDA con la yema del pulgar con expresión inescrutable. — Bien — dijo al fin— . Desde luego es del color de las llamas. — Sí, lo siento — dijo ATREVIDA, aunque no sabía por qué se estaba disculpando. Quizá porque se había pasado la mayor parte de su vida lamentándose de sus cabellos rojos que la hacían tan diferente del resto de su familia de rubios. Apartó el mechón de los dedos de TESTARUDO y se lo echó hacia los hombros, con un gesto defensivo. Luego dio un paso atrás y puso la suficiente distancia entre ellos para poder respirar de nuevo. — Siento mucho que no le gusten — repitió con tristeza. — Yo no he dicho que no me gusten. Te prefiero con tus cabellos que con esa ridícula peluca. Al color habrá que acostumbrarse. Estarás mucho mejor cuando te hayas cepillado el pelo. — Yo podría decirle lo mismo, señor — dijo ATREVIDA mientras contemplaba su despeinada melena. Pero su agrio comentario pareció no importarle en absoluto. Adelantó la barbilla y continuó revisándola despacio. En esta ocasión alargó la mano y le levantó el borde del vestido y dejó al descubierto los tobillos. ATREVIDA, indignada, le hizo soltar el vestido. — ¿Qué llevas puesto en los pies? — preguntó él imperturbable. — Un simple par de zapatos con tacones. — Lo imaginé por la manera de caminar dando pasitos. Son muy poco prácticos. Podrías romperte el cuello en las escaleras. Quítatelos. ¿Ahora? Iba a preguntar ATREVIDA, pero luego se dijo que hacer esa pregunta sería una estupidez. Se inclinó, se apoyó en una tabla y se los quitó. Su estatura se redujo en unos centímetros. Sin la peluca, sin los tacones, apenas le llegaba al pecho. — ¿No quiere que me quite nada más? — preguntó con irritación. Se arrepintió de haber hecho la pregunta en cuanto le salió por la boca. Hubo un brillo en los ojos de TESTARUDO y su mirada se deslizó lentamente por la región del corpiño. — No — dijo— , nada más. No quedaría nada de ti. Su reducida estatura siempre había sido el punto flaco de ATREVIDA. — Si tenemos que convivir, señor — dijo con las mejillas ardiendo— , se abstendrá de hacer alusiones desagradables acerca de mi tamaño, sobre todo de mí... — cruzó los brazos a la defensiva sobre los pechos— . Soy lo bastante grande para cualquier propósito práctico. — De acuerdo — convino TESTARUDO, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa sardónica. — Entiendo que le atraigan más las mujeres de rompe y rasga como mi prima PRIMA, pero tendrá que aprender a dominarse. Al menos en mi presencia — siguió diciendo ATREVIDA con tono indignado. La sonrisa de TESTARUDO se disolvió y la contempló ceñudo. Sus mejillas se cubrieron de rubor. — Si tenemos que convivir, madam, prefiero olvidar ese incidente y deseo que hagas lo mismo. — De acuerdo — pero el recuerdo del entusiasmo con el que besó a PRIMA incomodaba a ATREVIDA, como si se le hubiera metido una piedra en el zapato— . Claro que me resulta difícil olvidar... que mi marido asaltó a otra mujer. — ¡Demonios, fue sólo una equivocación! ¿Es que tendré que recordarlo una y otra vez el resto de mi vida? — No deseo hablar de ello de nuevo. Lo que sucede es que PRIMA y yo, somos mujeres bien educadas, no prostitutas de taberna. No estamos acostumbradas a un comportamiento así. A ella nadie la había besado y a mí todavía no me ha besado nadie. — ¿Es una queja? — No, en absoluto. — Pues a mí me lo ha parecido — dijo TESTARUDO con una corriente de advertencia en la voz. Pero ATREVIDA nunca había sido capaz de abandonar un argumento sin decir la última palabra. — Sólo estoy diciendo que fue desconcertante contemplar el abrazo que le daba a mi prima ante mis narices porque ni siquiera se le ocurrió besarme a mí. — ¡Estupendo! Déjame remediarlo. — Cuando TESTARUDO se dirigió hacia ella, ATREVIDA comprendió demasiado tarde que lo había espoleado en exceso. Con un chillido de alarma se puso rápidamente fuera de su alcance, detrás de un sillón de cuero y el pesado tablero de una mesa.
Última edición por pricesa el Vie 28 Oct 2011 - 13:48, editado 1 vez |
| | | Sandra ¡Felicidades, eres la elegida!
Mensajes : 5856 Edad : 32 Localización : España Empleo/Ocios : Leer y soñar Humor : Dulcemente peleón :) Inscripción : 31/08/2009
| | | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| | | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 28 Oct 2011 - 19:49 | |
| jajaja como me he reido con la peluca y los zapatos de tacon... sigo sin tenenr ni idea pero espero que alguien lo adivine pronto |
| | | Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 30 Oct 2011 - 14:20 | |
| Pues me uno al club de las que no tienen ni idea. Pista!!! Qué parece estar muy bueno!!! |
| | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| | | | Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| | | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 30 Oct 2011 - 21:37 | |
| - Loanna escribió:
- El buscador de novias de Susan Carroll
Muy bien Loanna!! Te toca!! |
| | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
| | | | Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 31 Oct 2011 - 11:35 | |
| Llegué tarde!!!! es hermoso ese libro y la escena de la peluca es reveladora... |
| | | Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 31 Oct 2011 - 13:42 | |
| Ahí va:
Tendría una sola oportunidad. Sólo una. Si fallaba, la tortura al que él la sometería haría que la muerte le pareciera una liberación. No. No podía dejarse llevar por ese pensamiento. Tenía que canalizar toda su energía mental hacia la ejecución de su plan. Y ejecutarlo con toda la fuerza posible. Deslizó las manos por el pecho de XY2, bajó por el torso, deseando que él le soltara las muñecas en lugar de apresarlas y guiarlas por donde quería. Era el momento de correr el riesgo. Se soltó una mano y, con el índice, empezó a bajar por su abdomen. Bajó la mirada hasta su erección y luego volvió a alzarla para encontrar sus ojos, esta vez con una mirada interrogante. XY2 tenía los ojos vidriosos, desenfrenados por la ilusión de lo que vendría. —Por todas partes —le insistió—. Tócame por todas partes. Sobre todo ahí. XY2 le soltó el otro brazo por iniciativa propia, temblando de pies a cabeza, totalmente abandonado al momento, con su pene apuntando hacia ella, mientras esperaba… esperaba…
XX actuó en un abrir y cerrar de ojos. Con los dedos bien apretados y los nudillos apenas curvados, le lanzó una cuchillada con las uñas barriéndole los ojos. Fue un golpe tan certero que XY3 se habría sentido orgulloso. XY2 soltó un grito de dolor y cerró los ojos, al tiempo que se llevaba instintivamente las manos a la herida. XX ahuecó las manos y las descargó contra sus orejas con un golpe tan violento que llegó a sentir cómo reverberaba por todo su cuerpo. XY2 gruñó, oscilando de un lado a otro, perdiendo el equilibrio por el golpe asestado. XX aprovechó el impulso de las manos y lo empujó hacia atrás por la cabeza, valiéndose de sus piernas para quitárselo de encima. Se había incorporado antes de que él pudiera recuperarse, y salió disparada hacia la puerta. Había cruzado la cubierta y ya tenía el pie en el primer escalón cuando él la alcanzó por detrás. —Maldita puta —masculló, con voz ronca, la hizo caer y comenzó a arrastrarla de vuelta al camarote—. No tienes ni idea de lo que te va a costar esto. Ella no tenía intención de comprobarlo. Con todas sus fuerzas, le hundió el codo en el plexo solar y le estrelló el tacón de su zapato contra el empeine descalzo. XY2 dejó escapar un alarido ahogado, un grito sordo. Tuvo que aflojar su asidero en ella al doblarse en dos. Perfecto. Con un movimiento de arriba a abajo, XX le aplastó el codo en la nariz a la vez que escuchaba el ruido del hueso que se partía con la violencia del golpe. Con un rugido de dolor, XY2 se cogió la cara y soltó a XX. Ella se giró y, con el puño convertido en un martillo, le asestó un golpe en la entrepierna. Con un ruido sordo, XY2 cayó de rodillas, maldiciéndola, intentando inútilmente conservar el equilibrio, doblado en dos por el brutal puñetazo. El mostrador de la cocina estaba a dos pasos. XX los zanjó. Cogió la botella de whisky, se giró y, con toda la fuerza que pudo, la descargó contra la cabeza de XY2. Lo vio desplomarse sin que pudiera balbucear ni una sola palabra. No esperó a ver si estaba aturdido, inconsciente o muerto. Salió disparada al exterior. Consiguió subir por la escalera. Pero cuando se arrastraba hasta la cubierta principal, unas manos la cogieron desde arriba. —¡No! —gritó. Tenía los brazos aprisionados y aún no tenía las piernas firmemente ancladas. No se detuvo a pensar. Usó la única arma que le quedaba. La cabeza. La curvó, plegó las rodillas y se impulsó hacia arriba hasta dar con la coronilla en la cara de su agresor. No tuvo tiempo de centrarse en el punto de impacto, como XY le había enseñado, ni pudo coger a su enemigo por los brazos para potenciar la fuerza del golpe. Pero conectó con suficiente impulso para que el hombre lanzara un grito de protesta y la soltara. —¡Joder, madre mía! —El agresor, que no era otro que el inspector XY4, se cogió la frente y estuvo a punto de caer—. Chica, ¿estás loca? Si nosotros somos los buenos. —Inspector XY4 —dijo XX, con un hilo de voz. —¿Dónde está XY2? —Era el inspector XY5 que, pistola en mano, pasaba junto a su compañero. —Ahí abajo —dijo XX—. No sé si está consciente. XY5 hizo una mueca. —Voy a ver. —Miró a XY4—. ¿Vienes? —Sí. —XY4 también había desenfundado la pistola. Con la otra mano, se tocó el puente de la nariz—. Si es capaz de hacerle esto a un policía, me muero de ganas de ver cómo habrá destrozado a ese hijo de puta de allá dentro. XX todavía intentaba asimilar el hecho de que los inspectores XY4 y XY5 estaban ahí, junto con una unidad de apoyo local que había abordado el yate antes que ellos. XY3 también estaba ahí. Y XY se abría camino entre los agentes para saltar al yate y llegar a su lado. —XX. —XY la abrazó mientras la miraba con ojos desorbitados, horrorizado por su aspecto conmocionado y descompuesto. Él mismo parecía haber envejecido diez años, como si no hubiera dormido ni una sola noche—. Dios mío, cariño, ¿te encuentras bien? —Creo… creo que sí. —¿Se encuentra bien? —repitió XY4 como un eco cuando volvió a subir por la escalerilla—. Yo ya venía con una migraña. Tu amiguita acaba de convertirla en un traumatismo. —El rápido guiño que le lanzó a XX desmentía su tono malhumorado—. Buen trabajo. |
| | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| | | | Maryss28 Soy Cazadora y tengo un problema
Mensajes : 25278 Edad : 36 Localización : no se... buena pregunta!!! Empleo/Ocios : lectora empedernida! Humor : Bazinga!!! Inscripción : 30/06/2010
| | | | rrdarkangel Hace 65 millones de años
Mensajes : 17429 Edad : 32 Localización : Entre libros Empleo/Ocios : Empleo: Domadora Ocio:ser Loba Humor : Bazinga!!! Inscripción : 21/10/2009
| | | | Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 31 Oct 2011 - 21:05 | |
| Dios!!!! Muy bien chica!!! Pega primero, pega dos veces!!! Yo también me tomaría unas clases de defensa personal con ella!!! Vamos, que quiero saber quien es para felicitarla |
| | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 1 Nov 2011 - 10:28 | |
| podemos apuntarnos todas a sus clases jajaja
pon un cachito mas plis |
| | | Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 1 Nov 2011 - 13:45 | |
| Ahí va otro cachito:
Estaba encaramada sobre un taburete, sacando unos cuencos de repostería cuando el portero del edificio le anunció la llegada de XY. Saltó del taburete y fue hasta el interfono para pedirle a PORTERO que le dejara subir. Tres minutos más tarde, éste llamó a la puerta. —Hola —dijo XX al abrir, con la respiración un punto entrecortada. —Hola, ¿qué tal? —XY frunció el ceño al ver su aspecto algo agitado, con el pelo rojizo recogido en un moño improvisado y la camiseta y pantalones de lycra humedecidos por el sudor—. Parece que has empezado sin mí. —¿Qué? Ah, no —dijo, riéndose y dándose cuenta de que estaba despeinada—. Estaba embalando algunas cosas.
—¿Ya has empezado? A eso se le llama ser previsor. —XY se desabrochó el anorak y lo colgó en el gancho de la entrada. Llevaba un chándal negro que le quedaba muy sexy. Por lo visto, el estilo L.L. Beans le sentaba tan bien como el estilo Brooks Brothers. —Supongo que es cosa de mi carácter, eso de hacer las cosas lo antes posible —reconoció XX, con voz pausada. —¿Estás bien? —preguntó XY después de lanzarle una mirada escudriñadora. —Sí, ¿por qué? ¿Tan mal aspecto tengo? Él no se dejó despistar por su pregunta típicamente femenina. En realidad, XX supo, por su expresión, que él se había dado cuenta de que, en este caso, no era típica. Era sencillamente un intento de esquivar la pregunta que le había hecho. —No pienso morder ese anzuelo. No me refiero a tus atributos físicos. Es que pareces agotada, como si anoche no hubieras dormido. Y porque pienso que este despliegue de energía se debe a la tensión, no a la decisión de avanzar con el embalaje de las cajas. XX arqueó una ceja y cruzó los brazos sobre el pecho. —Estoy empezando a preguntarme si hay tanta diferencia como pensaba entre el derecho y la psicología. Él sonrió ligeramente. —Es probable que no. Interpretar la actitud de las personas es la base de nuestras profesiones, la tuya y la mía. Y ahora, ¿quieres contarme qué pasa o no debería entrometerme? —Ayer fue el día uno de febrero —se limitó a explicar ella—. Habría sido la noche de estreno de XX2. Fui al cementerio para conmemorar la ocasión. Supongo que fue una experiencia más dura de lo que esperaba. —Eso se entiende —dijo XY—. ¿Prefieres que dejemos la clase para otro día? —No. —XX se arrepintió de haber rechazado la oferta tan rápido y con tanta firmeza—. Ya te he dicho que no dos veces —dijo en seguida, al ver una chispa de curiosidad en sus ojos—. El martes por la noche tuve que quedarme en la radio y el jueves cayó esa tormenta de nieve tan espantosa, además de que tú tenías una reunión que duró hasta medianoche. La verdad es que el fin de semana es el mejor momento para los dos. Mi nivel de energía está mejor por la mañana y ninguno de los dos tiene que trabajar, ¿no? —preguntó, con una sonrisa burlona, imaginando que era bastante probable que XY tuviera que trabajar los sábados y domingos. —No, hoy no —reconoció él, y señaló hacia la sala de estar—. ¿Te parece bien? XX lo siguió. —Tengo una docena de botellas de agua en la nevera. Podemos echar mano de ellas cuando las necesitemos. XY se echó a reír. —Eso suena muy duro. No voy a entrenarte como si fueran ejercicios militares. Se trata de técnicas básicas. Si mis sobrinas, que tienen ocho, nueve, once y doce años pueden con ello, tú también podrás. —No estés tan seguro. Los niños son mucho más flexibles que los adultos. —XX se detuvo en el centro de la sala de estar y se paró frente a él—. ¿Qué te llevó a aprender defensa personal? —Mi hermano R es poli. Anda siempre obsesionado con la seguridad, sobre todo cuando se trata de la familia. —¿Alguna de tus sobrinas o sobrinos son hijos de él? —No. R y yo somos los únicos solteros de la familia W. Yo estudiaba derecho cuando él comenzó su formación táctica y Cambridge quedaba lo bastante cerca para que yo volviera a menudo a casa. Así que iba con más frecuencia que los demás. Las clases de defensa personal me distraían de los siete días a la semana que dedicaba a estudiar. R me enseñaba todo lo que él aprendía. —Y tú transmitiste tus conocimientos a los demás miembros de la familia, sobre todo a las mujeres. —Así es —dijo él, frunciendo una oscura ceja—. Entonces, ¿cumplo los requisitos? ¿Me darás el empleo? —Lo siento —dijo XX, y rió—. No tenía intención de que sonara como un interrogatorio. Es un aspecto de tu vida que me parece fascinante. Francamente, nunca he tenido la experiencia de vivir en una familia grande y unida. Me encantaría saber más de ellos… después de aprender a dominar unos cuantos trucos básicos. —¿Qué te parece si lo tomamos como un incentivo? —dijo él, medio en broma, medio en serio—. Por cada técnica que aprendas, te contaré algo acerca de alguno de mis hermanos. —¿Y si resulta que aprendo rápido? ¿Podremos seguir con tus sobrinos y sobrinas? —Claro. Pero sólo si pedimos que nos traigan algo de comer. Con tanto hablar, tendré que alimentarme. —Me parece justo. —Para XX, esa manera de tomarse las cosas a la ligera era todo un alivio. Parecía tan… normal, como un bálsamo después del escalofriante episodio del día anterior—. Estoy preparada. —Bien. —XY se volvió más serio y adoptó una actitud más parecida a la del profesional responsable que ella había conocido hacía dos semanas en su despacho—. Empezaremos por desarrollar tu sentido de la distancia. Ensayaremos con una distancia lejana, media y cercana hasta que puedas mantener la distancia exacta que quieras sin pensar en ello. Después, pasaremos a girar en círculo. Estas dos habilidades son esenciales. Cuando las tengas dominadas, repasaremos algunas técnicas básicas de intercepción. Después, te enseñaré algunas técnicas de ataque y un acrónimo para que las recuerdes por su nombre. ¿De acuerdo? —De acuerdo —asintió XX, preguntándose si había algo que XY no supiera hacer a la perfección. No le extrañaba que fuera a conquistar un cargo directivo en NOMBRE COMPAÑÍA. En realidad, tenía ganas de empezar y conocer tanto el resultado como la práctica de la defensa personal. Una hora y media más tarde, no estaba tan segura. Estaba agotada, más mentalmente que físicamente, después de pasar un buen rato entrenándose para aprender a lanzar órdenes y a que su cuerpo respondiera de manera simultánea. La coordinación y sincronización eran más difíciles de dominar que los ejercicios. —Ya basta. —Con un gesto de cansancio, XX se dejó caer en los mullidos cojines del sofá que habían puesto contra la pared para agrandar el espacio disponible en la sala de estar—. Entre las estrategias y lo de andar en círculo, empiezo a sentirme como un halcón. Un halcón muy cansado y muy mareado. XY se acercó sonriendo. Era increíble ver su aspecto relajado, como si acabara de salir de una reunión, con apenas unas gotas de sudor en la frente y la respiración tan regular como la de un maestro de yoga. —Podría llegar a odiarte —dijo XX. —Qué va —dijo él, y sonrió con más ganas—. Porque no sólo te haré sentirte más segura de ti misma sino que te voy a alimentar. No te muevas. Pediré unos bocadillos por teléfono. Y cuando vuelva, te traeré dos botellas de agua fresca. —Vale, quizá odiar sea una palabra demasiado fuerte. Puede que sólo sea envidia —dijo XX, y le lanzó una mirada fingiendo enfado—. ¿No podrías al menos sudar un poco, como cualquier ser humano? ¿O no haces ese tipo de cosas? —Sí, sí que sudo —dijo él. No había lugar a equívocos con ese brillo vicioso en su mirada—. Pero con ejercicios más intensos que los que acabamos de hacer.
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| | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 1 Nov 2011 - 18:10 | |
| Espero a que lo acierten, porque definitivamente me quiero leer este libro; |
| | | Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
| | | | Maryss28 Soy Cazadora y tengo un problema
Mensajes : 25278 Edad : 36 Localización : no se... buena pregunta!!! Empleo/Ocios : lectora empedernida! Humor : Bazinga!!! Inscripción : 30/06/2010
| | | | paolavanesa Druida
Mensajes : 277 Edad : 47 Localización : bs as argentina Empleo/Ocios : empleada/leer Humor : alegre Inscripción : 21/01/2011
| | | | pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 1 Nov 2011 - 19:36 | |
| Pues hay un libro de Lori Foster donde el es profesor de defensa personal, pero es un HQN, así que no es ese.. |
| | | Loanna Cazadora de élite
Mensajes : 13721 Edad : 38 Localización : Aquí en la Tierra, o eso creo Inscripción : 07/05/2010
| | | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
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