Las sospechas sobre la muerte de su padre llevaron a la abogada Lorena Fortier a una pequeña ciudad de Florida situada en medio de los Everglades. Fue entonces cuando la persona... o cosa que había matado a su padre comenzó a cobrarse más víctimas y Lorena se dio cuenta de que su vida corría peligro.

La presencia del guapísimo Jesse Crane no hacía más que complicar las cosas. Todavía afectado por el brutal asesinato de su esposa, el duro policía se metió de lleno en la investigación, y Lorena supo que las pruebas lo llevarían directo a ella.

Esta historia de suspense romántico transcurre en los pantanos de las Everglades, en un ambiente con un punto tétrico y salvaje, donde los protagonistas no sólo deben protegerse de los caimanes sino también de un peligro mayor: el hombre.

La ambientación es un poco oscura porque da una sensación de aislamiento por la geografía de la zona, pero no de soledad gracias a la mezcla de etnias que aparecen. Todo esto unido hace que resulte extraño que, a pesar de estar algo alejados de la civilización, la ciudad está tan cerca del pantano. Y es curiosa la idea de la granja-museo de caimanes que tan importante es en la historia, porque hace pensar en las leyendas urbanas de los caimanes que viven en las cloacas de ciudades como Nueva York.

Aunque es una historia bastante corta y me hubiera gustado que se profundizara más en algunos aspectos, los dos protagonistas me han gustado bastante, y también su relación.

Lorena me ha resultado una protagonista bastante agradable, da una imagen vulnerable que no se corresponde con su verdadera personalidad, algo que ayuda en su propósito de investigar de una forma desapercibida y discreta. Lorena no sabe en quién confiar porque no sabe qué puede encontrar en su búsqueda, no puede contar con nadie, aunque algo le dice que Jesse es una persona de fiar pese al recelo recíproco que sienten.

Jesse es uno de los policías de la tribu de la zona y se encuentra de repente con varios hechos aislados que, en conjunto, resultan sospechosos. Pero sólo a él se le ocurre ver más allá y creer que puedan estar relacionados entre sí. Y, además, coinciden con la aparición de Lorena en escena, una mujer que hace que se tambalee la estabilidad emocional que tanto le costó conseguir tras la muerte de su esposa.

La historia del romance entre Lorena y Jesse es fulgurante y apasionada. Su primer encuentro es algo incómodo y despierta los recelos de ambos, en parte por la atracción que sienten desde ese primer momento. Y, a falta de otra manera de liberar la tensión, discuten. Son dos personas bastante diferentes, que pertenecen a mundos distintos, pero el sentimiento de justicia y los recientes peligros y descubrimientos les unen. Jesse se muestra protector tras la experiencia con el asesinato de su mujer, pero va descubriendo que Lorena no es tan frágil como aparenta.

La trama de suspense se va conociendo poco a poco, y las historia de los caimanes son tan inquietantes como las de los asesinatos.

Las dos tramas están bien equilibradas, sobre todo teniendo en cuenta que es una novela bastante corta y no hay espacio para profundizar demasiado en la historia.

Entre los personajes secundarios hay algunos interesantes y varios sospechosos. Al principio descolocan bastante porque no queda claro lo que está sucediendo hasta que no se entra de lleno en la trama.

Es una novela bastante entretenida, con una ambientación que propicia el suspense y dos protagonistas con personalidad y química que me han ido gustando más a cada capítulo. Tampoco le falta algo de acción y aventura. Además, al ser una historia breve, se lee de un tirón.