Rosas rojas – Jacquie D'Alessandro
Sinopsis
Huérfana y abandonada por su prometido, Hayley Albright ha decidido renunciar al amor, hasta que una noche de luna llena le salva la vida a un desconocido.
Stephen Barrett está muy agradecido a Hayley, pero no quiere influir en los sentimientos de su salvadora, pese a que posee un aire de inocencia capaz de seducir a cualquier mujer. De repente, el hombre siempre prudente se dispone a arriesgarlo todo por una mujer que no puede ofrecer más que su corazón.
Valoración
Es una historia de amor dulce, tierna y entrañable... en fin, preciosa.
La trama se desarrolla en su mayor parte en el campo, lejos de la sofisticación de los salones de baile londinenses, y se centra principalmente en la relación de los protagonistas. Pero también tiene sus toques de humor y suspense.
El misterio sobre el intento de asesinato de Stephen es más bien predecible, pero es necesario para el desarrollo de la historia y le da un aire de intriga a ésta.
Hayley es la mayor de cinco hermanos; la que se ocupa de ellos y de dirigir la casa, de mantener la paz entre sus tres sirvientes —leales amigos y antiguos marineros en el barco de su difunto padre, el capitán Tripp Albright—. Es generosa, amable y leal, pero no es la típica ingenua tonta.
También es una chica poco convencional. Monta a caballo a horcajadas, en ocasiones lleva pantalones, y en su casa las normas sociales se adaptan para que todos los miembros de la familia se sientan a gusto. Aparte de tener un secreto que guarda con celo, pues le causaría muchos problemas si alguien llegara a enterarse, su vida es bastante rutinaria hasta que conoce a Stephen tras salvarle la vida. Y él le hace sentir emociones que no había sentido nunca con su ex-prometido.
Stephen deja Londres siendo un marqués arrogante porque cree que alguien intenta matarle. De hecho, están a punto de conseguirlo durante el camino hacia su finca campestre, pero gracias a Hayley sobrevive después de que ella le encuentre, herido, y le salve la vida. Debe quedarse en el campo, con Hayley y su familia, hasta que se restablezca y para reflexionar sobre su misterioso enemigo. Y durante esas semanas Stephen cambia de forma de pensar paulatinamente, va dejando atrás su cinismo y sus reservas hacia el comportamiento de los Albright. Descubre que hay gente buena como ellos, y mujeres como Hayley, muy diferentes a las damas coquetas y manipuladoras con las que está acostumbrado a tratar.
También le impresiona el trato que hay entre la familia y los criados, y el tipo de educación que reciben los niños. Pero durante su estancia en Kent se siente culpable por mentir a quienes le han salvado la vida, porque debe ocultar su identidad por seguridad, y se hace pasar por un tutor. Para su consternación descubre que le gusta su nuevo «yo», porque es más feliz así de lo que lo ha sido como marqués, y porque Hayley se enamora del tutor, no del aristócrata.
La historia de amor es preciosa, va surgiendo poco a poco durante las semanas que Stephen pasa en casa de los Albright. Stephen era un cínico porque nadie le ha demostrado que el amor pudiera ser desinteresado, pero se enamora de la bondad de Hayley. Después de vivir en una ciudad donde abundan las personas calculadoras, se encuentra con una mujer que sólo le ofrece bondad, que le salva la vida y le hace sentir un miembro más de su familia.
Y Hayley, que tras la marcha de su prometido había renunciado al amor, se enamora de Stephen, un hombre al que empieza a conocer durante el tiempo de reposo que pasa en su casa. Pero, a pesar de sus sentimientos, los dos saben que Stephen tendrá que marcharse cuando se reponga para volver a sus obligaciones. Hayley piensa que es por su labor de tutor, pero en realidad Stephen tiene que desenmascarar al responsable de intentar matarle y se siente culpable por ocultárselo.
Los secundarios tienen mucho encanto, también son una parte esencial de la historia.
La familia Albright está compuesta por los cuatro hermanos de Hayley. Pamela, una joven encantadora enamorada del médico del pueblo que podía haber sido una engreída, pero no lo es, y que por defender a Hayley saca todo su carácter. Andrew y Nathan, dos adolescentes a los que les gusta jugar a vivir aventuras en Camelot y que son dos verdaderos diablos. Y Callie, que con sus invitaciones a té y pastas es adorable, no es la típica niña pequeña repelente, sino todo lo contrario y, si bien Hayley le inspira amor y pasión a Stephen, Callie le inspira una inmensa ternura.
Todos ellos se ganan el corazón de Stephen de una manera que nunca había creído posible, y ellos le aceptan como más que un invitado, como un miembro más de la familia.
Hay otros personajes que forman parte de la familia de Hayley, la tía Olivia con su tendencia a oír bien sólo lo que le interesa; y los tres criados, que no dejan de discutir pero se unen por el bien común. Todos ellos son muy divertidos y el sentido del humor es importante en la historia, porque al antiguo Stephen no le interesaba, pero al nuevo le gusta bromear con Hayley —no deja de cambiarle el apellido a su ex-prometido a causa de los celos—.
Es una historia sencilla, pero preciosa. Tiene escenas muy tiernas, como cuando Stephen ayuda a la pequeña Callie con su muñeca o con la carta que la niña le manda; y momentos románticos como la declaración de Stephen. El final es un bonita manera de cerrar la historia, y los momentos de humor y de misterio complementan una novela llena de ternura.
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Identidad de Nora Roberts