3 Estrellas. Es la primera novela que leo de Sally Mackenzie y aunque no es una joyita, es lo que es y sabía a lo que iba. Sabía que no iba a encontrarme un novelón, si no una comedia y que por lo tanto no podía tomarme en serio ni a los personajes ni a las situaciones, a pesar de ello la he disfrutado mucho.

Este es el primer libro de la serie “Nobleza al desnudo” y en él la autora nos cuenta la historia de Sarah Hamilton y de James, el duque de Alvord.

Empieza con un malentendido que podía haber sido más fuerte de lo esperado. Sarah Hamilton se ha criado en Filadelfia, su padre era hermano de un conde británico, y al morir éste le hizo prometer a Sarah que ésta se iría a vivir a Inglaterra con su familia paterna. Lo ilógico de la situación es que Sarah cruza el Atlántico y media Inglaterra sola y sin una dama de compañía o carabina. Eso para empezar hace que la situación por sí sola sea irreal, pues en ésa época una señorita inocente y bien educada no habría llegado sola a ningún sitio, si es que llegaba, y sin que no la tomaran por una prostituta.

Como sea, y cerca de la casa de su tío, la diligencia donde viaja Sarah para en una posada para hacer noche. En la posada no hay habitación libre y como es lógico al ver a Sarah sola, el posadero la toma por una furcia y le dice que no hay sitio. Pero no pasa nada, llega un señoritingo y se hace responsable de ella y la conduce a una habitación que está libre. Y ahí empieza la trama, la habitación estaba libre, hasta que irrumpe el duque de Alvord, pues la habitación es suya y sus amigos sólo estaban haciéndole una broma.

A la mañana siguiente ambos son sorprendidos por la familia y amigos de él en la cama, y al descubrir James que Sarah no es una prostituta, le propone matrimonio, pero Sarah no acepta, en América las cosas no son así, y ella no conoce a James de nada, a pesar de que no la ha tocado en toda la noche.

La novela pronto se convierte en una trama de enredo al descubrir que el amigo de James, Robbie, el que tomó a Sarah por una prostituta es en realidad su primo y el actual conde. Así que lo lógico de la situación es volverla favorable y que James y Sarah se desposen. Vale, James consigue que lo que ha ocurrido no se difunda para que la reputación de ella no se vea mancillada, dejará que Sarah disfrute de una temporada en Londres haciendo de dama de compañía de su hermana Lizzie, pero si a la mínima se descubre lo ocurrido, o Sarah no ha encontrado otro pretendiente, se casarán.

Pese a lo que pueda parecer, James es un hombre bastante decente y bueno y lleva su título y tierras con responsabilidad, tanto lo es que nunca ha estado envuelto ni en habladurías ni en escándalos. Pero James tiene un gran problema, su envidioso primo Richard, a quien le corroe el odio y no descansará hasta conseguir que el título de Alvord sea suyo. En los últimos tiempos James ha sufrido una serie de accidentes, y aunque todo apunta a su primo Richard, pues a nadie oculta que se cree merecedor del título, James no ha podido demostrarlo. Será el odio de Richard lo que determinará esta historia, pues Richard lo que quiere es que James no llegue a casarse ni a tener herederos, y si eso no funcionara, matarlo.

A ver, la historia del primo, dentro del ambiente cómico de la novela me ha resultado algo chocante o fuerte porque no me pegaba mucho. Sí le ha dado vidilla con eso de ir soltando inquina y cizaña por todos lados para destruir la opinión que Sarah tiene de James, pero sinceramente, ciertas escenas o comportamientos creo que sobraban.

Sin embargo debo decir que la historia me ha gustado, tiene gancho, se lee muy rápido y en seguida congenias con los personajes, tanto con los protagonistas, como con los secundarios, como las tías solteronas de James o sus amigos, que sin duda serán los protagonistas de las siguientes novelas.

Tanto esto como el romance al final me han convencido y he disfrutado mucho con este libro. No será lo primero que lea de Sally Mackenzie y estoy segura de que continuaré leyendo esta serie.