Mi perverso marqués - Gaelen Foley
Primer libro de la trilogía “Club Inferno”. La verdad es que para ser un libro de Gaelen Foley (una autora que me gusta mucho), este libro me ha costado un poco leer.
Max St. Albans, marqués de Rotherstone, regresa a la sociedad londinense después de terminar con una misión de una Orden secreta a la que pertenece. Como tapadera para esta orden, se ha granjeado una reputación de “Marqués perverso” que le tiene fuera de la “buena sociedad”.
De modo que se propone casarse con una mujer de intachable actitud y hace a su abogado redactar una lista de candidatas. Una de ellas es Daphne Starling, hija de un vizconde pero que en estos momentos está pasando un mal momento por haber rechazado a un pretendiente que está lanzando rumores sobre ella.
A pesar de eso, Max decide seguirla para averiguar más cosas de ella, y lo que descubre tras su encontronazo, es que es la mujer que estaba buscado. El problema ahora será convencerla a ella…… Y es más bien esto lo que me ha frenado tanto el libro: La protagonista. Es cierto que nos suele gustar que las protagonistas vivan cierta independencia para poder elegir a sus pretendientes o que tengan la iniciativa propia de buscar un matrimonio por amor. Pero considerando la situación de Daphne, no podía hacer otra cosa que pensar que el personaje no convencía.
Tenemos un hombre guapo, inteligente, valiente y rico. Y para añadir más leña, marqués. Así que el hombre, apalabra el matrimonio con su padre (del que obviamente, él está de acuerdo). Por el lado de ella, tiene a su padre que se ha casado con una mujer que prácticamente la quiere fuera de la casa y viven una situación económica mala que ella prefiere no preguntar para no tener remordimientos a la hora de “negarse” a ese matrimonio.
¿Lo ve Daphne como una oportunidad de oro para casarse con un hombre que quiere estar con ella, con una posición social muy alta y pudiendo perder de vista a su madrastra? No.
Así que no podía hacer otra cosa que pensar, ¿cómo es posible que una mujer de esa época, a la que les enseñan prácticamente a intentar cazar al marido con mejor título, estando en una posición económica mala y habiendo concertado el padre el matrimonio, se pasa el día diciéndole que deje de perseguirla porque al final no se van a casar porque ella lo dice? (Todo esto, a hurtadillas del padre, porque si no, la hubiera espabilado). Y lo peor de todo, ¡que encima a ella le atrae la idea de casarse con él! Pero como él no le dice que la quiere…
De modo que me he llevado unos cuantos cabreos con la protagonista. Su personaje no me ha convencido nada. Ni siquiera después de casarse con su manía de “él le guarda secretos”. Es una mujer que hace una tormenta en un vaso de agua y a mí esta gente me saca de quicio.
Me he pasado medio libro queriendo que el pobre Max, que es un encanto y salva el libro, la mandara a hacer gárgaras. Porque si bien es cierto que Max es bastante reservado en algunos asuntos, también es comprensible por el pasado familiar que tuvo y el hecho de haber servido en una Orden secreta de la que nadie puede saber nada. Pero prácticamente se desvive para tener a Dapnhe contenta y conseguir que acepte el matrimonio. Pero Dapnhe en sus trece por un par de detalles perfectamente obviables (para mí).
Ésa sería la parte mala en mi opinión. Por suerte, es básicamente el cortejo de ellos desde que ella reniega hasta que finalmente, se arregla la relación (que no es todo el libro, menos mal). Ésta es la parte que me costó bastante leer. Luego mejora la historia. Sigue con sus paranoias de secretismo de Max, y aunque cansina, es más soportable.
El resto de la historia está bastante bien. Hay una trama conspiratoria de fondo y enfrentamientos entre la Orden de San Miguel (la de Max) y el Consejo de Prometeo (el otro bando). Y me ha parecido bastante interesante. Además, el libro queda “inconcluso” en esta parte. La trama de los Prometeos se ve que va a salir por toda la trilogía y es una historia que transcurrirá a través de los libros. Y sí que me ha dejado con ganas de querer leer más. El epílogo, de hecho, te introduce a la historia del segundo libro de la trilogía y pinta bastante bien. La autora se ha trabajado el poner un gancho para querer leer el siguiente libro, que es de uno de los compañeros de equipo de la Orden de Max.
No quiero desvelar mucho sobre la trama de la Orden, aunque sí os voy a decir que tarda en darse una explicación clara (primero hay que pasar por el cortejo “quiero-pero-no” de Daphne con Max). Conocemos a sus compañeros de equipo y también se ve una perspectiva del Consejo de Prometeos, así que sabemos de los asuntos internos que tienen y sus problemas de jerarquías que llevan a enfrentamientos turbios entre ellos. Se ve lo que traman y es algo que ves que puede afectar desastrosamente a la Orden y te tiene pendiente de si ocurre o no. Es decir, que no es un libro que se basa exclusivamente en la relación de ellos mostrando sólo sus vivencias. Salen ellos y salen las intrigas de los Prometeos. Por lo que se completa mejor toda la trama.
En general, sé objetivamente que el libro me habría gustado más si no tuviera mi “pequeña aversión” a personajes como Daphne. Es por eso que sí que estoy deseando leer el segundo porque quiero saber cómo continúa todo (y Daphne espero que salga en contadas ocasiones). Para las que no tengáis problemas con estas “personalidades”, no tendréis problema con el libro.