La tentación del Highlander - Sue-Ellen Welfonder
Género: Histórico Medieval
Publicación: 6 Junio 2012
Sello: Manderley
Serie: 7º MacKenzie
Sinopsis
La mujer a la que debe resistirse es la que más desea...
Darroc MacConacher pasa innumerables noches en blanco soñando con una belleza de cabellos azabache por la que arde en deseo. De pronto su sueño se hace realidad: la dama de exuberantes curvas y piel inmaculada naufraga en sus costas. Darroc se siente inmediatamente atraído por su fuerza y su belleza. Y desde el momento en que lady Arabella MacKenzie ve al fuerte y atractivo guerrero de anchos hombros sabe que nunca más deseará a otro hombre.
Pero el suyo es un amor prohibido. Los MacKenzie echaron a los MacConacher de sus tierras y son sus más enconados enemigos. Ahora, Darroc puede usar a esa seductora mujer de ojos de color zafiro para vengarse de ellos. Pero ¿cómo negar la pasión que arde entre él y Arabella y destruir a la única mujer que le ha llegado al corazón?
En el anterior libro de esta serie, la opinión sobre esta autora se elevó un poco, dándole con ello otra oportunidad a este libro, que por no ser por ciertos aspectos de la novela no habría estado del todo mal, pero la autora no ha sabido sacarle todo el partido que se merecían la historia y los personajes.
Esta historia como bien suponía es de la última MacKenzie soltera que queda, Arabella. Ella es una joven tranquila, tierna, siempre dispuesta a ayudar y a pensar en los demás antes que en si misma. Nunca pide nada para si y en nada se parece a su decidida hermana Gelis. En el fondo no tiene el famoso carácter MacKenzie, por muchos intentos de la autora en querer sacarlo a relucir y hacer de la protagonista otra cosa que no es.
Lo que si ocurre es que algo se abre dentro de Arabella cuando su hermana le cuenta todos los secretos que se comparten con un esposo. Secretos íntimos, sexuales. En ese momento es cuando se da cuenta que si no coge las riendas de su vida, ella sola permitirá salirse con la suya a su padre y así conseguir quedarse soltera para el resto de la vida. Y ahora se le hace inconcebible. Por ello se volverá un poquito osada y ante el cabreo descomunal de su querido padre partirá rumbo a unas lejanas islas en busca de una aventura y una piedra que le conceda su deseo más preciado.
Pero ni la astuta Devorgilla, la bruja que se inmiscuye en todo, podrían haber previsto que el barco de Arabella fuera atacado por vikingos y esta resultara herida y arrastrada prácticamente a los brazos de Darroc.
Darroc es un MacConacher, y su orgullo le impide hacerle ningún mal a la joven inocente que ha rescatado. Aunque él odie profundamente a los MacKenzie, es incapaz de utilizar a esa mujer en su beneficio. Lo que le ocurrirá es que no sabrá cómo manejar la atracción y pasión que va creciendo con cada día que pasa al lado de Arabella. Pasión a la que no se permite arrastrar. En el fondo, admiro la terminación que muestra Darroc durante todo el libro a no sucumbir a la atracción que despierta Arabella en él, pues te permite ver hasta que punto es un hombre de honor, leal y fiel a su palabra. Sabe que si se inmiscuye con ella, el Venado Negro le arrancara la cabeza y es una cosa que no está dispuesto a que ocurra. Por ello pelea con uñas y dientes, para frustración de ella.
Como comento, la relación entre ellos va lenta, simples conversaciones, algún que otro beso más bien casto y poco más. Hasta que no quedan unas cien páginas del final del libro, la relación entre ellos no comienza a coger fuerza, aun así no he sentido la química entre los personajes, que si supo poner a la relación de la hermana. Aquí le ha faltado fuerza a la historia de amor. No sé si por la falta de acercamiento entre los personajes, o simplemente porque ellos dos no encajan. Ni siquiera la primera vez que están juntos en la intimidad ha acabado de convencerme, pues me ha resultado una escena bastante aburrida e insípida y un tanto forzada. Hecho que no he comprendido muy bien pues la autora sabe hacerlo mejor.
Como ya comentaba, me ha decepcionado profundamente los muchos intentos que la autora ha hecho en querer sacar a relucir el temido carácter MacKenzie en esta joven de naturaleza tranquila y sin nada de maldad. Pues la autora, por mucho que lo ha intentado, mi opinión es que ha fracasado terriblemente. Sí, ha hecho sacar el orgullo de Arabella en más de una ocasión, pero el carácter, se ha quedado en escenas faltas de pasión y decisión por parte de la protagonista que me han llenado de frustración.
Como siempre el libro está lleno de personajes secundarios y como no, y para mi mayor deleite, la aparición de Duncan en este libro es mayor. Pienso que él es el mejor de la novela, pues me ha hecho disfrutar con sus arranques de ira y su personalidad desbordante. También quiero destacar a Conall, primo de Darroc. Un joven que ha sufrido mucho en su pasado, pero que lo han convertido en un hombre sensible, tranquilo, divertido y amable. No sé de quién será el próximo libro, ni siquiera si escribirá otro más, pero sin duda este joven highlander sería un perfecto protagonista.
Aparte de la trama entre los personajes, el problema con los vikingos negros que atacaron a Arabella, tenemos una historia sobre un fantasma. Y es que el castillo de Darroc está habitado por una mujer que es una fantasma. Una mujer que tiene un pasado ligado a un antepasado de Darroc y que poco a poco, nos ira desvelando emocionándonos con la historia trágica y triste de esta hermosa mujer.
La novela en pocos aspectos se salva. Se me ha hecho lenta y en ocasiones me ha llegado a frustrar el desarrollo de los hechos. Ya no sé si darle una nueva oportunidad a esta autora, pues perfectamente podría a ver hecho un mejor trabajo con este libro y por diferentes razones yo ha llegado a hacerlo.