Obligada a huir de Rusia por la revolución bolchevique, Xenia Osolin se refugia con los suyos en París. En la capital francesa, el mundo de la alta costura está en plena efervescencia gracias a las propuestas rompedoras de modistos como Lucien Lelong y una tal Coco Chanel. Xenia entra a trabajar en uno de los ateliers más importantes, y con el tiempo asciende de simple costurera a maniquí para presentar esas nuevas colecciones que causan furor en toda Europa.

La vida de Xenia cambia cuando conoce a Max von Passau, la oveja negra de una ilustre familia alemana, aunque su amor por la fotografía y los intelectuales y bohemios a los que frecuenta le han convertido en un desheredado.

Ambos inician una relación tempestuosa, de encuentros y desencuentros, que pondrá a prueba sus sentimientos, sus valores y sus creencias. Mientras, Europa deja atrás los despreocupados años veinte y se sumerge en el enrarecido ambiente político y social conforme la figura de Hitler crece y se afianza, terrible e inevitable.

"La suerte no es amiga de los tibios. A la suerte hay que provocarla, conquistarla. En una palabra, hay que merecerla, lo mismo que la Cruz de San Jorge en el campo de batalla. Xenia Fiódorovna Osolin no podía verse de otro modo: Ella era una conquistadora". Con estas palabras proféticas empieza una novela inolvidable. Está muy bien escrita, con frases tan memorables como esta en cada capítulo y escenas desgarradoras y commovedoras perfectamente narradas.

Son tiempos convulsos para Europa. Mientras la Primera Guerra Mundial está llegando a su fin una ya castigada Rusia se ve inmersa en una revolución. Está muy bien documentada y es más una novela histórica con un trasfondo romántico que una novela romántica en si, da un repaso a toda la primera mitad del siglo XX: la revolución rusa, los locos años veinte, la guerra civil española, los años previos al nazismo, la llegada de Hitler al poder, el exterminio judío, la Segunda Guerra Mundial... Lo abarca todo, porque aquí la auténtica protagonista es la historia y la historia de amor es una excusa para mostrarla. ¡Pero qué historia de amor!

La novela se inicia en los dias previos al asesinato del zar Nicolás II. Y ahí encontramos a Xenia, un personaje extraordinario, con muchos matices, una heroina inolvidable como Scarlett O'Hara o Anna Karenina. Es compleja, humana, egoista, luchadora, fuerte. Cuando cumple quince años vive sin querer preocuparse por la situación de su país pero no tendrá más remedio que asumirla y hacerse cargo de su família tras el asesinato de su padre en una escena que hace contener el aliento para dirigirse hacia el exilio, abandonando su amada Rusia. Debe partir con su madre débil y embarazada, su hermana de diez años y su niania demasiado mayor.

Los protagonistas están presentados por separado como si pertenecieran a historias diferentes pero conociendo a cadaúno por su lado se hace evidente que están hechos el uno para el otro, desinados a amarse porque ambos tienen caracteres indomables, libres, rebeldes y sus cuerpos y sus almas se buscan una y otra vez. Pasan años hasta que se conocen pero esos capítulos previos son necesarios para entender cómo son y lo que han pasado, cómo se ha forjado su carácter y entender por qué hacen las cosas.

Una fría noche Xenia conoce a Max von Passau en París, un joven fotógrafo alemán. Pero ese momento se convierte en un vínculo que nada ni nadie podrá romper jamás. El uno se mete en la piel del otro, adueñándose de su corazón y llegando al alma y cuando vuelven a encontrarse Xenia se ha convertido en una importante modelo y él en un fotógrafo de prestigio. Son personajes muy bien definidos y complejos y no lo tendrán fácil, su historia de amor se alarga durante años.

Xenia cree que no necesita a nadie porque siempre ha luchado sola y eso supondría debilidad, por eso se forja una armadura para que nunca más le hagan daño. Ante todo debe proteger a los suyos y tiene miedo del amor de Max, tan incondiconal y sin reservas, tan enérgico que si se entregara a él por completo a ella no le quedaría nada para si y eso la hace sentir vulnerable. Por eso se muestra fría, incapaz de demostrar sus sentimientos, ya no es la joven soñadora que fue en otro tiempo, ahora es una luchadora. Xenia es una loba blanca.

Max es así, apasionado por su trabajo y por una mujer. También es un rebelde que no soporta ver en qué se está convirtiendo su país. Carga con el peso de ser la oveja negra de una importante família alemana por haber escogido ser un artista. Antes de conocer a Xenia vive el dia a dia, disfruta la vida, pero después de conocerla ya no la puede olvidar.

Son dos almas demasiado parecidas para no tener un amor tempestuoso, rebeldes, con principios, orgullosos. Cometen errores pero su amor en lugar de debilitarse cada vez es más fuerte y crece con el paso de los años. Son dos personajes magníficos, con personalidad, con carácter y que en una época tan convulsa preferirían morir de pie a vivir arrodillados. Al igual que Xenia me he enamorado de Max, de su talento, de su seguridad, su atractivo, su idealismo y su entrega. De ella admiro su valentía y su valor.

Las escenas de amor no son muy explícitas pero la autora hace que su amor te llegue y te inunde, porque Theresa Révay escribe extraordinariamente bien y son escenas a las que no les sobra ni les falta nada.

Pero no es una novela solo de ellos dos, hay muchos personajes secundarios con su propia historia, pero todas marcadas por la situación politica y social y la afrontan a su manera.

Entre los secundarios destaca el personaje de Sara, una joven judía y emprendedora que luchará por conservar su dignidad y sus derechos cueste lo que cueste, al igual que Xenia ella también está hecha de la raza de las conquistadoras.

Si tuviera que quedarme con una escena no sabría elegir. Cuando los bolcheviques entran en casa de Xenia es realmente desgarrador, son escenas que te atrapan, que te transportan al momento, como si fuera un sueño. Pero los momentos con Max... esos son los mejores, cuando se conocen, cuando se reencuentran tiempo después en Berlin, cuando vuelven a verse en París... Y cuando Xenia reconoce ante si misma que le ama, que después de todo sí necesita a alguien a su lado. Puede que ésta sea una de las declaraciones de amor más bonitas que recuerdo, arriesgándo la vida sin miedo aunque al mismo tiempo la ciudad está siendo bombardeada porque "cuando una mujer viene a decirle a un hombre que lo ama, los ángeles vigilan".

Me ha emocionado por momentos. Es un libro para disfrutar y saborear, relamente precioso pero también muy duro y con un aire de nostalgia sobrecogerdor. Es tan intenso por el momento social como por los protagonistas y te deja con la miel en los labios por conocer su continuación. Inolvidable.

Un 10.