Tuvieron un encuentro increíblemente apasionado... tras el cual Maggie descubrió que estaba embarazada. Aunque se estaba enamorando, Maggie sabía que él no era de los que se casaban...
Primer libro de la serie "Secretos de verano".
Esta es la novela que inicia la trilogía, y cuenta una historia en la que el título no puede ser más explícito sobre lo que depara el argumento. Se trata de una serie compuesta por tres historias cortas, una serie en la que los remordimientos y los recuerdos del pasado se interponen en el presente de los tres protagonistas. Narra el reencuentro de los tres primos Lonergan, que vuelven al rancho familiar después de quince años, pues no habían vuelto a verse desde que perdieron al cuarto miembro del grupo: su primo Mac. Desde entonces los tres han tratado de seguir adelante a su manera, de superar el pasado y la culpabilidad en soledad... hasta ahora, cuando su abuelo decide tomar cartas en el asunto.
Sam por fin ha vuelto al lugar en el que pasó su infancia, donde pasó los momentos más felices hasta aquel último verano. Los recuerdos se hacen más intensos al llegar allí, por eso nunca había vuelto a ese lugar. Pero, inesperadamente, consigue mitigar los dolorosos recuerdos que rodean al lago del rancho gracias a la escena que encuentra al llegar allí: una mujer desnuda nadando y una estimulante conversación-discusión con ella. Para Sam es muy duro estar de vuelta en el lugar en el que fue feliz y al mismo tiempo en el que pasó los peores momentos. La tristeza y los remordimientos le han perseguido durante quince años y le han impedido volver antes. La pérdida de Mac le marcó, incluso hasta el punto de no quedarse demasiado tiempo en un mismo lugar para no establecer lazos con sus pacientes. Todavía le duele no haber podido salvar a la persona de la que se consideraba responsable y se culpa por ello.
Maggie ha encontrado al fin su lugar en los últimos dos años siendo el ama de llaves del rancho Lonergan. Todo le va bien hasta que conoce a Sam, uno de los nietos del propietario del rancho. No lo conoce en las mejores circunstancias, que aparezca frente al lago mientras ella está nadando desnuda no es el momento ideal. Pero, de todas formas, Maggie no se asusta ante su presencia porque su instinto le dice que él no es peligroso, lo que no puede evitar es un ramalazo de deseo por el desconocido. A Maggie le molesta que ninguno de los tres nietos de Jeremiah le hayan visitado en los dos años que lleva viviendo allí, porque le tiene mucho cariño a ese hombre que tan bien se ha portado con ella. Por eso al principio recela de Sam y de su presencia allí, y a pesar de sentirse atraída por él no se muestra demasiado amistosa.
Durante el encuentro en el lago los dos se ven invadidos por un inesperado deseo, pero su relación no empieza siendo muy cordial. Maggie no entiende que Sam y su primos no visiten a su abuelo nunca, no comprende lo doloroso que es para Sam volver a ese lugar que le trae tantos recuerdos. Al principio prefieren mantener las distancias, especialmente Maggie, pero la preocupación de ambos por Jeremiah y las dudas sobre su estado los unen hasta que no pueden huir de sus sentimientos. Después de pasar unos días juntos en el rancho empiezan a verse de otra manera, a comprenderse, a desear estar juntos -o a huir de sus sentimientos para no sufrir-. Pero para poder ser felices Sam tiene que encontrar la manera de perdonarse a si mismo, de superar el pasado y aceptar el presente. Y su presente es Maggie, gracias a ella crea nuevos recuerdos en el lago y recupera las risas vividas en ese lugar tiempo atrás que ya creía olvidadas.
El gran secundario es el abuelo de Sam, porque Jeremiah tiene un plan para reunir a sus nietos y no duda en jugar sucio para ponerlo en práctica. El otro secundario importante, imprescindible para el desarrollo de la trama, es el cuarto primo, Mac. Pese a que no aparece su papel es decisivo, porque lo que le ocurrió es lo que ha marcado las vidas de la familia Lonergan. Aquel suceso de hace quince años se va desvelando según los vivieron los tres hombres.
Es una historia tierna y dulce, llena de sentimientos que no se pueden ocultar y de los recuerdos imborrables del pasado, porque el pasado siempre vuelve y no se puede correr lo suficiente como para huir de él. Eso es lo que Sam no ha podido entender hasta conocer a Maggie. Y todo esto se desarrolla en una historia cortita que se lee muy rápido, pero es bonita y con sus tintes emotivos y algún toque cómico.