Esperando el amor – Julia London
Sinopsis:
Cuando Daria Babcock llega a casa de su abuela Mamie, a la última persona que espera encontrar allí es a un fornido y semidesnudo highlander. La joven duda de que Mamie hallara al pobre hombre herido en el bosque, como ella pretende hacerle creer, ni confía en el guapo laird, que insiste en que no recuerda lo sucedido.
Pero Daria ha viajado a Escocia en busca de aventura, y después de que el misterioso desconocido la secuestre, sus deseos empiezan a hacerse realidad. ¿Quién será el cautivo y quién el captor cuando Daria vuelva las tornas y le robe el corazón al sexy escocés?
Opinión personal
Seguro que no os lo vais a creer pero, como tenía muy claro que no podía perderme el cuarto y último libro de la saga «Los secretos de Hadley Green», lo cierto, es que ni me leí el argumento y, naturalmente, ha sido toda una sorpresa y, desde luego, la portada tiene poco que ver con lo que hay en su interior.
Dejadme decir que la trama no resulta nada novedosa, transcurre en las famosas tierras escocesas, más concretamente, en las
Highlands, y en sus páginas vamos a encontrar, como en muchas otras, la rivalidad entre un duro Laird y una guapa rosa inglesa y, partiendo de ese archiconocido argumento, será la autora la que tendrá que ingeniárselas para que yo, lectora que anda ya saturada de estas historias, disfrute. Diré que ha conseguido perfectamente su objetivo: entretenerme. Pero tampoco pasará a ser mi libro favorito de Julia London.
Daria, como el título original dice, es la última debutante de Hadley Green. Uno de sus sueños siempre ha sido poder trasladarse a Londres durante la temporada y así, conseguir un marido, porque ella lo que realmente quiere es ser una mujer normal de la época, casarse, tener hijos y vivir felizmente. Sus padres no comparten esa idea y, por ello, su vida transcurre en el pequeño pueblo de Hadley Green, con muy pocas posibilidades de conseguir su propósito. Se siente aburrida y un poco encerrada y sabe que cada vez sus oportunidades son menores.
Cuando le sale la oportunidad de vivir una pequeña aventura, no duda en lanzarse a por ello, pero Daria no es una mujer irresponsable ni quiere ir contra las normas sociales, el problema es que su compañera de aventuras parece no compartir esas mismas ideas.
Ese comienzo de la historia me ha resultado un poco forzado e inverosímil, parece más bien una forma para que la autora se desembarace de un personaje que, en ese momento de la historia, ha cumplido su objetivo y, hasta nuevo aviso, ya no le interesa que aparezca.
Como coprotagonista de la historia, tenemos a Jamie Campbell, quien rompe un poco con el estereotipo de duro Laird. Es un hombre bastante corriente, ya humanizado en una de las primeras escenas de libro, responsable de su clan, cada vez más pobre, y con algunos problemas realmente serios. No es un nombre rudo, si bien él mismo admite que no es un caballero, tampoco actúa como con la brutalidad que, en algunos casos, acompaña a estos personajes, aunque es fiel a sus costumbres, más «incivilizadas» escocesas. Su principal prioridad es su familia y hará lo impensable para poder mantenerlos y preservar su estilo de vida, incluso secuestrar a la bella rosa inglesa para recuperar un dinero que le ha sido robado.
La relación entre ellos me ha gustado bastante. No esperéis un continuo tira y afloja, ni peleas entre ellos. Ella demuestra una fortaleza de carácter poco acorde a su frágil apariencia, asumiendo muy estoicamente su propio destino y buscando la manera de sobrevivir a su «supuesto cautiverio». Positiva en todo momento, Daria tiene un carácter jovial y simpático y es una mujer muy optimista, todo ello, unido a su dulzura, irán desquebrajando las dura coraza que desde el principio rodea a los miembros del clan, haciéndose un pequeño hueco en su día a día.
Al mismo tiempo que me ha gustado ese valiente arrojo ante la situación que le ha tocado vivir, también reconozco que me ha planteado ciertas dudas en cuanto a su credibilidad, pero quizás sea la forma en que Julia London intenta crear unos personajes más creíbles, dotándolos de comportamientos contradictorios ante toda lógica.
Desde un principio, intentan evitarse, posiblemente porque ambos son plenamente conscientes de que se sienten atraídos, pero no solamente estamos ante un choque de culturas, sino también ante la problemática de la diferencia de clases: Jamie es Laird y Daria, una simple señorita.
La curiosidad que sienten será más fuerte que la razón que les impulsa a no relacionarse, sabiendo que su relación no tiene futuro y les abocará a buscarse poco a poco, e irán conociéndose y entre ellos surgirá una fuerte amistad e, inevitablemente, algo más. Es como si ellos las cosas fluyeran de una forma natural, y eso me ha gustado.
Muchos son los personajes que aparecen en la historia, pero uno que me ha tenido totalmente descolocada durante toda la novela es la abuela, Mamie. Es una mujer extraña, a la que ni tan siquiera al final he conseguido cogerle cariño, y no sabes muy bien si está enferma, si ha perdido la cabeza o si, simplemente, ya no siente ningún cariño por su nieta. Incluso, he llegado a pensar que era una impostora. Porque realmente la actitud me tiene ante la relación no es, en absoluto, normal. No paran de sorprenderte sus comentarios y su poca falta de interés o preocupación ante algo que, sin ninguna duda, es una situación peligrosa y preocupante.
El final también me ha sorprendido, por fin se nos confirma el artífice del robo de las joyas, aunque la autora, para mi gran decepción, apenas pasa de puntillas por el tema, eso sí, con un giro final, que únicamente viene a complicar un poco más la historia entre ambos.
«Esperando el amor» me ha resultado una historia entretenida, y con algunas sorpresas, con una relación dulce y bien evolucionada. De vez en cuando, se agradecen estas historias sencillas y, aunque soy consciente de que no es la primera novela en la que estamos ante un protagonista masculino que rompe con el tópico de bruto Laird escocés, me ha resultado agradable este reencuentro con un subgénero al que ya tenía muy abandonado.